Capítulo 9-Seiya, Shizen en peligro, el cazador.

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-¡Arai-kun!-Grité preocupada mientras corría hacia él.- ¿Qué ha pasado?

-Esta vez han tenido mejor puntería.-Dijo haciendo una sonrisa falsa.-Debo de decir que el cuerpo de esa cazadora era de escándalo.

-¿Cazadora? ¿Era una mujer?

-Sí, no me suelo fijar en el cuerpo de los hombres.-Vaciló.

-Yumiko, no te preocupes por él, se curará, es un youkai, no un humano.

-No, Yumiko-chan, estoy muy mal, necesito tus cuidados.-Dijo abrazándome.

-Eres un viejo verde.-Se quejó Shizen acercándose al mapache de una forma algo tenebrosa, para entonces comenzar a pisarle la herida con un gran enfado.

-¡Shizen!-Le grité enfadada.

-¡Yumiko!-Gritó Arai abrazándome más fuerte, tocando en una zona trasera y baja, donde no debió tocar.

-Shizen, pegale más fuerte.-Le pedí tensa, el chucho sin pensárselo dos veces hizo lo que le dije.

Tras calmarnos un poco empecé a atender las heridas de Arai mientras nos explicaba lo sucedido. La única información de la cazadora es que era una mujer joven, cuya arma eran abanicos orientales tan afilados como una katana.

-¿No reconociste nada más para darme información?-Pregunté mientras le vendaba la herida.

-No la pude ver bien, lo siento.-Se disculpó cuando acabé con la herida.

-Bien, pues voy a estudiar.-Comuniqué.

Estuve estudiando tranquilamente mientras los demás estaban a lo suyo, cuando de pronto anocheció.

-¡Shizen, me quedo a dormir!-Le grité desde el interior del templo mientras le enviaba un mensaje a mí madre.

-¡¿Qué?!-Preguntó cabreado.

-Que me quedo a dormir.-Dije saliendo del templo.-Si intentas algo pervertido Ryu te atacará.

-Tranquila, nadie querría hacer nada pervertido contigo ni aun estando bajo amenaza.-Dijo con crueldad.

-Ryu-chan.-Dije algo molesta, haciendo que el pequeño dragón, quien lo entendió a la primera, atacara al chucho.-Chucho molesto...

-¿Y se puede saber por qué vas a dormir aquí y cómo?-Preguntó mientras intentaba respirar, tirando del dragón.

-Porque es tarde y me da pereza ir a casa, ya tengo preparado un bento para cenar y el pijama en mi mochila, además aquí puedo estudiar mejor que en mi casa donde están mi hermano y abuelo molestándome, en este lugar por lo menos, con Ryu-chan os mantengo alejados. Cuando limpiamos el templo por dentro puse dos futones, uno para ti y otro para cuando me quedara a dormir, así que ahí dormiré, ¿alguna otra objeción?

-Sí, que te largues.-Me pidió con brusquedad, así siendo atacado de nuevo por el dragón.

-Yumiko-chan, yo también pienso que deberías irte a casa, de noche esto puede ser peligroso, además hoy...-Cuando Hana iba a continuar hablando, se calló.

-¿Hoy qué?-Pregunté curiosa.

-Nada que a una niña molesta le deba importar, así que vete a casa.-Insistió el chucho.-Y rápido.

-No pienso irme.-Dije enfadada.

-Arai, llévatela, yo tengo que quedarme aquí.-Le pidió Shizen.

-Si.-Asintió él, cogiéndome en brazos.-Con mucho gusto.

-Ni hablar, ¡Ryu-chan!-Grité, pero él no hizo nada, era como si estuviera de parte del chico.-Así que nadie piensa ponerse de mi lado, bien, creo que tendré que ser caprichosa.-Dije escribiendo en un talismán, haciendo que se envolviera alrededor de Arai obligándole a soltarme y cayéndome al suelo.

Wolf's soul Okami no tamashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora