Capítulo 28: El Contraataque de la Federación

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La explosión del generador principal resonó por todo el campo de batalla, enviando una onda expansiva que sacudió tanto a las fuerzas de la Federación como a los combatientes de Naboo y sus aliados. A medida que los tanques de la Federación se detenían uno a uno, el ánimo entre las tropas de Naboo aumentaba. Aiden y Mara, aún cubiertos de polvo y sudor tras la intensa batalla, intercambiaron una rápida mirada de satisfacción. Habían logrado un golpe crucial.

Pero la batalla estaba lejos de haber terminado.

"Las fuerzas de droides están desorganizadas, pero no se retirarán tan fácilmente", comentó Mara, su respiración aún acelerada por el duelo con Darth Maul.

"Lo sé", respondió Aiden, mirando el campo de batalla. Los restos de la fábrica de droides aún ardían, pero más allá, se podían ver los movimientos de las tropas de la Federación. Los droides supervivientes comenzaban a reagruparse. "La Federación tiene más recursos de los que pensábamos. Y Maul sigue ahí fuera."

"Por ahora, hemos ganado algo de tiempo", dijo Panaka, que llegó corriendo hacia ellos con un grupo de soldados. "Debemos aprovecharlo antes de que reorganicen sus líneas. ¿Qué sugieres, Aiden?"

Aiden observó el mapa táctico que Panaka le mostraba. "Debemos presionar. Si podemos tomar sus bases de mando, forzaremos a la Federación a retirarse por completo de Naboo. Si dejamos que se reorganicen, podríamos perder nuestra ventaja."

Mara asintió. "Estoy de acuerdo. No podemos perder el impulso ahora."

Mientras tanto, en el campamento central de la Federación de Comercio, el ambiente era tenso. El líder de las operaciones en Naboo, el Neimoidiano Daultay Dofine, miraba con frustración los informes que llegaban uno tras otro, detallando la destrucción de su fábrica y la caída de varias de sus posiciones clave.

"¿Cómo es posible que estemos perdiendo ante estos simples nativos?" gritó, golpeando la mesa con su puño. "¡Somos la Federación de Comercio! Tenemos más recursos, más droides. ¡Deberíamos haber aplastado esta resistencia hace horas!"

Uno de sus oficiales, un droide táctico, respondió de manera impasible. "La destrucción del generador principal ha interrumpido nuestras operaciones en esta zona. Sin el suministro de energía, nuestras unidades de combate son incapaces de seguir adelante."

Dofine se volvió hacia el droide con los ojos llenos de furia. "Entonces envía más refuerzos. Llama a las naves que tenemos en órbita. No podemos permitirnos perder Naboo. El consejo no tolerará el fracaso."

El droide asintió mecánicamente. "Sí, señor. Preparando las órdenes de refuerzos."

Sin embargo, mientras el droide táctico transmitía las órdenes, Dofine sabía que algo más estaba en juego. La influencia de Darth Sidious se cernía sobre todo el conflicto, y Dofine sentía el peso de las consecuencias que vendrían si fallaba. Darth Maul había desaparecido desde el último informe, lo que lo inquietaba aún más. No entendía las verdaderas motivaciones del oscuro lord Sith, pero sabía que el precio del fracaso sería más que la pérdida de Naboo.

De regreso en las líneas de combate de Naboo, las tropas se preparaban para el siguiente movimiento. Aiden y Mara, tras una breve pausa para recuperarse, discutían la estrategia con los líderes gungan y los mercenarios Hutt.

"Los gungans han hecho bien en mantener a raya a los droides en los pantanos", dijo Mara, mirando el mapa holográfico donde las posiciones gungan eran claramente visibles. "Podemos usar eso a nuestro favor. Si avanzamos por los pantanos, podríamos sorprender a la Federación desde el flanco."

Boss Nass, que estaba presente en la reunión, asintió con gravedad. "Nuestros guerreros están listos para seguir luchando, pero hemos perdido muchos. No podemos mantener este ritmo mucho más."

Aiden entendió la preocupación de Boss Nass. "No les pedimos que sigan luchando solos. Esta próxima ofensiva será decisiva. Si logramos capturar la base de mando de la Federación, la batalla habrá terminado."

Mara intervino. "Además, tenemos a los Hutts. Si nuestros mercenarios nos apoyan en esta operación, podremos romper sus defensas y forzarlos a retirarse."

Zyvar, el Twi'lek representante de los Hutts, se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con astucia. "Mis hombres están listos, pero deben entender que esto también es un riesgo para nosotros. Si no logramos esto rápidamente, nos retiraremos. Los Hutts no tienen intención de luchar una guerra prolongada."

Aiden asintió. "Entendido. Pero si todos hacemos nuestra parte, esto terminará antes de lo que crees."

Horas después, el ataque comenzó.

Los gungans, bajo el liderazgo de Boss Nass, lanzaron una ofensiva en los pantanos, usando sus grandes escudos energéticos para protegerse de los disparos de los droides. Mientras tanto, las tropas de Naboo, junto con los mercenarios Hutt, avanzaron en una maniobra envolvente hacia las posiciones de mando de la Federación.

Aiden y Mara lideraban el ataque desde el frente, moviéndose rápidamente entre las líneas enemigas, cortando droides con precisión. Los blásteres y los sables de luz iluminaban el campo de batalla en una mezcla de caos y estrategia.

"¡Vamos a romper sus defensas!" gritó Aiden, señalando hacia una barricada fortificada de droides que protegía la entrada a la base de mando.

Con una ráfaga de blásteres desde las posiciones de los mercenarios Hutt, la barricada fue destruida, permitiendo que Aiden, Mara y un pequeño grupo de tropas avanzaran hacia el corazón de la base.

Sin embargo, mientras se acercaban a la entrada principal, Aiden sintió una perturbación en la Fuerza. Se detuvo en seco, su corazón acelerándose.

"Está aquí", murmuró, sus ojos buscando en la oscuridad que se cernía sobre la base.

"Maul", dijo Mara, sabiendo exactamente a qué se refería Aiden. "Está esperando."

"Sabía que no nos dejaría tomar la base sin una pelea", respondió Aiden, encendiendo su sable de luz. "Prepárate."

De repente, una figura oscura emergió de las sombras. Darth Maul, con su característico sable de luz doble, se plantó frente a ellos, su rostro marcado por una sonrisa cruel y depredadora.

"¿Volvemos a encontrarnos, Jedi?", dijo Maul, su voz suave y venenosa. "Esta vez no escaparás."

Aiden levantó su sable de luz, sus músculos tensos y listos para la batalla. "No voy a huir. Esta vez, terminamos lo que empezamos."

Mara encendió su propio sable de luz, situándose junto a Aiden. "No estás solo, Aiden. Juntos podemos derrotarlo."

Darth Maul soltó una carcajada baja. "Dos contra uno, ¿eh? Entonces será más interesante de lo que pensaba."

Sin más palabras, Maul atacó.

El campo de batalla a su alrededor parecía desvanecerse mientras Aiden y Mara se sumergían en el combate. Los golpes de los sables de luz resonaban en el aire, con chispas saltando cada vez que se encontraban. Maul era rápido y feroz, su técnica letal y su poder en el Lado Oscuro evidente en cada movimiento.

Aiden y Mara trabajaban en conjunto, tratando de encontrar una apertura, pero Maul era implacable. Cada vez que pensaban que lo acorralaban, él respondía con una nueva maniobra, obligándolos a retroceder.

Aiden sabía que este duelo no sería como los anteriores. Esta vez, tendrían que darlo todo.

Mientras el duelo se desarrollaba, las tropas de Naboo continuaban avanzando, enfrentándose a los últimos restos de la defensa de la Federación. Panaka, liderando a los soldados, estaba decidido a capturar la base de mando y forzar a la Federación a retirarse de una vez por todas.

"¡Estamos cerca!", gritó Panaka, disparando a un droide de mando. "Solo un empujón más y esto terminará."

Los combates se intensificaban en cada rincón del campo de batalla, pero la sensación entre las tropas de Naboo era clara: la victoria estaba al alcance.

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⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

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