Capítulo 4: La Oscuridad en las Sombras

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Aiden regresó a la finca con una mezcla de satisfacción y preocupación. Sabía que había comenzado a hacer los movimientos correctos, pero también era consciente de que no podía confiar en nadie completamente. El Senado de Naboo, aunque más pacífico y menos corrupto que muchos otros lugares en la galaxia, no estaba exento de intrigas y traiciones. Y si algo había aprendido en su vida pasada, era que el poder siempre atraía a aquellos que buscaban aprovecharse de él.

Decidió que su siguiente paso sería investigar más a fondo la situación en la que Naboo se encontraba. No podía confiar únicamente en los recuerdos de Edran; necesitaba información fresca, actualizada, que le permitiera anticipar los próximos movimientos de la Federación de Comercio. Sabía que la invasión de Naboo estaba en el horizonte, pero no conocía los detalles exactos ni el momento preciso en que ocurriría. Y para estar preparado, debía obtener esa información cuanto antes.

Esa noche, mientras la luna de Naboo iluminaba el cielo con su resplandor plateado, Aiden se retiró a su estudio. El lugar estaba lleno de libros antiguos, manuscritos, y mapas del sistema Naboo. A pesar de la avanzada tecnología de la galaxia, los nobles de Naboo valoraban las tradiciones, y Edran había heredado un amor por el conocimiento en su forma más pura. Aiden decidió usar esa fachada de intelectualidad para ocultar su verdadera misión: descubrir la verdad tras las cortinas del poder.

Abrió un compartimento secreto en el escritorio, algo que había descubierto en su primer día en la finca. Dentro, había un dispositivo de comunicación avanzado, uno que parecía ser un modelo antiguo, pero que Edran había conservado por razones que no estaban claras. Aiden lo activó, y la pantalla emitió un suave resplandor azulado.

"No puedo hacer esto solo", pensó Aiden mientras tecleaba un mensaje encriptado. Sabía que Naboo, por más aislado que pudiera parecer, estaba conectado a una red mucho más amplia de información y espionaje. Si quería tener una ventaja real, necesitaba recurrir a fuentes externas, a individuos que podrían estar más en las sombras que él.

Su primer contacto fue alguien que, según los recuerdos de Edran, había sido un informante discreto y confiable: una ex-mercenaria que operaba bajo el nombre de Lyria. Ella había trabajado para varias facciones en la galaxia, pero había encontrado en Naboo un lugar donde podía operar con relativa libertad, siempre que se mantuviera fuera del radar de las autoridades locales. Aiden había decidido que Lyria sería su mejor opción para obtener información de primera mano sobre los movimientos de la Federación.

El mensaje era simple: “Necesito información sobre las actividades de la Federación de Comercio en el sistema Naboo. Pago en créditos y con discreción. — D.”

Envió el mensaje y esperó, sabiendo que Lyria respondería cuando tuviera algo sustancial que ofrecer. En la galaxia, la información era tan valiosa como el oro, y él estaba dispuesto a pagar el precio necesario para obtenerla.

Mientras tanto, Aiden decidió aprovechar el tiempo para profundizar en la historia de Naboo. Sabía que, para consolidar su poder, necesitaba entender no solo la situación actual, sino también las raíces de la sociedad en la que se encontraba. Los libros antiguos que llenaban las estanterías de su estudio contenían siglos de historia, desde las primeras colonias hasta la formación de la monarquía actual. Aiden se sumergió en esos textos, absorbiendo cada detalle.

Descubrió que Naboo había sido siempre un planeta de paz, gobernado por una monarquía electiva que se esforzaba por mantener la armonía entre sus habitantes. Sin embargo, esa misma paz y estabilidad habían hecho que Naboo se volviera complaciente, vulnerable a amenazas externas que no podía prever. Aiden se dio cuenta de que la Federación de Comercio no era el primer enemigo que había intentado explotar la riqueza de Naboo, pero sí sería el más peligroso hasta la fecha.

A medida que avanzaba en su lectura, Aiden comenzó a formar un plan. Sabía que, para enfrentarse a la Federación, Naboo necesitaba algo más que simples defensas militares. Necesitaba una red de aliados, tanto dentro como fuera del planeta, y él estaba en una posición ideal para construir esa red. Su plan era simple pero ambicioso: crear una estructura de poder en las sombras, una que pudiera operar sin ser detectada hasta que llegara el momento de actuar.

El sonido agudo del dispositivo de comunicación lo sacó de sus pensamientos. Lyria había respondido.

"Información obtenida. La Federación ha comenzado a movilizarse. Han establecido bloqueos en sistemas cercanos y están concentrando fuerzas. El objetivo parece ser Naboo, aunque los detalles aún son vagos. Mi fuente dentro de la Federación sugiere que algo grande está en marcha, pero el tiempo exacto es incierto. ¿Necesitas más?"

Aiden frunció el ceño mientras leía el mensaje. Lo que había temido se estaba confirmando: la Federación de Comercio se estaba preparando para hacer su movimiento. Pero la información de Lyria era aún incompleta. Necesitaba más detalles, algo que le permitiera anticiparse a la invasión.

“Necesito todo lo que puedas obtener sobre su estrategia, comandantes clave, y cualquier debilidad en sus defensas. El tiempo es esencial”, respondió rápidamente.

Sabía que Lyria necesitaría tiempo para recopilar esa información, pero Aiden también entendía que debía actuar mientras esperaba. Si la Federación planeaba invadir Naboo, los próximos meses serían cruciales. Decidió que su siguiente paso sería comenzar a establecer contactos en otros sistemas cercanos, especialmente en aquellos que podrían verse afectados por el bloqueo de la Federación. Si podía convencer a algunos de ellos de que la amenaza de la Federación era una preocupación común, podría formar una coalición para resistir.

La posibilidad de unir a otros sistemas en una causa común le dio a Aiden una idea. Naboo era un planeta respetado, pero también aislado en muchos aspectos. Sin embargo, si lograba forjar alianzas con otros mundos, especialmente aquellos que se encontraban en situaciones similares, podría aumentar su influencia no solo en Naboo, sino en toda la región. Esto no solo fortalecería la posición de Naboo, sino que también le proporcionaría a él el poder necesario para controlar los eventos desde las sombras.

A medida que la noche avanzaba, Aiden continuó perfeccionando su plan. Había mucho en juego, y sabía que cada movimiento debía ser calculado cuidadosamente. Pero con la información correcta, los aliados adecuados y un poco de suerte, estaba convencido de que podría cambiar el destino de Naboo, y quizás incluso el de toda la galaxia.

Cerró el libro que tenía en las manos y apagó el dispositivo de comunicación, consciente de que las horas siguientes serían cruciales. Su mente estaba llena de estrategias y posibilidades, pero también sabía que necesitaba descansar. Los días por venir serían largos y agotadores, y necesitaba estar en su mejor forma para enfrentarlos.

Se levantó del escritorio y apagó las luces del estudio. Mientras se dirigía a su habitación, una sonrisa se formó en su rostro. Había sembrado las primeras semillas de su imperio en Naboo, y ahora solo quedaba esperar a que crecieran. Con paciencia y determinación, sabía que lograría sus objetivos. La oscuridad en las sombras sería su aliada, y cuando llegara el momento, Naboo estaría listo para enfrentarse a cualquier amenaza.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora