Decisiones II

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Jisung tomó aire unos segundos y se dignó a mirarlo directamente a los ojos.

—Te preguntarás, ¿Como sé que te gusto? Pues, lo único que te diré es que alguien me lo confesó y, yo estuve teniendo mis sospechas que ya luego fueron confirmandose. Pero bueno, iré directamente al grano.

Minho se estremeció ante la irrelevante confesión, luego de todo esto iría hasta la habitación de Seungmin y lo mataría ahí mismo por traidor. No le importaba si él también moría porque realmente a nadie le gustaban convivir con un Seungmin enfadado, pero ya que.

—Verás, desde el día en que te conocí me agradaste, eres el ser más importante posible en mi vida y te adoro en demasía, la cosa es que creo que no estoy listo —se resumió Jisung, tomándose en serio lo de ir al grano directamente.

Y aún así, Minho no lograba comprender lo que trataba de decirle.

—Pero no te amo románticamente, descubrí que realmente no me gustas como tal, Min. Lo he pensado mucho y estoy completamente seguro de que no somos compatibles de esa manera y que me deje llevar por ni impulsividad— soltó el menor, con la mirada aun fija en su receptor — supongo que me fijé en ti por la atención que me dabas.

Aquello fue como un balde de agua fría. Ni que fría, helada.

Minho se paralizó, su mente se cerró casi por completo, solo una oración repitiéndose en un bucle.

No te amo románticamente, no me gustas como tal, no somos compatibles.

Y esas palabras habían salido directamente de los labios de la única persona a la que él se había permitido amar.

—Que... —logró pronunciar apenas, con la mirada perdida.

—Soy muy jóven hyung, quiero disfrutar mi juventud y soltería un poco más... —expresó el menor.

«todas estas ilusiones me las hacía yo solo...» pensaba Minho sin escucharlo «nunca le gusté, solo era yo malinterpretado la situación» se decía a si mismo.

—Confundí cariño con amor.

«confundió cariño con amor»

Maldita sea, lágrimas.

Minho estaba completamente congelado, sus ojos se aguaron y su mirada se mantenía en la alfombra. Luchaba por controlarse y contener las lágrimas, la calma y la estabilidad. No sabía como responder y no quería manejar la situación de esa manera.

No se esperaba esto.

—Lo siento, hyung. Lamento haberlo ilusionado así, no era mi intención. Quiero que sigamos siendo amigos —murmuró Jisung, suavemente, completamente ajeno a la maraña de pensamientos de su contrario.

Pero aquellas palabras lograron suavizar la mente del mayor. Lograron ayudarle a recuperar el autocontrol.

Lentamente se llevó una mano al rostro y se enjuagó los ojos disimuladamente, agradeciendo a Dios por qué estos no habían derramado ni una sola gota de lágrimas.

—¿C-como llegaste a... A esa conclusión? —preguntó, un poco más calmado y mirándole a los ojos, intentando mantener su dignidad.

—Pasé la noche en casa de un amigo junto con Changbin y Hyunjin. Mi amigo es psicólogo así que me permití desahogarme con él y... Realmente me abrió los ojos, solo dormí tres horas —contestó Jisung, apenado.

Minho soltó un pesado suspiro, tenía que aceptarlo.

Jisung nunca sería para él.

—Por favor continuemos siendo los amigos que somos, no quiero que esto interfiera en nuestra relación como casi hermanos — rogó el menor.

Casi hermanos, sí, eso era él para Jisung.

Minho pudo por fin calmarse completamente, tenía que actuar con madurez.

—Hannie, la primera vez que te vi supe que serías alguien especial en mi vida, sentí ese algo en mi estómago que me movió la tierra bajo mis pies. Tienes razón, sí, me gustas mucho y, aquella vez que me besaste, realmente pensé que llegaríamos a algo y me hice tantas ilusiones... Sabes, tengo hartos a Seungmin, Felix y Jeongin de tanto que hablaba de ti, pero supongo que solo vi lo que quise ver. Está bien Jisung, continuemos con esta amistad, no te prometo ser lo mismo de antes pero, espero que nuestra relación fraternal se mantenga más fuerte que nunca — le expresó al menor, dándole una sonrisa de seguridad.

Sí, a pesar de estar roto por dentro, le sonreía como si nada.

Minho se puso de pie al mismo tiempo que Jisung, ambos se abrazaron fuertemente y el castaño menor le pidió disculpas por hacerlo esperar por nada, a lo que el pelinegro simplemente le da un beso en la frente.

—Todo está bien Jisunggie, gracias por ser sincero conmigo.

El menor salió de la habitación y se despidió de los demás.

Minho esperó a que la puerta principal se cierre para salir de su habitación y escabullirse a la de su pelirubio menor, quien estaba recostado sobre la cabecera de su cama, viendo una serie en su celular.

Rápidamente fue y se tiró sobre su pecho, llorando a mares como una magdalena.

Con toda su falsa dignidad yéndose al carajo.

Minho lloró abrazado a Seungmin, quién simplemente le acariciaba el pelo y le cantaba una canción en voz baja, acariciando su alma con su dulce y melodiosa voz.

Se desahogó, lloró por todos esos años en los que había malgastado su tiempo pensando en alguien que solo estaba confundido consigo mismo, lloró por haberse ilusionado por nada, lloró.

Minutos después se calmaron sus sollozos y ahora simplemente rodaban lágrimas por todo su rostro, bien ocultado en el pecho de su menor.

Este dejó de cantarle "Silent Cry" y le acarició la espalda.

—¿Ya estás mejor, Ho? —le preguntó tan dulcemente que a Minho solo le metieron más ganas de llorar.

—¿Porque Silent Cry? Que ironía —se quejó, su voz apenas escuchandose por los hipidos.

Seung río suavemente y solo continuó cantándole.

Minho se durmió sobre su menor, quien lo cuidó y lo arropó durante toda la tarde hasta entrada la noche.

Y así era el efecto de un amor no correspondido.

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora