Menos mal

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Menos mal que no habían desayunado, porque sino estaría vomitando en ese preciso momento.

Ambos estaban ya en el callejón ese, eran las ocho y media de la mañana del miércoles. Al principio todo estaba bien, las paredes todas llenas de moho y la pintura rota y manchada de aerosol, basura por aquí y por allá, una que otra rata, normal.

O por lo menos hasta que se metieron a una especie de pasillo, donde ni siquiera se respiraba aire, sino un olor hediondo que los animaba a echarse para atrás. Seungmin hasta tuvo que sostenerse del brazo de su hyung para no caerse. Y así siguieron hasta llegar a una camioneta blanca de esas antiguas que estaba abandonado en medio de la nada, esa camioneta era la señal del final del pasillo. Divisaron una frase escrita en aerosol rojo sobre una puerta, esta decía "MC".

A la puta mierda, es un callejón sin salida, desperdicie dióxido de carbono en esto, pensó Seungmin, asqueado, mientras volvían sobre sus pasos y retomaron su camino. Siguieron caminando hasta que por fin llegaron a la razón principal de su salida, la tienda de donde compraron el soju.

Entraron haciendo sonar la campanita, el lugar tenía un aspecto tétrico pero limpio, no había mesas, solo una barra y un muchacho con cara de aburrido detrás del mostrador, tenía tatuajes visibles, músculos bien marcados y era extranjero. Era bastante atractivo la verdad, no era su tipo pero si parecía alguien con quien podría liarse durante una noche.

Seungmin sacudió la cabeza ante tal pensamiento, avergonzado. Tal vez no había intercambiado por completo de cuerpo con Minho y por eso se debían esos pensamientos raros. Sí, eso.

— Buenos días, ¿Se encuentra el dueño de este establecimiento? — saludó-preguntó su hyung.

— Buenos días, la dueña no se encuentra ahora pero tal vez en la tarde noche podrán encontrarla por aquí. ¿Desea dejar algún mensaje o algo? — respondió el chico dedicandoles una hermosa sonrisa y borrando de su rostro todo rastro de aburrimiento.

— No, solo queríamos hablar con ella, pero de igual manera muchas gracias. Volveremos más tarde. — dijo Minho algo desconcertado por la versatilidad de las expresiones del chico.

— De acuerdo, les doy un folleto del bar por si desean volver, me llamo Luka, un gusto. — el chico les entrego dicho folleto y les deseo un buen día.

Entonces salieron del establecimiento y volvieron por el mismo camino. Ambos estaban tan confundidos, no era una tienda sino que un bar y el chico se mostró demasiado amigable, a Seungmin no le inspiraba mucha confianza pero si quería recuperar su cuerpo debía de arriesgarse. Le pidió el folleto al pelirubio y se puso a hojearlo.

No había mucha información importante ahí, solo mostraba la ubicación, relataba algunos peligros de la zona, exigía que se llevara alguna arma de protección por si acaso y presentaba lo que era en si el bar. Un establecimiento de servicio rápido que atendían al instante y te permitían quedarte ahí hasta cierta hora asignada solo para beber, por eso no habían mesas.

El nombre del bar era "MC", mismo nombre que vieron escrito en esa camioneta abandonada.

El tal Luka dijo que la dueña estaría durante la tarde noche, pero ellos tenían asuntos a esa hora así que volverían mañana.

Seungmin resopló resignado y se agarró de nuevo al brazo de su hyung, esto sería difícil.

Más tarde...

¿Ustedes se imaginan un día en el que vas a una reunión importante en donde tú eres uno de los invitados especiales pero llegas tarde porque se te ocurrió ir de compras junto a tu amigo para matar el tiempo?

Pues sí, ese era exactamente la situación de un pelinegro de veintitrés años que estaba peinándose y maquillandose rápida y adecuadamente mientras su mayor estaba acostado en su cama viendo el celular de manera aburrida, rodeado de bolsas de tiendas de ropa y chucherías.

Tú sabes dónde queda el lugar así que tú me vas a llevar — anunció Seungmin mientras revisaba que su maquillaje discreto si quedaba con su peculiar rostro y recogía algunas cosas que se iba a llevar.

Le costó un poco elegir que ponerse, que colores le sentaban bien y que maquillaje usar ya que este no era ni su cuerpo ni su rostro así que no tenía ni idea de nada. Obviamente recibió ayuda de Minho, cuyo trabajo solo fue darle su más sincera opinión sobre su vestimenta. No le había ayudado mucho en realidad, a su mayor no le importaba las primeras impresiones o el físico, solo le aconsejó que fuera él mismo ya que la personalidad es lo más atractivo de una persona.

Cuando Minho aparcó frente a una especie de salón de eventos, bastante grande y con algo de movimiento por dentro, le dio un besito en el cachete como despedida y le deseo suerte, Seungmin bajo impacientemente del auto, agradeció a su hyung y le dijo que le avisaría para que volviera a recogerlo más tarde.

La poca tranquilidad que le quedaba desapareció de su cuerpo en cuánto vió el auto alejarse y oyó una voz femenina llamándolo por el nombre de "Señor Lee".

Seungmin se giró y vió a una chica de pelo negro, lacio y largo, estaba vestida con un pantalón sencillo blanco y una blusa, blanca también, muy bonita con bordados de flores, dicha fémina tan amable lo invitó a pasar y le pidió que se quitara los zapatos y los dejara en el enorme vestíbulo, Seungmin acató el pedido sin problema y siguió a la chica que le hablaba sobre la preocupación que sentían algunos de los presentes debido a su tardía llegada. Cuando entraron al salón principal donde se ejecutaría la mencionada reunión, unas doce personas se acercaron a saludarlo, algunos con reverencias y otros con informalidades, llamándolo por su nombre "Lee".

El pelinegro solo pudo responder con unos "hola" y "gracias" y también "yo también me alegro de conocerte" con una sonrisa simple, hasta que fue llevado hasta unos sillones bastante grandes, donde él suponía que toda esta gente había estado conversando mientras bebían café y comían algunos dulces.

La noche sería larga.

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora