¿LA HERMANA DE KARMA?||ASANO X OC

CAPÍTULO 37

Fukushu Kin

—Sigo de lavaplatos —chille, otra vez.

—Cariño, estoy ocupado —Aviso Asano—. En la noche hablamos, ¿Si?

—Okey —respondí y colgó la llamada.

Suspiré y miré mi reflejo en el plato.

Ojalá con un golpe me rompiera, así no tendría que seguir soportando más. 

—¡¿A-Asano-kun?! —Okajima gritó sorprendido

Me asome por la venta y efectivamente era él. Espera... ¿Qué hacía él aquí? Ahí estaba, cruzado de brazos, mirando por debajo del hombro a todos.

—¿Por qué esa cara? El que estés aquí en la montaña ya no te da poder —le atacó Isogai.

Dejé los platos en el lavabo y corrí hacía el patio delantero, pero Nakamura se atravesó en mi camino.

—¿Qué? —pregunté molesta.

—Yo opino que a Asano le encatara verte con esto —mostró un disfraz de maid.

—No.

Iba a caminar pero volvió atravesarse.

—Quítate, rubia oxigenada.

—¡Oye! Es natural —atacó—. Además... ¿No te gustaría molestar a tu hermano?

Eso si me interesaba.

Cinco minutos después ya tenía colocado el vestuario de Maid, pero... ¡Era más difícil de lo que pensaba! Que vergüenza....

—Ya no quiero —confesé con la cara de tómate.

—Vamos Vamos —Nakamura empujó mis hombros sacándome por la puerta.

Vi a Maehaea hablar con Asano, y como este se aguantaba las ganas de contestarle. Cuando vi la comisura de sus labios abrirse corrí hacía él y le hable.

—¡Asano! —me acerqué, interrumpiendo—. ¿Qué haces aquí?

—Solo estoy siendo buen novio —se limito a responder. Acto seguido dejo de mirar al rubio y su vista se enfocó en mi.

Después a mi vestuario.

—¡¿Novio?! —gritó la clase sorprendida.

Sus mejillas estaban coloreadas de un leve color carmesí, y sólo fue cuestión de tiempo para que mi rostro esté igual.

—¿Qué... que te gustaría probar? —pregunté nerviosa, y aún sin poder creer que estuviera viendo sea al mismísimo Asano en la montaña de la clase E.

—¿Qué me recomiendas? —relajó su mirada y permitió que lo guiará a una mesa, sin dirigirme la mirada.

Tenía que confesar que se veía tierno mirando a cualquier lado que no sea yo.

—¿Por... por que usas eso? —preguntó nervioso.

—Pues...

—¡Para atraer clientes! —respondió Okajima interumpiendome—. ¡Shu-san están linda que vienen los chicos de la escuela a comer solo para verla!

Mire a Nakamura y pude ver en su rostro que fue su idea que Okajima dijera eso. En parte era cierto, venían chicos solo a verme, pero no por eso estaba vestida de ese modo.

Solo quería molestar a Karma.

—Ya te traeré algo —dije.

—No, para nada —Nakamura me empujó de los hombros—. Siéntense, pónganse cómodos. En unos momentos mis compañeros los atenderán.