El sol apenas se levantaba en el horizonte de Naboo cuando las fuerzas combinadas de los gungans, los mercenarios Hutt y las tropas de Naboo se desplegaron en sus posiciones. El ataque coordinado contra las fuerzas de la Federación de Comercio estaba a punto de comenzar. Aiden, Mara, y el Capitán Panaka revisaban los detalles finales del plan de batalla mientras las naves se alineaban en el cielo, listas para el asalto.
"Los gungans tomarán la vanguardia en los pantanos", dijo Panaka, señalando el mapa holográfico. "Sus fuerzas atraerán la atención de los droides de batalla mientras nosotros atacamos desde el flanco."
"Nuestros aliados Hutt estarán listos para proporcionar fuego de cobertura cuando nos acerquemos a los complejos principales", agregó Mara. "Si todo va según lo planeado, podremos rodear a la Federación y cortar sus líneas de suministro."
Aiden asintió, pero no podía deshacerse de la sensación de inquietud que lo acompañaba. "Nada será fácil", murmuró. "La Federación aún tiene una ventaja numérica considerable. Y eso sin contar con Darth Maul."
Mara se acercó a él. "Nos enfrentaremos a Maul cuando llegue el momento. No podemos distraernos con lo que podría suceder. Debemos mantener la concentración en lo que está frente a nosotros."
Aiden la miró por un instante, admirando su determinación. Sabía que tenía razón, pero la sombra de Maul pesaba sobre él como una nube oscura, amenazante y siempre presente.
"Que la Fuerza nos acompañe", dijo finalmente Aiden, tomando una decisión interna de enfocar sus pensamientos.
La batalla comenzó tan pronto como las fuerzas de la Federación detectaron el avance gungan. El zumbido de los blásteres resonó por los campos mientras los primeros droides de batalla se desplegaban en respuesta. Desde su posición en una colina cercana, Aiden y Mara observaban cómo los gungans avanzaban con sus escudos energéticos y bestias de carga, protegiendo a sus guerreros de la primera andanada de disparos.
"Los gungans están haciendo su parte", dijo Aiden, ajustando sus binoculares. "Es hora de que nosotros hagamos la nuestra."
Las tropas de Naboo, lideradas por Panaka, comenzaron a moverse en silencio, avanzando hacia el complejo industrial principal de la Federación. El objetivo era claro: destruir las fábricas de droides antes de que la Federación pudiera enviar más refuerzos al campo de batalla.
Aiden y Mara lideraban el grupo de avanzada, deslizándose por el terreno accidentado mientras los mercenarios Hutt ofrecían fuego de cobertura desde sus posiciones elevadas. A pesar de la presencia de los contrabandistas, la tensión en el aire era palpable. Nadie confiaba completamente en sus nuevos aliados, pero hasta ahora, los Hutts cumplían con su parte del trato.
"Esto es demasiado fácil", comentó Mara, su mano cerca de su sable de luz. "No he visto ningún droide de seguridad."
Aiden frunció el ceño. Ella tenía razón. A pesar de los enfrentamientos en los campos, el área alrededor de la fábrica parecía sospechosamente desprotegida.
"Es una trampa", dijo Aiden, deteniéndose en seco. "Lo están preparando para nosotros."
En ese momento, un estruendo sacudió el suelo. Desde la distancia, los blindados de la Federación, conocidos como AAT (Tanques de Asalto Blindado), comenzaron a salir de los hangares subterráneos. Las tropas de la Federación habían estado esperando que las fuerzas de Naboo y los gungans se comprometieran en el ataque frontal antes de lanzar su propia contraofensiva.
"¡Están intentando rodearnos!", gritó Panaka por el comunicador. "¡Tenemos que retroceder!"
Aiden apretó los dientes. "No podemos retroceder ahora. Si nos retiramos, perderemos la ventaja y la Federación lanzará sus refuerzos. Tenemos que mantener nuestra posición."
Mara encendió su sable de luz, el brillo verde iluminando su rostro. "Entonces, vamos a enfrentarlos."
El campo de batalla pronto se convirtió en un caos. Los tanques de la Federación avanzaban implacablemente, disparando a las posiciones gungan mientras las fuerzas de Naboo intentaban contenerlos. Aiden y Mara se movían como un relámpago entre las líneas enemigas, usando la Fuerza para derribar droides y esquivar disparos de bláster con precisión letal.
"¡Por aquí!" gritó Aiden, señalando un estrecho cañón que llevaba hacia uno de los generadores principales de la fábrica. "Si destruimos ese generador, podríamos cortar el suministro de energía a los tanques."
Mara lo siguió de cerca, bloqueando los disparos enemigos mientras avanzaban hacia el generador. El sonido de la batalla se intensificaba a su alrededor, pero ambos mantenían su concentración, usando la Fuerza para amplificar sus habilidades y evitar ser alcanzados.
Cuando finalmente llegaron al generador, Aiden se detuvo por un momento, evaluando la estructura. Sabía que no podían simplemente destruirlo con sus sables de luz; necesitarían algo más contundente.
"Necesitamos explosivos", dijo, mirando a su alrededor. "Debemos tener alguno en las reservas de los mercenarios."
"Voy por ellos", dijo Mara. "Cúbreme."
Antes de que Aiden pudiera responder, Mara ya había salido corriendo, deslizándose entre las sombras mientras evitaba los disparos. Aiden, mientras tanto, se concentró en proteger el área alrededor del generador. Sabía que el tiempo era limitado y que la Federación no tardaría en enviar más refuerzos.
Mientras Mara buscaba los explosivos, una sensación helada recorrió la espalda de Aiden. Un presentimiento oscuro, familiar. Cerró los ojos por un momento, extendiendo sus sentidos a través de la Fuerza. Entonces lo sintió: Darth Maul.
Aiden giró rápidamente, su sable de luz en mano, justo a tiempo para ver a Maul emergiendo de las sombras. El Zabrak avanzaba con una calma peligrosa, su sable de luz doble brillando con un rojo intenso. Una sonrisa cruel curvaba sus labios.
"Te he estado esperando, Jedi", dijo Maul, su voz un susurro lleno de malicia. "El destino siempre nos lleva de vuelta al combate."
Aiden se preparó, sabiendo que esta vez no podría evitar el enfrentamiento. La última vez que se encontraron, apenas escapó con vida, y ahora, con la presión de la batalla a su alrededor, no estaba seguro de poder vencer a Maul solo.
"Si estás aquí para detenernos, no lo conseguirás", dijo Aiden, levantando su sable de luz. "Naboo no caerá."
Maul rió, un sonido bajo y oscuro. "Naboo es solo el principio. El caos que se avecina será mucho mayor de lo que puedes imaginar."
Sin más palabras, Maul atacó. Su sable de luz giraba con una velocidad y precisión letales, obligando a Aiden a retroceder mientras bloqueaba los rápidos ataques. Cada golpe de Maul estaba cargado de odio y poder oscuro, y Aiden sabía que tendría que aprovechar cada ventaja posible si quería sobrevivir.
El duelo entre ambos se volvió feroz, con chispas saltando cada vez que los sables se encontraban. Aiden usaba la Fuerza para mantenerse ágil, pero Maul lo superaba en brutalidad y técnica. En un momento crítico, Aiden se vio empujado hacia atrás, casi perdiendo el equilibrio.
Antes de que Maul pudiera aprovecharse de la ventaja, un disparo preciso de un bláster resonó en el aire. Maul giró su cabeza, sorprendido, y Aiden aprovechó el momento para retroceder unos pasos.
Mara había regresado, con una pequeña carga explosiva en la mano, y le había disparado a Maul para distraerlo. "¡Ya tengo los explosivos! Vamos a volar ese generador."
Aiden asintió, sabiendo que Maul seguiría siendo una amenaza, pero que destruir el generador debía ser su prioridad.
"Esto no ha terminado", susurró Maul, desapareciendo entre las sombras antes de que pudieran atraparlo.
Con Maul fuera de escena, al menos por el momento, Aiden y Mara instalaron rápidamente los explosivos en el generador. Mientras corrían hacia una distancia segura, el cielo se iluminó con una explosión masiva. La fábrica de droides quedó paralizada, y los tanques de la Federación comenzaron a detenerse uno por uno.
"Lo logramos", dijo Mara, respirando con dificultad.
Aiden asintió, observando cómo el humo de la destrucción se elevaba hacia el cielo. Sabía que esta batalla estaba lejos de terminar, pero por ahora, habían conseguido un avance crucial.
"Es solo una victoria pequeña", dijo Aiden, mirando hacia el horizonte. "Pero estamos más cerca de liberar Naboo."
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EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO
Science FictionUn hombre del siglo XXI muere en un accidente y se reencarna en el universo de Star Wars, justo antes del Asedio de Naboo. Con recuerdos de su vida pasada y un conocimiento profundo del futuro, decide aprovechar la oportunidad para construir un impe...