Aclaraciones y confesiones

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Minho salió de la habitación completamente entumecido, esos dos lo habían aplastado y le había costado un mundo salirse. Cerró la puerta con sumo silencio y fue entonces cuando vio la puerta de Jisung cerrarse. Podría ir y dormir con él, no sonaba mal.

Se acercó y abrió con cuidado, pero al ver la escena que se estaba dando dentro de la habitación quedó completamente paralizado.

Jisung y Seungmin se estaban besando.

O más bien, Jisung besaba a Seungmin. Porque éste estaba completamente tieso, con los ojos muy abiertos y la piel pálida, sin corresponder. Minho volvió en sí y cerró la puerta, tenía que sacar a Seungmin de ahí de inmediato, tocó la puerta dos veces y esperó.

Un minuto después la puerta se abrió y Jisung se asomó con el rostro completamente rojo.

—Oh, hola Seungminnie, ¿Buscas algo? — preguntó con voz suavecita, Minho derritiéndose de la ternura.

— Han, discúlpame, ¿Haz visto a Minho? Necesito decirle algo...

—Estoy aquí hyu- digo, Min ¿Que pasa? — tartamudeo Seungmin sorpresivamente, apareciendo detrás de Jisung con la cara blanca como la nieve.

Minho quería reírse a la vez que quería golpearlo.

—Te andaba buscando, ven conmigo, hay algo importante que debo decirte a solas.

Seungmin asintió y como un flash salió de la habitación y desapareció en la suya, dos puertas más adelante. Minho se disculpó con Jisung y corrió detrás del pelinegro. Cerró la puerta del cuarto y miró fijamente al menor, quién estaba sentado en la cama procesando toda la situación, tal y como lo hacía cuando se sentía confuso.

—Los vi, Seungmin ¿Que carajo pasó ahí?

—No lo sé.

—¿Porque Jisung te besó?

—Tampoco sé.

—¿Que te dijo?

—Nada, salí de la cocina y venía para acá pero Jisung me arrastró y me llevo allí, me dijo que no podía soportarlo más y simplemente me besó... — respondió Seung, mecánicamente.

—Y ¿Que sentiste? ¿Te gustó?...

—No, soy aroase Minho, te puedo asegurar que él no me gusta ni romántica ni sexualmente, es como un hermano para mí, quédate tranquilo — el pelirubio mayor se tranquilizó ante la respuesta.

—Tal vez haya pensado que yo era tú — balbuceo Seungmin — se estaba confesando, pero sabes cómo es él. No sabía cómo expresar lo que siente así que simplemente me besó y ya.

Minho abrió los ojos como platos, ¿Jisung también gustaba de él?

Santo cielo, soltó un grito interno y sonrió inconscientemente. ¿Porque más querría besarlo? Era obvio que intentaba confesarse, pero como él no estaba enterado que era Seungmin quién ahora estaba en su cuerpo e imagen, lo arrastró y lo besó a él.

Y Seungmin no correspondió.

Recordaba que antes del beso aquél domingo que fiestearon y se emborracharon, se confesó ante su menor y le contó lo mucho que gustaba de Han. Éste recordó ese momento y no tocó a su Jisung.

De pronto, las ganas de golpearlo
se fueron.

—Lo siento hyung — una disculpa se deslizó por los preciosos labios de su menor.

—¿Por que te disculpas? No lo hagas, no es tu culpa. Sé que no le correspondiste, ví el beso, no te preocupes. Ya no estoy enojado.

Luego simplemente se acercó y lo abrazó. Pero el conmovedor momento fue interrumpido por la puerta y la voz de Chan, quien preguntaba si podía entrar y dormir junto a él, refiriéndose a Seungmin.

Minho miró pícaramente la sonrojada cara de su menor, quien había pasado de pálido a rojo, se separó de él y gritó que sí podía pero que iban a estar acompañados.

Más tarde, cuatro pm.

Seungmin fue el primero en despertar, se levantó y gruñó al oír su estómago pidiendo ser atendido. Vio la enternecedora escena de sus hyungs abrazándose instantáneamente al ver que el espacio del medio se había vaciado. Luego dedicó su vista al mayor de los tres.

¿Como podía el idiota de Bang Christopher Chan ser tan malditamente sexy?

Admiró su musculoso brazo rodeando el cuerpo ajeno en posición de cucharita, y pensar que ese cuerpo en el que Minho se encontraba era suyo. Maldita mierda, ambos encajaban tan bien.

Salió de la habitación, sintiéndose sucio al pensar de esa manera en su segundo hyung favorito. Al llegar a la cocina se arrepintió de inmediato haberse levantado de la cómoda cama.

Jisung estaba sentado en la isla, tomándose un café. Al verlo se levantó inmediatamente justo cuando estaba por irse.

— ¡Hyung! Espera por favor, escúchame — rogó, yendo hasta él.

Lo tomó del brazo y lo sentó frente a la silla que él ocupaba para luego volver a su lugar.

— Quiero disculparme por lo de hace rato, mira yo... No sé cómo explicar esto pero, tú me gustas. Carajo, me gustas, y mucho. Sé que te habré asustado hace rato o tal vez te incomodé, lo lamento muchísimo; sé que esto está mal, especialmente porque somos celebridades, pero espero llegar a algo contigo. No quiero que me digas ahora mismo que sí o no, quiero que lo pienses primero y que me des tiempo a mí también, necesito estar completamente seguro de que quiero esto, después de todo solo actúe impulsivamente y me deje llevar — soltó Jisung, con la mirada gacha — En fin, solo eso...

Seungmin se conmovió profundamente, nunca pensó encontrarse en esta situación pero le enterneció ver cómo su amigo intentaba manejar la situación de manera madura, tomando en cuenta la opinión ajena y reconociendo su error. Se sentía tan conmovido que no dió respuesta hasta que Jisung le pasó la mano por la cara para que salga de sus pensamientos.

El pelinegro aceptó las disculpas, le prometió pensarlo y le agradeció su sinceridad. Luego ambos decidieron ir a la sala de estar a mirar una peli mientras veían café, pasando una buena tarde como los buenos amigos que eran.

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora