Nueva York, 1 año y 2 meses antes
- No puedo creer que estemos aquí hoy. He soñado con esta exposición toda mi vida. -
Taylor mira con orgullo el cartel frente a la puerta del local donde está noche se llevará a cabo la inauguración del proyecto en el que hemos trabajado y que me tiene a mi como imagen. Habían sido unas semanas muy duras, de exigencia y de falta de descanso para tenerlo todo preparado y llegar a tiempo a la fecha, pero la ilusión en la cara de Taylor demostraba que había merecido la pena.
- Te vas a hacer rico amigo. No puedo esperar a ver los resultados. - Dice Luke apretándole un brazo con cariño. - Y tu - Se vuelve hacía mí con una sonrisa burlona. - Vas a hacerte famosa.
- Rota y vacía ¿Recuerdas? Ese era el lema de esta exposición. A la gente le gusta el morbo y el sufrimiento de los demás y por eso hemos agotado el aforo. Pero de ahí, a decir que me haré famosa hay un gran paso. - Respondo con ironía. Taylor me mira con seriedad y Luke niega con diversión.
- Aún no entiendes como funciona este mundo Coraline. La gente necesita pasión, dolor, algo donde fijarse que les haga olvidar lo aburrida que pueden llegar a ser sus vidas. Todo se trata de emociones. -Hace una pausa y ríe con sorna. - Eras Psicóloga, deberías saberlo bien. Y nadie muestra esas emociones mejor que tú. - Se gira y se adentra en el local, dejándome con la boca cerrada.
- Tiene razón ¿Sabes? - Me vuelvo de nuevo hacia Luke. Me mira con la misma sonrisa de antes, pero esta vez, en sus ojos, encuentro tensión. - La gente se siente atraída por otra dependiendo de lo que reflejan. Quizás a partir de hoy, haya más gente con la que tenga que compartirte.
- ¿De qué estás hablando? - Frunzo el ceño ante sus palabras, sin entender a qué viene todo esto. - ¿Compartirme?
- Exacto Coraline, compartirte, y no es algo que me guste. Me he aficionado a los momentos en los que puedo ver esa verdadera fachada tuya y me dejas acercarme a ti.
- Para compartirme primero tienes que tenerme. - Le digo intentando bromear, sin saber hasta qué punto habla en serio.
- ¿Y crees que no te tengo ya? - Siento un escalofrío y noto como se me pone la piel de gallina, pero no en el buen sentido. No sé a qué viene este cambio de actitud, y sobre todo no sé a que estaba jugando. Por un momento, parece volver en sí al darse cuenta de mi expresión, sabiendo que me ha asustado, por lo que suelta una carcajada y sus ojos cambian a una expresión de calidez de nuevo. - Estoy de broma Coraline, relájate.- Me da un codazo y yo me río con nerviosismo. - Venga, vamos dentro antes de que Taylor siga regocijándose en su éxito. Tenemos que prepararnos para esta noche y tengo una sorpresa para ti.
Dejo que me lleve dentro e intento olvidar lo que acaba de ocurrir. Durante todo el tiempo que he estado viviendo con Luke, no había pasado desapercibida la forma que tenía de cuidar de mí. Desde aquel día en Times Square, después de sus palabras de aliento, había decidido darle una oportunidad y confiar en él. Había bajado la guardia y le había permitido conocerme. Al menos, una pequeña parte de mí. No había querido contarle quién era Damiano, ni porque huía de Roma. Simplemente me había inventado la historia de que me había ido de casa y estaba huyendo de mi madre. Él me escuchó con convicción y me abrazó con tristeza ante el relato, pero una parte de mi sabía que no me había creído ni siquiera un poco.
Por otro lado, su vida era un libro abierto, me contó que se había criado en un barrio de mala muerte de Nueva York y que su padre era un alcohólico que se fue cuando él era un niño y su madre estaba tan drogada con antidepresivos que ni siquiera se hacía cargo de él. Me contó que asuntos sociales le separó de sus padres porque no le llevaban al colegio y que se pasó el resto de años viviendo en casas de acogida hasta que cumplió los 21 y le echaron de allí. Que trabajó durante años de lo que encontraba y que finalmente había conseguido trabajo como mecánico en un buen taller de la zona, donde cobraba lo suficiente para pagarse este piso.
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Rimani
FanfictionEl tiempo ha transcurrido dejando atrás aquella vida a la que nunca pensó volver. Pero el destino es caprichoso, como lo fue aquella noche, y seguía persiguiéndola. Por muy lejos que fuera.