La Tormenta de Inazuma eleven

Raimon

El equipo Raimon regresa a su base, donde la atmósfera está cargada de tensión y preocupación. Axel, visiblemente afectado por lo que ha sucedido, se prepara para lo que podría ser su partido más difícil.

Axel Blaze: (Hablando con Mark en privado)
- No puedo creer que haya perdido a Yuki justo cuando estaba a punto de volver. No podemos fallar, Mark. No esta vez.

Mark Evans: (Con una mano en el hombro de Axel) - No lo haremos, Axel. Yuki aún está ahí dentro, luchando. Vamos a traerlo de vuelta, pase lo que pase.

Silvia, Celia y Nelly que han estado analizando la tecnología de Ray Dark, entran en la habitación.

Nelly: Axel, Mark, hemos estudiado el control que Ray Dark está usando sobre Yuki. Es poderoso, pero no indestructible. Si logramos desestabilizar su energía durante el partido, podríamos darle a Yuki una oportunidad de liberarse.

Celia Hills: Exacto. Pero necesitarán estar en perfecta sincronía. Este será un partido como ningún otro, y Ray Dark jugará sucio. Tienen que estar preparados para cualquier cosa.

Axel Blaze: - Pues haremos eso

EN EL CAMPO

Al día siguiente, Raimon se dirige al campo designado por Ray Dark. La atmósfera es sombría, con nubes oscuras que presagian el encuentro. El equipo de Ray Dark, compuesto por jugadores entrenados con métodos oscuros y energía negativa, ya está en el campo, con Yuki como su capitán.

Ray Dark: (Sonriendo maliciosamente)
- Bienvenidos, Raimon. Espero que estén listos para enfrentar la oscuridad en su máxima expresión.

Yuki Blaze, bajo el control de Ray, no muestra emoción alguna. Su mirada es fría, sin rastro del joven que una vez fue. Axel lo mira fijamente, decidido a traer de vuelta a su primo.

Mark Evans: (Con determinación) - ¡Raimon! ¡Este es nuestro partido más importante! ¡Jugaremos con todo lo que tenemos y más!

El silbato del árbitro suena, y el partido comienza. Raimon se lanza al ataque, pero inmediatamente se enfrenta a la brutal defensa del equipo de Ray Dark. Los jugadores oscuros parecen imbatibles, moviéndose con una precisión casi inhumana.