Aiden regresó a Naboo con una sensación de logro, pero también con la conciencia de que aún quedaba mucho por hacer. Había logrado asegurar el apoyo preliminar de Sebulba y Malastare, pero eso era solo el comienzo. La coalición que necesitaba formar para resistir a la Federación de Comercio debía ser fuerte, y eso significaba convencer a otros sistemas de que se unieran a su causa.
Nada más aterrizar en Theed, Aiden se dirigió a su finca. Necesitaba preparar sus siguientes movimientos con precisión quirúrgica. Entró en su estudio, donde el sol de la tarde iluminaba las estanterías llenas de libros y pergaminos. Sin perder tiempo, activó el dispositivo de comunicación que había utilizado para contactar a Lyria. Tenía que saber si había obtenido más información sobre los planes de la Federación.
El dispositivo emitió un suave pitido, indicando que había un mensaje entrante. Era de Lyria.
“Situación crítica. La Federación está acelerando sus planes. Se rumorea que han recibido órdenes directas de sus superiores en Coruscant. Están preparando una flota, pero los detalles aún son vagos. Mi fuente dice que Naboo es el objetivo primario. Están buscando una excusa para justificar una invasión.”
Aiden leyó el mensaje con el ceño fruncido. Las noticias eran preocupantes, pero no sorprendentes. Sabía que la Federación de Comercio necesitaba una justificación política para invadir, y estaba claro que estaban buscando una manera de hacerlo sin despertar demasiado la atención del Senado Galáctico. El tiempo se estaba acabando, y Aiden debía moverse rápido.
Decidió que su próximo paso sería contactar a otro sistema estratégico: Ryloth. El planeta Twi'lek, conocido por su economía basada en las especias y su historia de resistencia, sería un aliado valioso en la lucha contra la Federación. Además, su ubicación en el Borde Exterior significaba que Ryloth podría ser uno de los primeros sistemas en sentir la presión del bloqueo.
Aiden se tomó un momento para planear su enfoque. Los Twi'leks eran conocidos por ser cautelosos en sus tratos, especialmente cuando se trataba de alianzas con mundos exteriores. Necesitaba una estrategia que mostrara tanto su disposición a colaborar como su capacidad para proteger sus intereses.
Decidido, Aiden se dirigió nuevamente al puerto espacial de Theed. Esta vez, se llevó consigo algunos regalos simbólicos, artefactos culturales de Naboo que sabía que los Twi'leks apreciarían. Además, llevaba consigo un mensaje del Consejo de Naboo que, aunque no oficial, presentaría como una señal de buena voluntad y un deseo de colaboración entre los dos planetas.
La nave despegó en dirección a Ryloth, y Aiden utilizó el tiempo del viaje para meditar y repasar los datos sobre la historia y cultura Twi'lek. Sabía que cualquier error en la diplomacia podría costarle la alianza que tanto necesitaba.
Al llegar a Ryloth, Aiden fue recibido con una atmósfera cargada de desconfianza. Los Twi'leks, aunque hospitalarios, estaban claramente recelosos de un noble de Naboo que llegaba sin previo aviso. Sin embargo, su presentación cuidadosa y los regalos que llevaba le permitieron ganarse una audiencia con Cham Syndulla, uno de los líderes más influyentes de Ryloth.
Cham, un Twi'lek de porte majestuoso y con un aura de autoridad, lo recibió en una sala modesta, decorada con artefactos y tejidos tradicionales de su cultura. Su mirada era analítica, casi penetrante, mientras evaluaba a Aiden.
“Bienvenido a Ryloth, noble de Naboo”, dijo Cham, su tono cortés pero con un toque de reserva. “Entiendo que vienes a hablar de alianzas. Pero debo advertirte, Ryloth no se compromete fácilmente.”
Aiden inclinó ligeramente la cabeza, reconociendo la advertencia. “Lo entiendo, Cham Syndulla. No vengo a pedir compromisos sin ofrecer algo a cambio. Naboo está preocupado por los movimientos recientes de la Federación de Comercio. Sabemos que Ryloth también ha sentido esa presión. Estoy aquí para proponer una cooperación que podría beneficiarnos a ambos.”
Cham lo observó en silencio por un momento, evaluando cada palabra. “La Federación ha incrementado sus actividades en los sistemas cercanos, es cierto. Pero Ryloth ha sobrevivido mucho tiempo sin depender de alianzas externas. ¿Qué hace a Naboo diferente?”
Aiden sonrió ligeramente, sabiendo que esta era la oportunidad de mostrar sus cartas. “Ryloth ha resistido con éxito, pero la Federación es una amenaza que no debe subestimarse. Naboo no viene a ofrecer promesas vacías. Somos un mundo pacífico, pero también estamos dispuestos a luchar por nuestra libertad. Si unimos nuestras fuerzas, podríamos influir en otros sistemas para que también resistan. La Federación podría enfrentarse a una resistencia organizada en lugar de solo a planetas aislados.”
Cham entrecerró los ojos, pensativo. “Lo que dices tiene sentido. Pero Ryloth no puede permitirse una guerra abierta. Necesitamos garantías de que esta alianza no nos arrastrará a un conflicto que no podamos ganar.”
Aiden asintió, comprendiendo la necesidad de cautela de Cham. “No busco arrastrar a Ryloth a una guerra. Pero sí creo que, unidos, podemos evitar que la Federación nos domine. Estoy dispuesto a ofrecer apoyo en recursos y diplomacia. Además, si otros sistemas ven que Ryloth y Naboo están dispuestos a cooperar, podrían seguir nuestro ejemplo. No estamos solos en esta lucha, y no deberíamos estarlo.”
Cham permaneció en silencio por un largo momento, antes de finalmente hablar. “Tu oferta es generosa y tu causa es justa. Pero necesitaré tiempo para consultar con los otros líderes de Ryloth. La decisión no es solo mía.”
Aiden comprendió la necesidad de tiempo y no presionó más. “Por supuesto, Cham Syndulla. Entiendo que esta es una decisión importante. Estaré disponible para cualquier consulta adicional que desees hacer.”
Cham asintió, y con eso, la reunión concluyó en términos positivos pero sin un compromiso inmediato. Aiden sabía que había plantado la semilla de la alianza, pero que necesitaría paciencia para ver si germinaba.
De regreso en su nave, Aiden reflexionó sobre el encuentro. Aunque no había asegurado un acuerdo formal, sentía que había hecho un avance significativo. Ahora solo quedaba esperar la respuesta de Cham y continuar trabajando en otras posibles alianzas.
El viaje de vuelta a Naboo fue tranquilo, pero la mente de Aiden estaba llena de posibilidades. Sabía que los próximos días serían cruciales. Necesitaba seguir tejiendo su red de alianzas mientras fortalecía su posición en Naboo. Cada pequeño paso que daba lo acercaba más a su objetivo de crear un imperio en las sombras, uno que pudiera proteger Naboo y resistir el poder creciente de la Federación de Comercio.
Al llegar a Theed, Aiden fue recibido por Mara, quien le informó que había recibido varios mensajes mientras él estaba fuera. Aiden revisó rápidamente los mensajes, encontrando uno en particular que llamó su atención. Era de Lyria, con una simple nota: “Nuevo desarrollo. Información urgente. Debes saberlo.”
Aiden frunció el ceño, sintiendo que algo importante estaba ocurriendo. Sin perder tiempo, se dirigió a su estudio y contactó a Lyria de inmediato. Lo que ella tenía que decir podría cambiar el curso de sus planes y la estabilidad de la región.
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EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO
Science FictionUn hombre del siglo XXI muere en un accidente y se reencarna en el universo de Star Wars, justo antes del Asedio de Naboo. Con recuerdos de su vida pasada y un conocimiento profundo del futuro, decide aprovechar la oportunidad para construir un impe...