Capítulo 20: El Acuerdo de Alianzas

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Aiden se encontraba en la gran sala del trono de Otoh Gunga, sintiendo la presión de los ojos de los líderes gungan sobre él. Boss Nass, sentado en su trono elevado, observaba con escepticismo, y su desconfianza hacia los humanos era palpable. Aiden sabía que cada palabra que dijera tendría un impacto crucial en el futuro de Naboo y los gungan.

"¿Qué puede ofrecer Naboo a cambio de nuestra ayuda?" repitió Boss Nass, su voz resonando en la sala.

Aiden mantuvo su compostura y habló con una mezcla de franqueza y diplomacia. "Naboo y los gungan han tenido sus diferencias en el pasado, pero esta situación es diferente. La Federación de Comercio no hará distinciones. Si Naboo cae, ellos vendrán por ustedes. Les prometo que, si unimos fuerzas, no solo protegeremos a nuestras respectivas civilizaciones, sino que construiremos una relación duradera basada en el respeto y la cooperación."

Boss Nass entrecerró los ojos. "Palabras bonitas, humano. Pero los gungan han sobrevivido mucho tiempo sin ayuda de los de la superficie. ¿Qué nos asegura que no intentarán controlarnos una vez que la Federación se haya ido?"

Aiden entendía las preocupaciones de Boss Nass. Las tensiones históricas entre los gungan y los humanos habían sido profundas, pero también sabía que este era un momento para el cambio. Si seguían separados, serían derrotados uno por uno.

"La Federación no es una amenaza que Naboo pueda enfrentar sola. Necesitamos su fuerza, su conocimiento del terreno, y sus habilidades tecnológicas para poder enfrentarnos a los ejércitos de droides. Y en cuanto a sus dudas sobre nuestro futuro, lo único que puedo ofrecerles es mi palabra de que las relaciones entre nuestros pueblos cambiarán. Lucharemos como iguales, no como subordinados."

Boss Nass se mantuvo en silencio durante un momento, evaluando las palabras de Aiden. Los otros líderes gungan presentes en la sala también intercambiaban miradas, algunos claramente escépticos, pero otros intrigados por la idea de una alianza.

Finalmente, Boss Nass se levantó de su trono. "Los gungan no se dejan impresionar fácilmente, humano. Pero veo sinceridad en tus palabras, y no podemos ignorar el peligro que se avecina. Aceptaremos formar una alianza... con condiciones."

Aiden exhaló aliviado, aunque sabía que aún había obstáculos que superar. "¿Qué condiciones?"

Boss Nass levantó su mano, señalando con autoridad. "Primero, queremos asegurarnos de que esta alianza no sea solo temporal. Los gungan han vivido mucho tiempo aislados, pero si vamos a unir fuerzas, debe ser bajo un acuerdo que respete nuestra autonomía. Y segundo, cualquier decisión futura que afecte tanto a Naboo como a los gungan deberá ser consultada con nosotros. No aceptaremos ser simples soldados en su guerra."

Aiden asintió solemnemente. "Eso es justo. Podemos garantizar su autonomía y respeto mutuo. Esta alianza no será solo para enfrentar a la Federación de Comercio, sino para construir un futuro más fuerte para ambos pueblos."

Boss Nass miró a sus consejeros, quienes asintieron en señal de acuerdo. Finalmente, volvió su atención a Aiden. "Muy bien, humano. Los gungan se prepararán para la guerra. Estaremos listos cuando llegue el momento."

De regreso en Theed, Aiden regresó a la sala del trono del palacio real, donde lo esperaban Mara y Panaka. Ambos lo observaron ansiosos, buscando señales del éxito de su misión.

"¿Qué sucedió?" preguntó Mara, su tono lleno de anticipación.

Aiden sonrió ligeramente. "Lo logramos. Los gungan aceptan formar una alianza. Se unirán a nosotros en la defensa de Naboo, pero bajo sus propios términos. Será una alianza de iguales."

Panaka dejó escapar un suspiro de alivio. "Eso es más de lo que podíamos haber esperado. Con su apoyo, tenemos una oportunidad real de enfrentarnos a la Federación."

Mara cruzó los brazos, visiblemente satisfecha. "Esto cambia las cosas. Si los gungan se unen a la lucha, podemos hacer frente a las fuerzas droides en dos frentes. Mientras ellos actúan como la resistencia en los pantanos y áreas subacuáticas, nosotros podemos concentrar nuestras fuerzas en proteger las ciudades."

Aiden asintió, pero sabía que la guerra aún estaba lejos de ganarse. "Es un buen comienzo, pero debemos estar listos para cualquier cosa. Maul sigue ahí afuera, y sabemos que Sidious no se detendrá hasta que tenga control absoluto sobre Naboo."

Mara lo miró con preocupación. "¿Qué crees que planea Sidious?"

Aiden sacudió la cabeza. "No lo sé con certeza, pero algo me dice que su plan va más allá de simplemente dominar Naboo. Si tiene éxito aquí, podría ser el comienzo de algo mucho más grande. Debemos prepararnos para lo peor."

Panaka dio un paso adelante, con una mirada decidida. "Entonces nos prepararemos. Las fuerzas de la Federación de Comercio se están reagrupando, y no nos quedará mucho tiempo antes de que lancen otro ataque. ¿Cuál es el siguiente paso?"

Aiden se giró hacia el mapa de Naboo. "Primero, necesitamos coordinar con los gungan para establecer una defensa conjunta. Sus guerreros pueden ayudar a emboscar a las fuerzas droides en los bosques y pantanos. También necesitamos asegurarnos de que los civiles en Theed estén seguros. Si las cosas se ponen mal, debemos tener rutas de evacuación preparadas."

Mara intervino. "También deberíamos fortalecer las defensas del palacio. Si Maul regresa, es probable que busque atacar directamente aquí. Debemos estar listos para cualquier incursión."

Aiden asintió, pero su mente ya estaba en otra parte. Sabía que la batalla que se avecinaba sería brutal, pero también sabía que estaba cerca de algo más grande, algo relacionado con la verdadera naturaleza de Sidious. La Fuerza le enviaba señales, visiones de oscuridad, y aunque aún no podía descifrarlas completamente, sentía que un enfrentamiento directo con el lado oscuro era inevitable.

"También debemos mantenernos vigilantes sobre cualquier movimiento inusual. Maul no luchará de manera convencional. Atacará cuando menos lo esperemos, y debemos estar preparados para enfrentarlo. Él es la mayor amenaza."

Días más tarde, las fuerzas de Naboo y los gungan comenzaron a coordinarse. Aiden, Panaka y Mara trabajaron incansablemente para fortalecer las defensas de Theed, mientras los gungan preparaban emboscadas en las áreas circundantes. El tiempo parecía acelerar, y la atmósfera en el planeta estaba cargada de tensión. Los ciudadanos de Naboo se organizaban en refugios seguros, y el entrenamiento de los voluntarios continuaba, aunque Aiden sabía que la experiencia en el campo de batalla no se adquiría de la noche a la mañana.

Durante una reunión en el palacio, Aiden, Panaka y Mara recibieron noticias inquietantes. Un explorador gungan había detectado movimientos de la Federación de Comercio cerca de los límites del bosque. Parecía que el enemigo estaba preparando un nuevo ataque.

"Es solo cuestión de tiempo antes de que lancen una ofensiva total", comentó Panaka, señalando el mapa. "Están reuniendo más droides que antes. Esto será peor que el primer asalto."

Aiden respiró hondo, sintiendo el peso de la responsabilidad. Sabía que Naboo no podía permitirse fallar. La alianza con los gungan había dado esperanza, pero aún faltaba mucho por hacer.

"Entonces, tenemos que adelantarnos", dijo Aiden, con una mirada firme. "Si sabemos que van a atacar, hagamos que lo paguen. Atacaremos primero, desestabilizaremos sus fuerzas antes de que puedan organizarse completamente. Los gungan pueden emboscar a sus unidades en el bosque, mientras nuestras tropas en Theed protegen las áreas clave."

Mara asintió, ya preparándose mentalmente para lo que estaba por venir. "Es arriesgado, pero es nuestra mejor opción. Si golpeamos primero, podemos desequilibrarlos."

"Entonces es hora de que tomemos la iniciativa", respondió Aiden. "No esperaremos a que el enemigo nos alcance. Esta será nuestra oportunidad para cambiar el curso de la guerra."

Mientras las preparaciones finales se llevaban a cabo, Aiden sintió un extraño susurro en la Fuerza, una sensación de que algo estaba a punto de cambiar drásticamente. Sabía que la verdadera batalla estaba cerca, y que sus decisiones en los próximos días podrían determinar el destino de todo el planeta.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora