• Capitulo 14

58 4 0
                                    

.
Kai me miraba de manera impenetrable, su rostro era difícil de descifrar. A su lado, la chica seguía hablando animadamente sobre lo mucho que le gustaba el restaurante y la experiencia que estaba viviendo allí. Sus palabras flotaban en el aire, pero yo apenas las escuchaba. La verdad era que mi atención estaba completamente puesta en él, en Kai, y en esa incómoda sensación de incertidumbre que no me dejaba en paz.

"¿Tiene pareja?", me pregunté una y otra vez. Nos conocimos ayer , claramente no me iba a contar nada pero Ahora, ver a esta chica junto a él hacía que las piezas que intentaba armar en mi mente simplemente no encajaran. ¿Era es su novia? ,. La noche anterior se había desarrollado de una manera tan inesperada que nunca me detuve a preguntar más allá.

La chica a su lado sonreía mientras seguía hablando, aparentemente sin notar el silencio pesado que llenaba el aire entre nosotros tres. Me resultaba increíble cómo podía estar tan ajena a la incomodidad que yo sentía en esos momentos. Kai, por su parte, seguía inexpresivo, casi como si estuviera en otro mundo.

"Quizás... no es su pareja", pensé. La idea cruzó por mi mente rápidamente, pero no lograba encontrar sentido , esto parece ser una cita , pero ¿Quien iría a una boda sin su novia ? . De cualquier manera, la tensión no disminuía. Al contrario, se hacía más densa, más palpable con cada segundo que Kai seguía sin decir una palabra.

De repente, Riwel, con su usual simpatía, intentó suavizar el ambiente al ofrecerles algo más para beber. La pareja dudó un momento, pero antes de que pudieran decir algo, Daniel se acercó a la mesa con una expresión de urgencia que dejó claro que algo estaba sucediendo en la cocina.

—Hay nuevos pedidos urgentes —le informó a Riwel, que asintió rápidamente.

—Lo siento, tengo que irme —Riwel se disculpó amablemente con Kai y su acompañante—. Hay más clientes llegando, pero espero verlos nuevamente pronto.

La chica sonrió con amabilidad y respondió:

—¡Gracias! Seguro volveremos pronto.

Kai, sin embargo, no dijo nada. Solo asintió levemente, casi sin levantar la vista del plato frente a él. No pude evitar notar lo desconcertante que era verlo tan distante, como si nada de lo que pasaba a su alrededor importara realmente.

Riwel se dirigió a la cocina, y yo lo seguí en silencio, sintiendo una mezcla extraña de curiosidad y confusión. Kai no era alguien fácil de leer, y la situación que acababa de presenciar me dejaba más preguntas que respuestas. ¿Por qué no había mencionado a esta chica antes? ¿Por qué parecía tan distante?

Se conocieron ayer Sophia..

Era verdad , no había confianza y al parecer le caigo mal. Ni me saludó

Mientras ayudaba a Riwel con los platos en la cocina, no podía evitar darle vueltas al asunto en mi cabeza.

Mis pensamientos se interrumpieron bruscamente cuando escuché a Tatiana gritar desde el mostrador.

—¡Sophia! ¡Ven a ayudarme, por favor!

Me apresuré hacia ella, tratando de apartar los pensamientos de Kai de mi mente, aunque no podía negar que la curiosidad me seguía carcomiendo por dentro. Cuando llegué al mostrador, Tatiana me lanzó una mirada desesperada.

—Esto está lleno de gente —dijo, señalando a los clientes que estaban esperando para pagar—. Necesito que acomodes las cucharas, los tenedores y los cuchillos para que Daniel los lleve a la mesa. ¿Puedes?

—¡Claro, claro! —respondí, tomando los cubiertos y comenzando a organizarlos.

Pero incluso mientras hacía mi trabajo, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ver. Desde donde estaba, tenía una vista perfecta de Kai y su acompañante. Aunque algo había cambiado en la mesa. La chica seguía hablando, pero su tono era diferente, más tenso. Kai, por su parte, estaba completamente absorto en su celular, sin prestarle atención.

29 razones para quedarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora