Llevaba una semana en reposo y Shizen no me dejaba ir a trabajar. Tanto él como el cazador hacían trabajos a medio tiempo para ayudarme, mientras que Arai se rascaba la barriga vigilándome, aunque yo no podía precisamente moverme, pero era el más indicado para estar ahí, ya que como no era un youkai del bosque, aunque le diera ordenes, no estaba obligado a cumplirlas, por lo que Hana tenia bastante cuidado con lo que yo decía.
Cuando dormía tenía siempre el mismo sueño. Todo era negro y escuchaba una voz, no paraba de decirme cosas horribles, haciendo que me levantara dando gritos y llena de sudor.
-Te echan de tu casa, tu madre te detesta, tu única amiga te quiere matar, ¿entonces por qué existes? ¿cómo sabes que Shizen no te miente? ¿cómo sabes que Hana no te matará? ¿y Ryu? ¿Arai? no puedes confiar en nadie, ni en ti misma, es más fácil dejar de existir, deja de existir, Yumiko.-Decía la aguda voz, yo me tapaba los oídos agobiada, pero seguía escuchándola una y otra, y otra, y otra vez.
-¡No!-Grité mientras me despertaba, miré a mi alrededor asustada cuando me encontré con los brazos de Shizen rodeándome.
-Shhh, tranquila, solo era una pesadilla.-Me susurró mientras me acariciaba la cabeza, me aferré a su camiseta, hasta que me separé incomoda.-Todavía no me quieres hablar...-Murmuró deprimido.-Cuando estés preparada, por favor, por lo menos mírame.-Me pidió mientras salia del templo. Le miré cuando él iba a salir y estaba a punto de hablarle, pero oculté mis palabras.
No podría seguir por siempre así, debería hablar con el...
-¡Me voy a trabajar!-Informó, haciéndome mirar por una ventanita.
-Te pillé.-Me dijo Arai al asomarse bruscamente. Me caí de espaldas del susto, haciéndome daño en las heridas.-¿Por qué no le hablas?-Preguntó mientras entraba, yo estiré el brazo alzando el dedo indice, indicando que se esperara un segundo. Cuando el dolor cesó, me levante torpemente mientras cruzaba los brazos.
-Porque no puedo, quiero, pero no puedo...
-¿Cómo cuando las humanas ven un pastel de chocolate y se lo quieren comer pero no pueden?
-Se puede decir que si.-Afirmé con una gota de sudor en la frente.
-Pues olvida esas idioteces, comete el pastel de chocolate, confía en él, no tiene tantas calorías, además tu estas preciosas así o con más kilitos, pero lo que realmente te sienta bien, es ser feliz.-Al escuchar aquella palabras salir de la boca de Arai me quede en shock.
-Arai... ha dicho algo bueno... ¡HANA PREPÁRATE, VA A SER EL FIN DEL MUNDO!-Grité impactada.
-¿Qué dices?-Preguntó decepcionado y dolorido, mientras yo me ponía una camiseta de manga corta y unos pantalones vaqueros cortos.-Vaya, me duele la cabeza de pensar tanto en metáforas. Anda, ve, yo te cubro.
-Ya me iba.-Contesté haciendo que se sintiera más dolorido, reí al ver lo dramático que se ponía. Cogí mi bolsa con algunos talismanes, dinero y poco más y me subí al primer autobús para ir al centro.
Pasé por varias gasolineras y cafeterías cuando entré en un callejón, había un local bastante siniestro donde se escuchaba un poco de música rock de fondo, me asomé poniéndome un gorro ocultando la mitad de mi rostro. Entonces vi a Shizen vestido con un uniforme negro dando bebida alcohólicas a gente que nunca había visto por el pueblo.
-Entonces cuando la bala atravesó el cuerpo del youkai me miró preguntándome ¿por qué? y yo contesté porque mi madre me enseñó a limpiar de vez en cuando, estúpidos youkais, piensan que no podemos tragar que tienen sentimientos, a quién se cree que le esta cuestionando. Ahora esta hecho polvo.-Dijo una mujer riendo, al igual que muchos de la que las escuchaba. ¿Cazadores? ¿qué hacía Shizen en un bar de cazadores?
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Wolf's soul Okami no tamashi
RomanceSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...