Capítulo 1: El Despertar en Naboo

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El dolor fue lo primero que sintió. Un dolor agudo y penetrante en la cabeza, como si alguien hubiera clavado una aguja directamente en su cerebro. Luego, un frío helado recorrió su columna vertebral, arrastrándolo de vuelta a la conciencia. Abrió los ojos, parpadeando contra la luz del sol que se filtraba a través de unas cortinas blancas y translúcidas. A su alrededor, todo era extraño y, al mismo tiempo, familiar.

No era la primera vez que despertaba de forma tan abrupta, pero esta vez había algo diferente. Todo estaba demasiado nítido, demasiado real. Un fuerte olor a flores dulces impregnaba el aire, y podía escuchar el susurro de voces apagadas al otro lado de la habitación. Se levantó de la cama lentamente, sintiendo cómo cada músculo protestaba por el esfuerzo. La habitación en la que se encontraba era amplia, decorada con muebles elegantes y delicados ornamentos que parecían sacados de una película de ciencia ficción.

Entonces lo recordó. Todo. Cada fragmento de su vida pasada pasó ante sus ojos como un torrente incontrolable: su nombre era Aiden, o al menos lo había sido. Había muerto, lo recordaba claramente ahora. Un accidente automovilístico, un instante de distracción, y luego nada. Hasta este momento.

"¿Dónde estoy?", murmuró, su voz sonando áspera y desconocida en sus propios oídos.

Aiden se llevó una mano a la cabeza, tratando de ordenar sus pensamientos. Miró a su alrededor, tratando de encontrar alguna pista, y fue entonces cuando lo vio. Un espejo de cuerpo entero estaba situado contra una de las paredes, y la imagen que reflejaba no era la que esperaba.

En lugar de su cuerpo de mediana edad, con la barba descuidada y el cabello canoso, el espejo le devolvió la mirada de un joven de unos veinte años. Su cabello era oscuro y lacio, y su piel clara contrastaba con los ojos azul profundo que lo observaban con una mezcla de sorpresa y reconocimiento. Se acercó al espejo, tocando su propio reflejo con incredulidad. No solo era más joven, sino que también vestía ropa que parecía sacada de una película histórica: una túnica de seda, ajustada con un cinturón de cuero, y unas botas altas que le llegaban hasta la rodilla.

"Esto no puede estar pasando", susurró, pero en el fondo sabía que sí lo estaba.

Unos golpecitos suaves en la puerta lo sacaron de su ensimismamiento. Aiden se giró justo a tiempo para ver entrar a una mujer de aspecto severo, con el cabello recogido en un moño y vestida con una especie de uniforme elegante. Su rostro mostró alivio al verlo despierto.

"Señor Dallen, gracias a los cielos que está despierto", dijo, avanzando rápidamente hacia él. "Nos tenía muy preocupados".

"Dallen...", repitió Aiden, probando el nombre en su boca. No era suyo, pero de alguna manera, se sintió correcto. "¿Qué ha pasado?"

La mujer lo miró con una mezcla de confusión y preocupación. "Tuvo un accidente durante la caza ayer. Fue arrojado de su speeder y cayó por una pendiente. Los médicos temían por su vida, pero parece que ha tenido suerte".

Un speeder. La palabra resonó en su mente, trayendo consigo una avalancha de imágenes y recuerdos que no le pertenecían. Aiden parpadeó, luchando por separar lo que sabía de lo que recordaba. Estaba en Naboo, un planeta de la galaxia de Star Wars. Y él... él era Edran Dallen, un joven noble de una familia menor pero respetada en la sociedad de Naboo.

La mujer, que ahora recordaba como Mara, la gobernanta de la casa, lo observaba con detenimiento. "¿Se siente bien, señor? ¿Recuerda algo del accidente?"

Aiden negó con la cabeza, optando por la cautela. "No, no lo recuerdo. Todo es un poco confuso".

Mara asintió, aunque la preocupación no abandonó sus ojos. "Eso es comprensible. Los médicos dijeron que podría tener amnesia temporal. Será mejor que descanse por ahora. Informaré a su madre de que está despierto".

"Sí, gracias, Mara", respondió Aiden, intentando no parecer demasiado fuera de lugar. Cuando ella salió, cerrando la puerta detrás de sí, Aiden se dejó caer en la cama.

La realidad de la situación lo golpeó con fuerza. De alguna manera, había reencarnado en el cuerpo de este joven noble en Naboo, un planeta que conocía bien de las películas y las series animadas. Pero esto no era un sueño ni una simple fantasía. Todo era real: las sensaciones, los recuerdos, el mundo que lo rodeaba.

Por un momento, el pánico amenazó con apoderarse de él. No tenía ni idea de cómo había llegado aquí, ni de por qué había sido elegido para ocupar este cuerpo. Pero el pánico fue rápidamente reemplazado por otra emoción: determinación. Tenía una segunda oportunidad, una vida nueva en un universo lleno de posibilidades. Y, si jugaba bien sus cartas, podía hacer mucho más que simplemente sobrevivir.

Sabía lo que estaba por venir. El asedio de Naboo por parte de la Federación de Comercio, la ascensión de Palpatine al poder, las Guerras Clon, la caída de la República y la purga de los Jedi. Todo estaba grabado en su mente con una claridad cristalina. Y aunque no podía prever cada detalle, tenía una ventaja que nadie más en este mundo poseía: conocimiento del futuro.

"Si voy a estar aquí", murmuró Aiden para sí mismo, "voy a hacer las cosas a mi manera. No cometeré los errores que vi en las películas. Haré algo más grande, algo que nunca esperaron".

Con una nueva resolución, Aiden se levantó de la cama. Podía sentir la energía del cuerpo joven que habitaba, la fuerza y la vitalidad que lo llenaban. Y más importante aún, podía sentir las oportunidades que este nuevo mundo le ofrecía. Naboo sería solo el comienzo.

El primer paso, decidió, sería familiarizarse completamente con su nueva vida y su entorno. Tenía que saber quién era, quiénes eran sus aliados y enemigos, y cómo podía comenzar a construir su propio camino en este vasto y peligroso universo. Un imperio no se construía en un día, pero Aiden estaba dispuesto a intentarlo.

Al final, sabía que solo había una regla que debía seguir: en esta galaxia, la fuerza y el poder lo eran todo. Y él, Aiden Dallen, estaba decidido a obtener ambos.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora