Epílogo

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Un mes después

Bueno, cosas de la vida.

El 2min jamás se habría imaginado que algunos puntos de su perspectiva de la vida cambiaría en tan solo dos meses.

Sonaría increíble decir que ellos intercambiaron de cuerpo, aparte de increíble, loco. Pero es un suceso tan importante porque gracias a eso, uno pudo aprender a amarse a sí mismo y expresarse más, a empatizar con los demás, y el otro pudo decidir de una vez a abrirse, a arriesgarse, a dejar de planear cada momento de su vida como si de un guión tratara.

Minho pudo continuar sencillamente como si nada, Jisung y él habían pasado de ser amigos a mejores amigos, con ayuda de Seungmin pudo lograr superar un poco su rechazo amoroso, todavía le dolía pero por lo menos ya podía mirar al castaño a la cara sin sentir ganas de tirarse de un alto piso. Ahora podía verse al espejo y apreciarse a sí mismo.

Mientras, Seungmin estaba de lo más normal, él había aprendido también a amarse tal cuál, su relación con los demás miembros mejoró mucho. Por estar tan enfrascado planeando su vida, no había podido conocerlos como se debía aún cuando vivía con ellos desde hacía más de siete años.

En cuanto a Chan...

Bueno, eso de que tendrían un acercamiento sexual cada tres o cuatro meses fue una vil mentira, ninguno pudo aguantarse más de tres semanas y, cuando fueron los ocho a la isla Jeju de visita, ambos aprovecharon una tarde a solas para revolcarse juntos en la habitación de dicho pelirubio. Quien logró vengarse de una buena vez de su mayor, siendo esta vez él el de arriba.

Con Minho también había fortalecido su relación, inclusive mucho más que con Chan. El pelinegro había descubierto que si se besuqueaba al menor, conseguía chantajearlo y sacarle lo que sea, así que había decidido utilizar ese método para molestarlo.

Obvio, todo entre amigos.

En fin, cositas de la vida.

Esa noche, Seungmin bajó tranquilo por las escaleras de la preciosa cabaña que habían alquilado por parejas y se encontró al Lee mayor preparando chocolate caliente con galletas, la receta perfecta para esa helada noche de invierno.

—¿Quieres? —le convidó el mayor.

Seungmin asintió y fue a la sala a esperarlo. Ambos se sentaron esa noche fría, juntos, a beber chocolate y tragarse galletas, conversando y riendo felices. Porque así debe ser la vida, hay que disfrutarlo a lo máximo, uno nunca sabe si el día de mañana ya no estará presente, siempre habrá momentos en donde se llora, en donde se enoja y en donde se ríe.

Cuando terminó la velada, fueron a su habitación compartida. Y los dos solos, rodeados de la calma, de la oscuridad y de la densa luz de la luna que se colaba por la ventana, acostados en la cama del mayor. Comenzaron a alabar la vida, hablaron de lo maravilloso que era ser uno mismo, no temerle a la sociedad, vivir feliz y tranquilo. Recordaron momentos aleatorios con los miembros, momentos graciosos, tristes, tensos, momentos que guardaban en el corazón. Decidieron tomarse toda la experiencia recién vivida como un recuerdo de reflexión que los ayudo a encontrarse.

Y ambos, con el canto de los búhos, el sonido de las hojas siendo sacudidas por el viento, mezclaron el vivaz sonido de la noche invernal con sus inconfundibles voces oídas en un grito con sonrisas alegres de por medio.

—¡Maldito soju!

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Nota de la autora:

Y hemos llegado al final de esta historia tan random que escribí por diversión pura.

Seré sincera, me encariñe con este fic. Me duele un poco el terminarlo ya.

Al principio no quería hacerlo tan largo, porque a mí no me gustan las historias largas, pero en fin. Hasta aquí llega esto.

Muchas gracias a todos los que estuvieron durante toda la emisión de fic, fueron mi motivación a continuar. (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠✧⁠*⁠。

Me despido. Buenos días, tardes o noches. ♡

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora