Habían sido unos días muy largos, cuando terminamos con la madera limpiamos todo profundamente, solo había que esperar que Shizen volviera a despertar y ver su reacción.
-No me puedo creer que en 15 días no se haya despertado.-Me quejé.
-Ahora sería buen momento para poner a prueba la reacción que tendría una persona normal.-Me ofreció Arai, yo me quedé pensando en algunos mangas que había leído, cuando me acordé de Karin.
-¡DESPIERTA!-Grité mientras le daba una gran patada chocándose contra un árbol.
-Necesitas entrenar.-Me aconsejó el hombre mapache.
-Lo siento, leeré más mangas esta noche.-De pronto vimos como Shizen se levantaba poco a poco del suelo con una gran aura oscura a su alrededor, fue entonces cuando me acordé de su mirada de asesino cuando lo dormí. Se giró bruscamente volviéndome a mirar con aquellos ojos de asesino y de profundo odio, haciendo que me pusiera completamente pálida.
-Yumiko...-Murmuró preparándose para atacar como cuando un tigre se prepara entre las plantas para matar a su presa... en este caso un lobo.
-¡Hana!-Grité alarmada, ella asintió ayudándome a huir trepando un árbol.
-¡¡¡¡¡MALDITA NIÑATA!!!!!! ¡TE MATARÉ!-Gritó comenzando a escalar.
-¡¡KYAAAAAA!!-Grité inconscientemente cuando me cogió del tobillo.
-Oye, lobito.-Llamó atención Arai carraspeando.
-¡¿Qué?!-Preguntó furioso.-Tu...-Murmuró poniendo mala cara.- ¡Le has llamado tú! ¡¿Verdad?!-Me preguntó furioso, yo tragué saliva.-Estúpida niña...-Murmuró pero de repente la rama del árbol en el que él se apoyaba se rompió, cayéndose y arrastrándome con él. Al abrir los ojos sin sentir ningún dolor, pude observar como unos brazos me rodeaban fuertemente, giré ligeramente la cabeza viendo el rostro de Shizen con los ojos cerrados, me quedé inmóvil sin apartar la mirada, estaba francamente sorprendida por el hecho de que él me hubiera protegido de la caída... aunque fue él quien me tiró. De pronto sus ojos se abrieron encontrándose nuestras miradas, él sonrió haciendo que me entrara un escalofrió.-Te cogí.-Susurró.-¡¡Ahora prepárate para lamentar lo del dardo, maldita!!-Gritó apretando su brazo derecho y con la mano izquierda me cogió del rostro.
-Oye, Shizen, deberías controlarte, esto se puede llamar pedofilia.-Opinó Arai.
-Mira quien fue hablar.-Dijo mientras se levantaba aún sujetándome.-Y... ¡¿a quién llamas pedófilo?! ¡¿Quién estaría interesado en esta niñata?! ¡Si es una tabla de planchar!-Al escucharle una gran furia recorrió mi cuerpo.
-Maldito chucho.-Murmuré cabreada.
-Pues yo la veo bien proporcionada.-Dijo el mapache observándome de arriba abajo, la furia aumentaba y Hana no sabía bien que hacer.
-¡MALDITOS PERVERTIDOS!-Grité cabreada.-¡RYU-CHAN!-Grité, Shizen se quedó mirándome sin saber a quién llamaba.
-¿Tu hermano?-Preguntó.
-Eso es lo que te gustaría, imbécil.-Contesté, entonces entre los árboles había un continuo movimiento de hojas, de repente, de la nada, salió un pequeño dragón no más grande que un águila, era de color celeste, con unos increíbles ojos azules, y realmente hermoso. Me lo había encontrado hacía diez días, estaba observándome escondido entre los árboles, al darme cuenta decidí acercarme a él, ganándome su confianza y llamándolo Ryu, ya que de alguna forma me recordaba a mi hermano pequeño. El pequeño dragón atacó a Shizen haciendo que me soltara.-Gracias Ryu-chan.-Dije sonriéndole.-Ahora por favor, al otro pervertido también.-Le pedí, el dragón sin pensárselo atacó al mapache y finalmente apoyándose en mi hombro mientras gruñía a los dos hombres.
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Wolf's soul Okami no tamashi
RomanceSiempre viví en la ciudad de Tokyo, nunca pensé en mudarme a las afueras, me gusta el ruido, los coches, el sonido de los anuncios y la gente hablando, me crié con ello y nunca experimente lo que sería vivir en tranquilidad en el bosque, en un puebl...