Capítulo 8- Sentimientos ocultos, cazadores, un nombre afeminado.

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-¡Pues yo no!-Le grité cabreada.

-¡Mira, Yumiko, solo quiero pedirte disculpas!-Me gritó nervioso haciendo que me sorprendiera.-No comprendí por qué lo hacías, y por eso hablé sin saber, sobre todo me puse así por una cosa que no te pienso contar porque eres una niña irritante.

-Muérete chucho.-Dije cabreada.

-El caso es que tuve que apreciar lo que hiciste y elegí una forma de actuar no apropiada, por eso me disculpo y te doy las gracias por lo que has hecho.-Al escucharle me di rápidamente media vuelta notando como mis mejillas se sonrojaban... pero ¿qué me pasaba? ¿Por qué me siento tan nerviosa y a la vez feliz? Los sentimientos que estaba experimentando en aquellos momentos eran tan poco usuales que me dio incluso miedo por el desconocimiento de ellos.- ¿Y qué decisión tan inmadura fue esa de decidir dejar de ser sacerdotisa? ¿Crees que eso lo puedes decidir tú, tonta? Esas decisiones la tienes que tomar con todos para ver si estamos de acuerdo. No queremos que dejes de visitarnos y dejes de ser nuestra novata sacerdotisa.

-¿En serio?-Pregunté girándome para mirarle con inquietud y emoción, él apartó la vista nervioso y algo molesto.

-Al menos eso es lo que decía Hana, a mí me da igual si dejas de venir, total solo eres una niña molesta.

-Ojala te quedes mudo, estúpido chucho.-Dije cabreada, él puso mala cara mientras el silencio se apoderaba en nosotros.

-Entonces... ¿volverás?-Preguntó mientras carraspeaba.

-Depende.

-¿De qué?

-No sé, me intriga escuchar a través de esa irritante y asquerosa boca decir "por favor no te vayas, quédate con nosotros, Gakusha-sama"-Propuse con una sonrisa triunfante.

-¡¿Qué?!-Gritó muy nervioso, avergonzado y sobre todo cabreado. Me reí ante su reacción ya que lo que yo pedía no iba enserio, di media vuelta comenzando a caminar dirección hacia mi casa.

-Anda, déjalo, de todas formas iba a...-Noté como el chucho me cogió fuertemente la muñeca haciendo detenerme y girarme para mirarle.

-Por favor... no te vayas y quédate con nosotros, Gakusha-sama.-Dijo casi murmurando y mirando al suelo molesto, parecía la típica chica linda y vergonzosa de los manga shoujo, lo que en parte era cómico pero por otra parte era increíblemente adorable.-Estaás, roja ¿tienes fiebre?-preguntó dispuesto a ponerme la mano en la frente.

-¡Quédate mudo, chucho y muérete!-Grité soltándome avergonzada y comenzando a correr.

-¡¿Pero qué dices niñata?! ¡Si era eso lo que me has pedido que hiciera!-Gritó mientras me seguía.

-¡Que me dejes, chucho!-Grité tapándome media cara mientras Ryu intentaba ahogar a Shizen para que dejara de seguirme. ¿Qué me pasaba? ¿Qué fue eso? Estúpido chucho...

(. . .)

-Karin ¿cómo sabes que te gusta Shin?-Le pregunté incomoda mientras nos encontrábamos en la hora del almuerzo, de repente al escuchar esa pregunta, el zumo que estaba tomando Karin se le salió por la nariz tapándosela mientras tomaba unos pañuelos para limpiarse.

-¿A qué viene eso?-Preguntó nerviosa cuando de repente me miró con picardía.- ¿Sera por qué te gusta un chico?-Preguntó vacilante quedándome mirándola nerviosa sin saber qué pensar.

-Emm...-Murmuré.- ¡No!-Grité por fin reaccionando.-¡¿Cómo me puede gustar?! ¡Qué asco!-Grité enfadada.

-Te lo has pensado y mucho.-Dijo con una sonrisa pícara.

Wolf's soul Okami no tamashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora