• Capitulo 2

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La carne asada en el plato estaba perfectamente cocida, y el clima en el restaurante era ideal: ni demasiado cálido ni demasiado frío. Tatiana me había sacado de casa para pasar la tarde en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, un lugar al que no había ido en mucho tiempo. Mientras disfrutábamos de la comida, el ambiente era más cálido que el de las últimas semanas.

—¿Cómo te sientes, Sophia? —preguntó Tatiana, con un tono de preocupación en su voz mientras comenzaba a cortar su carne.

Suspiré y dejé el tenedor a un lado. La pregunta de Tatiana me hizo pensar en cómo había estado lidiando con el dolor desde que Ricardo me había traicionado.

—Aunque ya ha pasado un mes desde todo lo que ocurrió, sigue siendo difícil —admití—. Aunque hemos estado juntos solo por medio año, el daño que me hizo Ricardo sigue afectándome. Me dolió mucho ver cómo todo se desmoronaba de esa manera.

Tatiana asintió con comprensión.

—Ricardo no vale la pena si te hizo daño así, especialmente en un día tan especial como su aniversario. No deberías estar sufriendo por alguien que no te valora.

Sus palabras resonaban en mí, y no pude evitar recordar aquella noche. Ricardo había intentado explicarse después de la traición, pero estaba tan herida que no pude escuchar ni entender nada. Simplemente salí del departamento, y esa noche lloré en la casa de Tatiana, sumida en la tristeza. Al día siguiente, Ricardo intentó buscarme, pero no estaba lista para enfrentar lo que había pasado. La semana siguiente, las llamadas cesaron, y Ricardo me entregó la mitad del dinero del departamento que habíamos comprado juntos antes de desaparecer de mi vida.

Miré a Tatiana, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza. Sabía que había cambiado, pero no estaba segura de cómo volver a ser la misma.

—No eres la misma desde entonces, y eso no me gusta —dijo Tatiana con firmeza—. Si necesitas quedarte en mi casa todo el tiempo que necesites, lo harás. No tienes que buscar otro lugar por ahora.

—No quiero incomodarte —le respondí—. Mi idea es encontrar un departamento libre pronto para mudarme y no ser una carga para ti.

Tatiana sabía que, en realidad, mi búsqueda de un nuevo lugar era un intento de escapar de la incomodidad y el dolor. A pesar de mis palabras, no estaba lista para hacer ese cambio.

—Sophia —dijo Tatiana—, no cambiará nada si sigues buscando un departamento ahora. Tómate el tiempo que necesites. A veces, estar en un lugar donde te sientas segura es lo más importante.

Asentí, sintiendo el peso de sus palabras. Su apoyo era incondicional, y eso significaba mucho para mí.

Después de nuestra comida, salimos del restaurante y nos dirigimos a casa. Durante el trayecto, la conversación se tornó más ligera y amena. Tatiana comenzó a hablar sobre una nueva banda de K-pop que había descubierto recientemente.

—He estado escuchando a esta banda de K-pop, y me encanta cómo cantan. Son tan buenos —dijo Tatiana con entusiasmo—. Me he enamorado de todos ellos.

—No puedo creer que te gusten tanto —reí—. Parece que estás completamente enganchada.

Tatiana sonrió, disfrutando de la conversación sobre sus nuevos descubrimientos musicales.

—Definitivamente, estoy obsesionada. ¡No puedo dejar de escuchar sus canciones!

Cuando llegamos a casa, Tatiana comenzó a preparar algunas mini hamburguesas mientras yo me encargaba de hacer palomitas. Aunque no era tarde, el restaurante estaba bastante lejos, y pasamos la tarde allí. Tatiana salió a comprar una gaseosa de dos litros y cuando regresó, yo ya había terminado con las palomitas.

29 razones para quedarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora