Capítulo 21: La Emboscada Inminente

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El amanecer en Naboo trajo consigo una calma tensa, como el susurro de una tormenta que aún no ha comenzado. Aiden, Mara y Panaka observaban desde las torres del palacio de Theed mientras las fuerzas de Naboo y los gungan se preparaban en las afueras. Era la primera vez que ambas civilizaciones unían sus fuerzas de esta manera, y aunque la tensión entre algunos miembros de las tropas seguía presente, había una determinación compartida: resistir a la Federación de Comercio.

"Los informes de los exploradores son claros", dijo Panaka mientras señalaba el mapa sobre la mesa de estrategia. "La Federación está movilizando tropas droides en grandes cantidades al oeste de Theed. Sus refuerzos han llegado, y tienen suficiente poder de fuego como para hacer un asedio completo a la ciudad."

Aiden asintió. El tiempo se agotaba. Sabía que no podían esperar a que el enemigo atacara primero. "Entonces, tal como planeamos, atacaremos antes de que ellos puedan organizarse. Los gungan liderarán la emboscada en los bosques, y nuestras fuerzas protegerán los puntos estratégicos de la ciudad. Si los sorprendemos, podríamos destruir gran parte de su ejército antes de que entren a Theed."

Mara, de pie junto a Aiden, parecía reflexiva. "La pregunta sigue siendo Maul. Él no aparecerá hasta que sepa que puede causar el mayor daño posible. Si está observando desde las sombras, sabrá que estamos preparándonos."

Aiden sintió una inquietud crecer en su interior. Sabía que Darth Maul era más que un guerrero. Era la encarnación de una amenaza que trascendía las batallas convencionales. Pero también sabía que su momento llegaría pronto, y cuando lo hiciera, necesitaría estar listo.

"Maul hará su movimiento", respondió Aiden con firmeza. "Pero ahora mismo, necesitamos concentrarnos en debilitar las fuerzas droides. Si desestabilizamos su avance, los obligaremos a replantear su estrategia."

Panaka tomó un profundo respiro y asintió. "Ya he dado las órdenes. Los voluntarios están en posición y listos para defender los puntos clave. Las fuerzas de la Federación no se lo esperan, y esa es nuestra mayor ventaja."

Aiden miró hacia el horizonte, donde las naves de la Federación comenzaban a aparecer en el cielo, apenas visibles en la distancia. "Que comiencen la emboscada. Este es nuestro momento."

En los densos bosques que rodeaban a Theed, las tropas gungan se movían sigilosamente entre los árboles. Los guerreros portaban sus icónicas bolas de energía, listas para atacar en cualquier momento. Jar Jar Binks, que había sido asignado como uno de los coordinadores del ataque, mostraba una extraña mezcla de nerviosismo y determinación mientras seguía las instrucciones de su capitán.

"¡No hagan ruido!", susurró uno de los líderes gungan. "Tenemos que sorprenderlos."

Jar Jar asintió frenéticamente, aunque claramente estaba tratando de no hacer ruido mientras caminaba entre las hojas. A pesar de su torpeza, había demostrado ser un valioso enlace entre los gungan y los humanos. Era una figura clave para mantener la moral entre ambos bandos.

Desde su escondite, los gungan podían ver a lo lejos las tropas de droides avanzando en formación, acompañados por vehículos blindados de la Federación. Los droides marchaban mecánicamente, sin percatarse de la presencia de los guerreros ocultos entre la vegetación.

El capitán gungan levantó una mano, señalando el momento de atacar. Los guerreros prepararon sus bolas de energía, listos para lanzarlas con precisión. El aire se llenó de tensión mientras todos esperaban la orden final.

"Ahora", susurró el capitán.

En un instante, el silencio del bosque se rompió con el estallido de las bolas de energía gungan que salieron disparadas hacia las tropas de droides. Las explosiones resonaron por todo el valle, derribando varios de los vehículos y destrozando la primera línea de droides. Los gungan, aprovechando la sorpresa, se lanzaron al ataque, moviéndose con agilidad entre los árboles y atacando con precisión.

Los droides reaccionaron lentamente, pero pronto comenzaron a devolver el fuego. Los disparos láser cruzaban el aire, mientras los gungan utilizaban su conocimiento del terreno para mantenerse fuera de la vista directa de los enemigos. Los droides, diseñados para un combate más abierto, tenían dificultades para adaptarse a las emboscadas en el denso bosque.

Jar Jar, aunque torpe como siempre, logró esquivar los disparos y ayudar a coordinar a las tropas. "¡Vamos, vamos! ¡Sigamos así!" gritaba, mientras los gungan seguían atacando con fuerza.

Desde el palacio de Theed, Aiden y Mara observaban el desarrollo de la emboscada a través de las pantallas de comunicaciones. La batalla en los bosques estaba resultando efectiva, y las fuerzas droides habían quedado desorganizadas.

"Está funcionando", dijo Mara, con una pequeña sonrisa de satisfacción. "Los gungan están logrando contener la primera oleada."

Aiden asintió, pero no bajó la guardia. "Es solo el principio. Esto no los detendrá por completo, pero al menos hemos ganado algo de tiempo. Ahora debemos preparar las defensas aquí en la ciudad."

Mientras las fuerzas de Naboo se organizaban, un explorador irrumpió en la sala de mando, visiblemente agitado. "Señor, tenemos problemas. Un grupo de naves de la Federación se está acercando rápidamente a la ciudad. ¡No parecen ser parte del ejército principal!"

Aiden frunció el ceño. "¿Qué clase de naves?"

"Pequeñas, rápidas... parecen transportes, pero están demasiado cerca del suelo para ser simples refuerzos."

Mara comprendió de inmediato. "Es una incursión directa. Maul está haciendo su jugada."

El corazón de Aiden latió más rápido. "Panaka, organiza las defensas del palacio. Mara, ven conmigo. Vamos a interceptarlos antes de que lleguen demasiado lejos."

Aiden y Mara se apresuraron hacia las afueras de Theed, donde las naves de la Federación descendían rápidamente. Podían sentir la presencia de Maul, como una sombra que se cernía sobre ellos. Aiden sabía que este sería el enfrentamiento que lo pondría cara a cara con el aprendiz de Sidious.

Cuando las naves aterrizaron, un grupo de droides salió rápidamente, acompañados por una figura encapuchada y oscura. Aiden reconoció de inmediato la postura y el aura amenazante. Era Darth Maul, y había llegado para tomar el control de Naboo de una vez por todas.

Aiden y Mara desenfundaron sus sables de luz, avanzando para interceptar a Maul antes de que pudiera causar más estragos. El Zabrak los observó con una sonrisa maliciosa, activando su sable doble con un zumbido amenazante.

"Finalmente, nos encontramos de nuevo", dijo Aiden con voz firme.

Maul no respondió. Simplemente se lanzó al ataque, moviéndose con una velocidad y precisión letales. Aiden y Mara bloquearon sus ataques con dificultad, conscientes de que Maul era un oponente formidable, mucho más peligroso de lo que habían enfrentado antes.

La batalla que se desató fue rápida y feroz. Aiden y Mara luchaban con todo su poder, pero Maul los mantenía a la defensiva, su sable doble girando como un torbellino de muerte. Cada golpe resonaba con el eco de la tensión creciente, y Aiden sabía que no podrían permitirse ningún error.

Mientras las fuerzas de Naboo y los gungan continuaban luchando en los bosques y las calles de Theed, la batalla personal entre Aiden y Maul alcanzaba su clímax. La oscuridad y la luz se enfrentaban en un duelo que definiría el destino de Naboo.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora