Capítulo 23: La Estrategia de Defensa

29 3 0
                                    

Las primeras luces del amanecer bañaban las torres del palacio de Theed, pero en lugar de calma, la tensión se sentía en el aire. Las calles estaban en alerta máxima, con tropas de Naboo y gungan ocupando posiciones estratégicas por toda la ciudad. Los ciudadanos habían sido evacuados de las zonas más vulnerables, mientras las fuerzas de la Federación de Comercio continuaban su avance.

Aiden, con el rostro marcado por las cicatrices del reciente duelo con Darth Maul, miraba hacia el horizonte desde el balcón del palacio. Sabía que su enfrentamiento con Maul era solo un preludio a algo más grande. Los ejércitos aún estaban reagrupándose, y era cuestión de horas antes de que la Federación lanzara su próximo ataque.

Mara se acercó a él, con el ceño fruncido. "Todavía están reagrupándose, pero no podemos confiarnos. Sabemos que Maul está planeando algo."

Aiden asintió, su mente concentrada en el siguiente movimiento. "Maul no volverá tan pronto. Sabe que necesita esperar el momento adecuado. Pero la Federación sí lo hará. No podemos enfrentarnos a ellos en una batalla directa, pero si logramos mantenerlos a raya lo suficiente, tal vez podamos inclinar la balanza a nuestro favor."

El sonido de pasos acercándose interrumpió su conversación. Era Panaka, que entró con su característico aire de eficiencia militar. "Nuestros exploradores confirman que las tropas de la Federación están trayendo más refuerzos desde sus naves en órbita. Calculamos que estarán listos para un ataque a gran escala en menos de 24 horas."

Aiden respiró profundamente, evaluando sus opciones. La emboscada en el bosque había ralentizado al enemigo, pero no lo suficiente. "¿Y las defensas de la ciudad?"

"Todas las posiciones clave están cubiertas. Las tropas gungan y nuestros voluntarios de Naboo están preparados para resistir, pero no somos lo suficientemente fuertes para aguantar un asedio prolongado. Necesitamos algo más... algo que incline la balanza."

Mara intervino, con una idea en mente. "Los túneles subterráneos de Naboo. Podríamos usar el sistema de cavernas para organizar una contraofensiva desde dentro de la ciudad, aprovechando el terreno y atacando desde las sombras."

Panaka levantó una ceja, intrigado. "Esos túneles son laberintos. Podrían servir para emboscadas pequeñas, pero sería peligroso guiar a todo un batallón sin perderse."

Aiden, reflexionando, asintió lentamente. "No necesitamos llevar un batallón. Solo un equipo de élite, capaz de atacar puntos clave y desorganizar al enemigo. Podríamos usar esos túneles para movernos sin ser detectados y atacar en los momentos cruciales."

El capitán Panaka cruzó los brazos, asintiendo con cautela. "Si podemos coordinarlo bien, podríamos cortar sus suministros y emboscar a sus líderes. No lo detendría todo, pero definitivamente los obligaría a replantear su estrategia."

Mara sonrió, satisfecha. "Sería un golpe inesperado. Y cada segundo que ganemos es una oportunidad para recibir ayuda de la República."

Aiden se apartó del balcón y miró a ambos con determinación. "Es una jugada arriesgada, pero es nuestra mejor opción. Panaka, organiza un pequeño equipo de los mejores soldados que tengamos. Mara y yo lideraremos la misión en los túneles."

Panaka asintió y se dispuso a cumplir la orden de inmediato. Mara, mientras tanto, se acercó a Aiden. "Este plan es peligroso, incluso para nosotros. Si algo sale mal en esos túneles, podríamos quedarnos atrapados."

Aiden la miró con seriedad. "Lo sé, pero no podemos permitirnos quedarnos a la defensiva. Tenemos que tomar la iniciativa si queremos tener alguna oportunidad."

Horas más tarde, el equipo estaba reunido en una de las entradas ocultas a los túneles subterráneos de Naboo. Aiden, Mara y Panaka encabezaban un grupo de veinte soldados de élite de Naboo, todos entrenados para misiones de infiltración. Los túneles eran oscuros y fríos, apenas iluminados por las linternas que llevaban.

A medida que avanzaban, las paredes de piedra parecían cerrarse sobre ellos, y el sonido de sus pasos resonaba de manera inquietante en el eco de las cavernas. Aiden mantenía la calma, guiando al equipo con la ayuda de un mapa antiguo que había obtenido de los archivos del palacio. Sabía que estos túneles habían sido construidos durante siglos, diseñados para proporcionar rutas de escape en caso de una invasión. Irónicamente, ahora serían usados para atacar desde adentro.

"Estamos cerca del primer objetivo", susurró Panaka, revisando su datapad. "Según los informes, hay un depósito de suministros de la Federación justo sobre nosotros."

Aiden asintió y ordenó al equipo prepararse para el ataque. "Recuerden, el objetivo es destruir los suministros y desorganizar su logística. No podemos permitir que descubran nuestra ubicación, así que todo debe hacerse en silencio y rápidamente."

Mara, que caminaba a su lado, preparó su sable de luz, lista para el combate. "Podemos bloquear sus refuerzos si logramos cortar su suministro principal. Será un golpe significativo."

El equipo avanzó sigilosamente hasta una sección del túnel donde las vibraciones del suelo indicaban que estaban justo debajo de la base enemiga. Con precisión, los soldados de Naboo comenzaron a preparar explosivos en los puntos clave de soporte estructural, listos para detonar y hacer colapsar el depósito.

"Estamos listos", susurró uno de los soldados a Panaka.

Aiden dio la señal. "Todos retrocedan."

El equipo se movió de vuelta hacia una posición segura en el túnel mientras las cargas eran activadas. Unos segundos después, una explosión sorda resonó en la distancia, seguida de un leve temblor. La tierra bajo sus pies vibró, y pudieron escuchar el colapso del depósito sobre ellos.

"Objetivo alcanzado", dijo Panaka, revisando los informes. "El depósito de suministros ha sido destruido. Esto debería desorganizar sus movimientos por lo menos durante algunas horas."

Aiden asintió. "Perfecto. Ahora vamos por el siguiente objetivo."

Mientras tanto, en la superficie, las tropas de la Federación comenzaron a sentir los efectos de la ofensiva subterránea. Sin saber de dónde provenían los ataques, comenzaron a reorganizarse, cometiendo errores en su comunicación y distribución de recursos. Los líderes droides intentaban en vano coordinar a sus tropas, pero la confusión solo aumentaba.

Darth Maul, quien observaba todo desde una nave de mando cercana, sintió la perturbación. Aunque no podía ver a Aiden ni a Mara, sabía que estaban detrás de estos ataques. El odio en su interior creció aún más. Maul se levantó de su asiento, encendiendo su sable de luz.

"Los encontraré... y acabaré con ellos", murmuró, antes de ordenar a un escuadrón personal que lo acompañara.

De vuelta en los túneles, Aiden y su equipo se acercaban al segundo objetivo: un centro de comunicaciones enemigo. Si lograban destruirlo, la Federación perdería su capacidad de coordinar el ataque sobre Theed. A medida que avanzaban, la tensión aumentaba. Sabían que, en cualquier momento, podrían encontrarse con patrullas enemigas.

Aiden se detuvo abruptamente, alzando una mano para que el equipo se detuviera. Escuchaba algo, un eco en la distancia, como si alguien estuviera moviéndose hacia ellos.

"Mara, algo no está bien", dijo en un susurro.

Antes de que pudiera continuar, una figura apareció al final del túnel. Aiden sintió un escalofrío recorrer su espalda. Era Maul. El Sith había encontrado su rastro.

"Así que aquí estás", dijo Maul, con una sonrisa oscura mientras encendía su sable doble. "Esta vez, no escaparás."

Aiden y Mara intercambiaron una mirada rápida. Sabían que no podían luchar contra Maul en esos túneles estrechos sin poner en peligro a todo el equipo.

"¡Panaka, lleva al equipo al siguiente objetivo! Nosotros lo distraeremos", ordenó Aiden, encendiendo su sable de luz.

Panaka vaciló por un segundo, pero luego asintió. "Buena suerte", dijo, antes de guiar a los soldados hacia una ruta de escape.

Aiden y Mara se prepararon para el enfrentamiento mientras Maul avanzaba lentamente, disfrutando del momento. Sabían que estaban entrando en una batalla que no podrían evitar. El destino de Naboo, y quizás algo más grande, estaba a punto de definirse en ese oscuro túnel subterráneo.

EL ASCENSO DE UN IMPERIO EN NABO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora