Aiden se despertó al amanecer al día siguiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. La conversación con la Reina Amidala había sido un éxito, pero había un sinfín de cosas que aún debían resolverse. El tiempo estaba en su contra, y aunque había ganado la confianza de la reina, sabía que la Federación de Comercio se movía rápidamente para consolidar su poder sobre Naboo. Y, más allá de eso, la sombra de Lord Sidious lo acechaba.
Su primer paso inmediato era preparar las defensas de Naboo. Aunque el planeta era pacífico por naturaleza, Aiden sabía que no podía confiar únicamente en sus ideales para defenderse de una amenaza tan seria. Necesitaba organizar a las fuerzas locales, asegurarse de que estuvieran listas para cualquier eventualidad. Naboo no tenía un ejército grande, pero sus fuerzas de seguridad podrían ser entrenadas y fortalecidas si se trabajaba rápido.
Aiden convocó una reunión en su finca con varios de los oficiales locales de Theed y de otras ciudades importantes de Naboo. Eran oficiales leales, muchos de los cuales confiaban en Aiden debido a su habilidad para gestionar conflictos internos y mantener la estabilidad en la región. Sabía que podía contar con ellos, pero no estaba seguro de cómo responderían a la amenaza de una invasión externa.
La reunión tuvo lugar en una gran sala iluminada por el sol de la mañana. Los oficiales, vestidos con sus uniformes formales, estaban sentados alrededor de una mesa mientras Aiden se ponía de pie al frente. Su expresión era seria, pero proyectaba confianza.
"Caballeros, damas", comenzó, su voz clara resonando en la habitación, "nos enfrentamos a una amenaza sin precedentes. La Federación de Comercio está en los pasos finales de organizar un bloqueo a nuestro planeta, y no nos engañemos: esto es solo el preludio de algo mayor. Necesitamos prepararnos para defender Naboo, por todos los medios posibles."
Los murmullos comenzaron a extenderse por la mesa. Algunos de los oficiales parecían sorprendidos, otros preocupados. Finalmente, uno de los oficiales más veteranos, el capitán Panaka, tomó la palabra.
“Señor Dallen, Naboo siempre ha confiado en la diplomacia y en sus conexiones en la República para evitar conflictos. ¿Está sugiriendo que nos preparemos para una guerra?”
Aiden se había anticipado a esa pregunta. “No sugiero que busquemos la guerra, capitán Panaka. Lo que sugiero es que debemos estar preparados para defendernos si nos atacan. La Federación de Comercio está buscando una excusa para invadir Naboo, y no podemos permitir que nos encuentren desprevenidos. La Reina ya ha autorizado tomar medidas para fortalecer nuestra seguridad.”
Panaka frunció el ceño, pero asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. "Entonces, ¿qué propones?"
Aiden señaló un mapa holográfico de Naboo que había proyectado en el centro de la mesa. “Primero, debemos fortalecer las defensas alrededor de Theed. Si la Federación llega hasta aquí, este será su principal objetivo. Necesitamos aumentar las patrullas y mejorar los puntos estratégicos que rodean la ciudad. Además, debemos activar las reservas de las Fuerzas de Seguridad Reales y entrenarlas en tácticas defensivas rápidas. No podemos enfrentarnos a una flota de bloqueo en el espacio, pero podemos resistir en el suelo, en nuestro propio territorio.”
Uno de los oficiales más jóvenes intervino. “Señor, nuestras fuerzas son limitadas. Si nos bloquean, nuestras comunicaciones y suministros estarán cortados. No podremos resistir por mucho tiempo sin ayuda externa.”
Aiden asintió, reconociendo la preocupación. “Es cierto, pero no estamos solos. Estoy trabajando en alianzas con otros sistemas. Si logramos ganar tiempo, podremos coordinar con fuerzas externas que puedan ayudarnos a romper el bloqueo. Además, Naboo tiene recursos que podemos usar a nuestro favor. No subestimemos el poder de nuestra gente.”
La reunión continuó durante horas, discutiendo detalles logísticos, posiciones estratégicas y cómo movilizar a las milicias locales. Al final, todos los oficiales acordaron que, aunque las probabilidades no estaban a su favor, debían prepararse para lo peor.
Una vez que la reunión concluyó, Aiden se quedó solo en la sala, repasando las decisiones tomadas. Sabía que la defensa de Naboo dependería en gran parte de la velocidad con la que pudieran organizarse. La Federación de Comercio no esperaría y, aunque las tropas locales estaban motivadas, la falta de experiencia en guerra real era una desventaja significativa.
Mara entró en la sala momentos después, con un semblante preocupado. "Señor, ha llegado otro mensaje de Lyria. Parece que ha obtenido más información sobre Lord Sidious."
Aiden levantó la vista, dejando el mapa holográfico. "¿Qué dice?"
Mara activó el holoproyector, y una imagen de Lyria apareció nuevamente frente a Aiden. Su rostro lucía aún más tenso que la última vez.
"Aiden, he logrado confirmar que Sidious está usando su influencia para manipular no solo a la Federación de Comercio, sino a varios senadores en Coruscant. Tiene agentes infiltrados en las esferas más altas de la República, y está acelerando sus planes. No sé cuál es su objetivo final, pero está claro que Naboo es solo el principio. Este hombre está jugando un juego largo, y la Federación de Comercio es solo una de sus piezas."
Aiden apretó los puños, sintiendo cómo la situación se volvía aún más desesperada. "¿Sabes cómo detenerlo?"
Lyria negó con la cabeza. "Aún no. Pero sigo buscando. Ten cuidado, Aiden. Este hombre es peligroso, más de lo que podemos imaginar."
Aiden asintió lentamente, agradeciendo el esfuerzo de Lyria. "Gracias. Sigue investigando y mantén las comunicaciones abiertas. No tenemos mucho tiempo."
La transmisión se cortó, dejando a Aiden inmerso en sus pensamientos. Lord Sidious estaba jugando un juego de sombras, y Naboo era solo una pieza en un tablero galáctico mucho más amplio. Si no detenía a la Federación de Comercio pronto, Sidious tendría éxito en su primer paso hacia lo que parecía un plan mucho más siniestro.
Sabía que su próximo paso debía ser asegurar las alianzas que había empezado a forjar. Necesitaba asegurarse de que Ryloth, Malastare y otros sistemas se comprometieran a ayudar a Naboo en caso de que el conflicto escalara. Las promesas no bastarían cuando las naves de la Federación comenzaran a rodear el planeta.
Con la mente enfocada, Aiden comenzó a redactar mensajes a sus contactos en esos sistemas. Si lograba que estos sistemas se comprometieran con una defensa conjunta, Naboo podría tener una oportunidad de resistir. Además, tendría que usar sus recursos en la política interna de Naboo para asegurarse de que la Reina y el consejo estuvieran listos para cualquier eventualidad.
El reloj seguía avanzando, y Aiden sabía que la guerra se acercaba. Las fuerzas que estaban en juego eran poderosas, pero también sabía que no estaba solo. Naboo tenía aliados, y aunque enfrentaban un enemigo formidable, Aiden estaba decidido a proteger su hogar y desmantelar los planes de Sidious, por el bien de Naboo y de toda la galaxia.
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EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO
Science FictionUn hombre del siglo XXI muere en un accidente y se reencarna en el universo de Star Wars, justo antes del Asedio de Naboo. Con recuerdos de su vida pasada y un conocimiento profundo del futuro, decide aprovechar la oportunidad para construir un impe...