Más mentiras, más culpas

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Seis de la mañana, sábado.

Minho estacionó el auto en el aparcamiento del aeropuerto de Incheon y bajó junto a Seungmin, ambos notablemente nerviosos.

Estaban a punto de recibir a los demás miembros, y debían actuar como si todo estuviera absolutamente normal. Aún sabiendo que los chicos los conocían como las palmas de sus manos.

Ambos se dirigieron a la enorme entrada y se quedaron ahí en medio de las cámaras, la prensa y algunos fans que querían recibir a los miembros. Ambos fueron muy bien cubiertos así que nadie los reconoció.

O bueno, no hasta que los chicos salieron del lugar y al verlos corrieron literalmente hacia ellos a abrazarlos como si no se hubieran visto en años con las cámaras detrás persiguiendolos y las fans gritandoles todo tipo de cursilerías. Tuvieron que quitarse el gorro, el tapabocas y los lentes de sol para poder posar bien en las fotos.

Minho aún se preguntaba cómo rayos los habían reconocido si ambos fueron vestidos como dos emos sin casa.

Tiempo después, ya en casa.

¿Y que tal, chicos? — preguntó Hyunjin, entusiasmado mientras se abrazaba a Minho, obviamente pensando que era Seungmin a quien estaba apretujando.

— Meh, nada, aburrido. Ya saben — contestó el pelirubio, con una mala cara muy bien disimulada.

Todos los miembros decidieron descansar un poco luego de tantas horas de viaje y cámaras como recibimiento. Minho fue arrastrado por Hyunjin y Jeongin a la habitación del maknae a dormir juntos. No pudo negarse, después de todo si tenía sueño.

Seungmin estaba hablando con Chan en la cocina, ayudandolo a guardar comidas traídas desde Australia que Jessica Bang había enviado para ellos.

— ¿Como les fue en sus vacaciones en Australia? No me contaste mucho de lo que hicieron.

— Ah bueno, fuimos a la playa, jugamos volleyball, conocimos a algunas amigas mexicanas de mi hermana, fuimos a atracciones turísticas, visitamos a la familia de Felix y paseamos individualmente por cualquier lugar — contó Chan, tranquilamente — Lo mismo de siempre, ¿Y ustedes?

— Ya te dije, nada. Aparte de la reunión, la fiesta familiar, el parque y el acuario, no salimos a ningún otro lugar y nos quedamos aquí. Nos sentíamos más cómodos y preferimos quedarnos encerrados — respondió cuidadosamente Seungmin, sintiéndose mal por estarle mintiendo a su tan cálido hyung.

— Naturalmente, el hecho de que hayan decidido ir a ese acuario y al parque fue una noticia bomba, me alegro mucho que salieran juntos. Me sentía mal por no llevarlos con nosotros.

Chan se veía apenado, pero Seungmin lo tranquilizó con más mentiras, sintiéndose aún peor. Al final no pudo aguantarlo más y se excusó diciendo que iría a dormir, lo abrazó fuertemente y salió casi corriendo de la cocina, con la culpa insultandolo sin piedad.

Sin embargo no pudo cumplir con su meta, estaba a punto de entrar a su habitación pero un agarre en la muñeca evitó tal acto y lo arrastró a la habitación al final del pasillo, la habitación de Jisung. Ambos entraron a la dicha pieza, la persona cerró la puerta y se paró frente a él, aún sosteniéndole la muñeca.

Seungmin enfocó su vista y se dió cuenta de que era Jisung quien lo había arrastrado hasta ahí.

— Hola Min, lamento que te haya traído hasta acá por sorpresa — comenzó el chico — sé que son las siete de la mañana y que debes estar cansado al igual que yo. Pero es que no puedo aguantarlo más.

De repente, sin previo aviso, Jisung tiró de él y lo besó.

Seungmin cayó en cuenta de que se estaba confesando, pero él no era Minho.

Y ahora estaba teniendo el tacto de los labios de Han Jisung sobre los suyos.

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora