Capítulo 22: El Duelo en las Puertas de Theed

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La intensa batalla entre Aiden, Mara y Darth Maul parecía estar desatada en una danza mortal. El sonido de los sables de luz chocando resonaba en las calles de Theed, mientras los ecos de los disparos láser y las explosiones llenaban el aire. Cada movimiento de Maul era calculado, preciso, su velocidad y brutalidad mantenían a Aiden y Mara en constante movimiento. Este no era un duelo simple; era una confrontación entre la luz y la oscuridad.

"¡Cuidado!", gritó Mara, bloqueando un ataque rápido de Maul, quien giró su sable doble en un movimiento fluido y letal.

Aiden logró desviar otro golpe justo a tiempo, pero la intensidad de la pelea comenzaba a pasar factura. Sabía que Maul estaba jugando con ellos, desgastándolos poco a poco. A pesar de su entrenamiento, Maul parecía tener una ventaja que los superaba. Sus movimientos eran casi imposibles de predecir, y la furia en sus ojos demostraba que no tenía intención de ceder terreno.

"Está midiendo nuestras debilidades", pensó Aiden, concentrándose en cada respiración, cada movimiento. No podía permitirse perder el control.

Maul, con su mirada penetrante, dejó escapar una risa sombría. Sus tatuajes Zabrak, oscuros y amenazantes bajo la luz del combate, parecían vibrar con el poder del lado oscuro. "La resistencia es inútil", murmuró con una voz cargada de veneno. "Pronto, Naboo caerá. Y ustedes... desaparecerán."

Mara, decidida a no dejarse intimidar, lanzó una serie de golpes rápidos, buscando una abertura en la defensa de Maul. Pero el Sith los bloqueaba con facilidad, su sable girando en arcos imposibles de seguir. La maestría de Maul era evidente, y cada paso que daban lo acercaba más a ellos.

Aiden, sintiendo la creciente oscuridad, decidió cambiar su enfoque. No podía seguir simplemente reaccionando. Necesitaba anticiparse a Maul, encontrar un punto débil, una falla en su técnica. Sabía que luchar con furia no lo llevaría a ningún lado. Tenía que usar la claridad y la calma que la Fuerza le proporcionaba.

"Recuerda lo que nos enseñaron, Mara", dijo Aiden entre respiraciones. "No luchamos contra él, luchamos con la Fuerza."

Mara asintió, respirando profundamente, permitiendo que la Fuerza fluyera a través de ella. Ambos cerraron sus mentes al caos externo, sincronizando sus movimientos de una manera que no habían logrado hasta ese momento. Aiden sabía que la clave no era igualar la agresión de Maul, sino superarla con serenidad.

El cambio fue sutil pero palpable. Aiden y Mara comenzaron a moverse en conjunto, atacando con precisión quirúrgica, buscando obligar a Maul a retroceder. Por un momento, lograron que el Sith se tambaleara, desviando sus ataques con una armonía inesperada. Sin embargo, Maul no se dejó intimidar. En lugar de retroceder, intensificó su ataque, lanzándose hacia ellos con una velocidad casi sobrenatural.

De repente, Maul se concentró en Mara, lanzando una serie de golpes con una fuerza brutal. Aiden intentó intervenir, pero Maul lo empujó hacia atrás con un empujón de la Fuerza, dejándolo momentáneamente fuera de combate.

Mara luchaba ferozmente, bloqueando los ataques de Maul con habilidad, pero Aiden pudo sentir el miedo crecer en ella. Sabía que Maul estaba tratando de romper su espíritu. Un error, un momento de duda, y todo acabaría.

"¡Mara!", gritó Aiden, levantándose rápidamente y lanzándose de nuevo al combate.

Mara, atrapada en el torbellino de ataques de Maul, comenzó a perder terreno. Los golpes del Sith se volvieron más intensos, más rápidos. Finalmente, Maul encontró una abertura. Con un giro brutal de su sable doble, desarmó a Mara, lanzándola hacia atrás. Su sable cayó al suelo con un sonido metálico, y Mara se tambaleó, herida y vulnerable.

Maul sonrió, avanzando lentamente hacia ella, su sable aún encendido. "Este es tu fin", susurró con malicia.

Aiden sintió el pánico arder en su interior, pero lo controló, canalizando cada emoción hacia la Fuerza. Con un grito de desafío, saltó hacia Maul, atacando con toda la energía que pudo reunir. El Sith, sorprendido por la intensidad de su ofensiva, se vio obligado a girar para enfrentar a Aiden de nuevo.

El duelo entre Aiden y Maul se intensificó, con ambos moviéndose a una velocidad vertiginosa. Aiden bloqueaba y atacaba, buscando cualquier punto débil en la defensa de Maul. Pero Maul no cedía. Sus ojos brillaban con odio puro, y sus ataques eran tan implacables como antes.

En un momento de claridad, Aiden vio una oportunidad. Aprovechando un pequeño desliz en el paso de Maul, lanzó un ataque directo hacia el brazo del Sith. El impacto fue suficiente para hacer que Maul retrocediera momentáneamente, dándole a Aiden el tiempo necesario para interponerse entre Maul y Mara.

"Esto no ha terminado", dijo Maul, con su voz goteando de odio, mientras retrocedía, evaluando la situación. Sabía que no podía derrotar a ambos si seguían luchando juntos de esa manera. Sin embargo, su confianza en la victoria seguía intacta.

Maul, en lugar de continuar el combate, dio un paso atrás. "Naboo caerá, no importa lo que hagan", dijo con una sonrisa oscura antes de desactivar su sable de luz. Giró sobre sus talones y saltó hacia una de las naves de la Federación que aún permanecía cerca.

Aiden, respirando con dificultad, se giró hacia Mara, que aún estaba en el suelo. "¿Estás bien?", preguntó, ayudándola a levantarse.

Mara, todavía agitada por el duelo, asintió lentamente. "Estoy bien... solo un poco aturdida."

"Maul escapó, pero no por mucho tiempo", dijo Aiden, observando cómo la nave del Sith desaparecía en el horizonte. "Sabemos que volverá, pero la próxima vez estaremos listos."

De vuelta en el palacio, Aiden y Mara se reunieron con Panaka y el resto de los líderes de Naboo para discutir los siguientes pasos. La emboscada en el bosque había sido un éxito parcial, pero las fuerzas de la Federación seguían siendo una amenaza importante.

"La emboscada ralentizó su avance, pero no los detuvo", informó Panaka, mientras señalaba en el mapa las posiciones del enemigo. "Están reagrupándose al oeste de Theed, y es solo cuestión de tiempo antes de que intenten un nuevo ataque."

Aiden sabía que la batalla estaba lejos de terminar. La alianza con los gungan les había dado una ventaja, pero la Federación de Comercio tenía recursos casi ilimitados. "Necesitamos más tiempo. Si podemos mantener nuestra resistencia, podríamos recibir apoyo de la República."

"¿Y si ese apoyo no llega a tiempo?" preguntó Mara, preocupada.

Aiden miró a su alrededor, a sus compañeros, a los líderes de Naboo, y luego fijó su mirada en Mara. "Entonces, defenderemos Naboo con todo lo que tenemos. No importa cuántas veces la Federación ataque, resistiremos."

Panaka asintió, su rostro mostrando una determinación feroz. "Los ciudadanos están listos para lo que venga. Los hemos entrenado tanto como hemos podido. Si vuelven, no nos rendiremos."

Mara miró a Aiden, con una mezcla de respeto y preocupación. "Has hecho mucho por Naboo, Aiden. Pero este es solo el principio. Sidious sigue ahí afuera, y mientras esté al mando, la amenaza nunca desaparecerá."

Aiden asintió lentamente, sintiendo el peso de sus palabras. "Lo sé. Y eventualmente, lo enfrentaremos también. Pero primero, tenemos que sobrevivir a esta guerra."

El silencio llenó la sala por un momento, mientras todos procesaban lo que estaba por venir. Sabían que los próximos días serían críticos, y que cada decisión podría cambiar el destino de Naboo y quizás incluso de la galaxia.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora