Sorpresiva primera vez

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Seungmin sonrió emocionado al ver a sus abuelos de nuevo luego de tanto tiempo sin reunirse. Su abuela se había mostrado sorprendida por su visita así que le besó toda la cara y no lo soltó por mucho tiempo, su abuelo lo llenó de abrazos y le agradeció por haberse dignado a poner un pie en esa casa. Su familia era tan adorable que quería llorar de tanta emoción.

Pasó un buen rato hablando con sus abuelos en el patio trasero junto a la piscina, luego fue al jardín a recostarse en el césped junto con los tres perros de la casa.

Estaba realmente agradecido por haber recuperado su figura de nuevo, cuando vió el mensaje de Lee solo pudo echarse a reír, estuvo contento todo el día y no podía parar de sonreír.

Recostado ahí, en el pasto con el sol calentando su cara, se sintió alegre, pero sentía que algo faltaba.

¿Como podía sentir eso sí ya había recuperado lo que quería? Bueno, la respuesta es sencilla: no se trataba de algo mental, sino físico.

Había recuperado su cuerpo, ¿Pero que sentido tendría alegrarse por tenerlo de vuelta si nunca lo había aprovechado y nunca le había gustado? Recordó esa conversación que tuvo con Jeongin cuando este había tenido su primera vez.

Sí, estamos hablando de sexo.

Jeongin lo había tenido con una chica, y dijo que se sentía bien. Seungmin ni había dado su primer beso así que se sintió un poco incomodo con la conversación, aunque el único que hablaba era Jeong.

Su menor lo había descrito como la mejor sensación del mundo, el sentido del placer, como tocar las nubes y sentir los rayos del sol acariciando tu piel. Dijo que fue la mejor experiencia del mundo y le aconsejó que él también lo tuviera. Bueno, Seungmin también quería sentir todo eso, pero... ¿Como iba alguien a querer tener relaciones con él si era un mísero inexperto? Entonces, como aquella vez que Minho le pidió que fuera a la reunión, se sintió horrible por no poder hacer algo bien.

Entonces ¿Que?, ¿Debería ya de tener su primera vez? Se decidió que por lo menos lo intentaría.

Aunque no creía conseguirlo, después de todo, alguna vez llegó a pensar que sería Aroase* para toda su vida.

—¿Pero como y porque llegamos a esta conclusión, mis pequeños? — preguntó a los perros, obviamente no recibiendo respuesta.

Horas más tarde, ocho pm.

Salió del edificio departamental en donde vivían sus padres y caminó en dirección a su auto.

Sí, se había comprado un auto en cuanto consiguió su licencia.

Justo cuando estaba por subir a ella, sonó su celular, era Bang Chan. Y al oírlo supo que estaba completamente borracho.

¿M-min, cariño eres tú? — balbuceó el mayor.

Seungmin hasta sintió el olor a alcohol con solo escuchar su voz.

— ¿Haz estado bebiendo, Chan?

S-solo fueron unos tragos... Haha, además, no estoy taaan borracho... Digo yo — respondió el mayor entre risitas.

Ajá, maldita sea Banhg, dime dónde estás, paso por ti — ordenó, colgando luego de eso.

Simplemente subió al auto y condujo hasta donde el gps que le envío Chan lo llevó. A suerte suya, este estaba sentando en un banco afuera de esa especie de discoteca. Seungmin tuvo que reunir todas sus fuerzas y valor para poder subirlo al coche, Chan estaba muy borracho y no quería colaborar mucho, lo llevó hasta el edificio y otra vez pasó por el mismo delirio. Apenas y pudieron llegar a la habitación del mayor.

Para sorpresa del rubio, el departamento estaba completamente vacío. Le preguntó a Chan y este le dijo, apenas en sus cabales, que los otros tres restantes lo habían dejado solo para ir a pasar el día en casa de unos amigos y que él se había sentido tan deprimido estando solo que fue a una discoteca.

Seungmin maldijo el corazón de pollito de Chan para sus adentros.

— Minmin.

El pelirubio logró recostarlo boca arriba en su cama, ahora tocaba quitarle los zapatos y obligarlo a cambiarse de ropa.

— ¿Que pasa, Channie-hyung? — contestó, de espaldas a él, intentando encontrar el bendito interruptor de luz para poder ver y buscarle el pijama.

—¿Yo te gusto?

~¿Que?~

Seungmin se paralizó justo enfrente del espejo ante tal pregunta y no supo que responder.

O sea, que pregunta por Dios santo.

¿Que le diría? Ni siquiera él mismo sabía si le gustaba o no, joder.

Tenía los sentidos desconfigurados, la pregunta lo había dejado completamente hecho piedra. O bueno, eso hasta que sintió unos brazos rodeándolo y una respiración sobre su cuello.

De por sí, Seungmin era unos centímetros más alto que Chan, pero aún así no podía evitar sentirse pequeño ante tremenda masa de músculos y testosterona, y su delgadez natural no ayudaba mucho.

—Responde — murmuró Chan sobre su cuello, logrando inconscientemente que una descarga eléctrica recorriera la espalda del menor.

—N-no lo sé...

Mierda, tartamudeo. Él nunca tartamudeaba, por los mil demonios.

—¿Estás seguro? Te ves tan caliente...

Por todos los cielos, no se lo esperaba para nada.

~¿Yo caliente? ¿Yo, que soy más conocido por ser cute sin intentarlo? ¿Yo, que literalmente siempre visto con ropas tres tallas más grandes?~ pensó para sus adentros.

Chan paseó sus manos por todo su torso hasta llegar a su cintura, que apretó con suavidad.

—Me prendes mucho, ¿Sabes? Ahora mismo sería capaz de tirarte sobre la cama y hacer que grites mi nombre — susurró el mayor, paseando sus labios sobre todo el cuello del pelirubio — por favor Min, no alarguemos esto, sé que lo quieres.

Eso solo significaba una cosa.

Seungmin solo pudo preguntarse que carajos haría en ese momento, irse o quedarse. Sabía que la primera opción era la más inteligente, sensato, prudente y todo tipo de adjetivos calificativos que aseguraban su dignidad. Pero la segunda era la que lo haría sentir todas esas cosas que Jeongin le había mencionado sobre la primera vez.

Y eso que justo esa tarde se había decidido intentarlo por lo menos una vez.

Pero, el problema estaba en que no lo iba a hacer con alguien cualquiera, sino que con el mismísimo Christopher Bang Chan, su líder.

Sabía que se arrepentiría un montón si llegaba a elegir la segunda opción pero, al carajo todo. Estaba harto de ser sensato, iba a ser atrevido por una vez en su miserable vida.

Después de todo, era la primera vez que alguien le expresaba su sentimiento de deseo sexual hacia él.

Dió media vuelta y, temeroso, asintió con la cabeza, sin mirarlo directamente a la cara.

—Por favor se suave, es mi primera vez — le confío, rojo de la vergüenza.

Chris sonrió dulcemente y lo arrastró hasta la cama.

Dónde la luz de la luna pudo acariciar las dos siluetas entregándose en cuerpo al otro.

¡Maldito Soju!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora