XXXIX. Agradecimientos

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Ocultarlo era fácil, pensó Kazuha. Ha estado con tanta gente con la que no debería que confiaba en sus habilidades de ocultarlo. Ha estado con entrenadoras de sus amigas, rivales y una vez con una jueza. Sin embargo, ahora sentía que era una infidelidad y eso no era algo que pudiera soportar.

—¿Qué haces acá?—preguntó Sakura al salir del trabajo.

Ya era de noche. Muchos de sus compañeros se iban directo a un bar, a pasarlo bien entre ellos y a disfrutar la libertad de la juventud. O a llorar la solitaria adultez.

Y Kazuha estaba entre toda esa gente de traje formal. Con su ropa que hacía parecer que era una universitaria, pero eso no era lo que hacía murmullar a las personas. Era el simple ramo de flores que hacía mantener atenta a la gente chismosa.

—Perdón por no decirte que soy millonaria—le dijo al entregarle las rosas.

—Multimillonaria—susurró.

—Multimillonaria—suspiró—. Pero no es lo importante—le ofreció su mano—. He planeado la mejor noche de tu vida, como agradecimiento por tus esfuerzos en llevar dinero a nuestra casa.

—No me agrada mucho la vida nocturna—acercó las flores para olerlas, era la primera vez que recibía flores y se sentía bien que fueran de agradecimiento.

Había tenido un día agotador, casi horrible y recibir unas flores de Kazuha era lo único que necesitaba para que todo ese cansancio y tristeza se fuera de su cuerpo. 

—Kura, te conozco— le agradó la mano—. Lo vas a adorar y, lo mejor de todo— estiró su mano para llamar un taxi—, te pagué un plan anual.

Sakura inclinó un poco la cabeza, no sabía qué esperar de la menor. Se sentó en el taxi, Kazuha le entregó un papel al conductor, junto a unos billetes, y le cerró la puerta a Sakura.

—Solo tienes que decir tu nombre y todos los cobros extras se irán a mi cuenta—le dijo.

—¿A dónde me llevas?— preguntó, pero el taxi comenzó a avanzar.

Kazuha soltó un largo suspiro, miró la hora en su celular y estiró su mano para que un taxi la llevara a su siguiente parada.

No solo tenía que comprar el cariño de Sakura llevándola a un spa con los mejores masajes de la ciudad. Tenía que comprar otro ramo de flores, ir donde Chaewon y esperarla en la puerta de su trabajo como si fuera un cachorro.

Al ver que todos los transportes estaban ocupados, se amarró el cabello y corrió lo más rápido que podía para llegar a tiempo. Compró las flores trotando y aceleró sus pasos para detenerse justo delante de su amiga. 

—¿Qué haces acá?— se veia más cansada que Sakura.

—Estoy... gastando dinero... como maniatica—le confesó mientras intentaba recuperar el aliento

—Me compraste un.

—Necesitas una licencia para el auto.

—Verdad.

—Te pagué un plan anual para un spa—le pasó una tarjeta y luego el ramo de flores que estaba dañado por el movimiento de correr—. Como disculpas por ocultar que soy millonaria, digo, multimillonaria.

—No es necesario, Zuha, todas entendemos el porqué lo ocultabas, además, no sabes lo agradecida que estamos en que lo seas—le agarró la mano y la miró a los ojos—. Sin tu dinero, Manchae...

— Yunjin y Sakura ya están en sus spas—la interrumpió, no quería hablar de este tema.

—¿Estaremos sin ti?

—No, son 3 lugares distintos, así podrán descansar cuando quieran. Así que, ve antes que sean las 10 y no puedas ir al bar.

Chaewon di un paso para irse, pero se detuvo para mirar a Kazuha. No sabía como agradecérselo. Kazuha negó con la cabeza y la animo a que se aprovechara, pero antes que Chaewon la invitara a unirse a ella, sacó de su bolsillo el dinero para el taxi.

—Ve, que yo tengo que ir a buscar a Manchae de un cumpleaños.

Chaewon agarró el dinero y Kazuha se fue corriendo.

(...)

—Es aburrido tener la casa la callada—susurró Kazuha cuando Manchae se acomodó para dormir entre sus brazos.

No respondió porque el cumpleaños fue muy agotador y los brazos de su madre era muy acogedor.

Kazuha le acaricio el cabello y se quedó mirando su habitación oscura. Se sentía mal por acostarse con Yunjin, le aterraba tanto la idea de que lo había arruinado que su pecho lo dolía.

Le dio un beso a la cabeza y la abrazó como si en cualquier momento se la iban a quitar. No quería eso. Le aterraba que alguna de las tres se enojara con ella y la alejaran de la mejor familia del mundo.

Ya extrañaba la calidez de su ruidoso hogar.

(...)

Apenas pudo dormir, y cuando comenzó a hacerse de día, se levantó para hacerle el desayuno a Manchae. Levantó la mirada de la caja de cereales para mirar a Yunjin salir de su habitación.

—Buenos días.

—¿Yunjin? ¿No te quedaste en el hotel?

Le había enviado mensajes a las tres para que se quedaran el tiempo que quisieran para descansar. Que pudieran aprovecharse del fin de semana. 

—Me gusta estar en mi casa.

Luego salió Chaewon, casi al mismo tiempo que Sakura. La mayor le pasó un papel a Kazuha.

—Cancelé el plan—le dijo para luego agarrar el café—. No quiero un lugar que me lleve lejos de ustedes.

—Debiste de pagar una noche para que fuéramos las cinco, tontita—dijo Chaewon.

—Somos una familia, Zuha—dijo Yunjin—. A pesar de todo, las cinco tenemos que estar juntas para compartir los buenos recuerdos.

—Oh...—bajo la mirada—, supongo que mi familia era muy fría para hacerme entender eso.

—Por eso quiero que ocupes el dinero de tu familia solo en casos de emergencias—dijo Sakura—. No quiero que Manchae crezca en un lugar que lo único que importa es el dinero. 

—Esta bien—murmulló Kazuha. 

—Además, el dinero te hace mal—dijo Chaewon que apuntó los 17 distintos tipos de cereales que compró. 

—Era para saber cuál podría ser el favorito de Manchae. 

—Zuha—Yunjin abrió el refrigerador que estaba lleno de distintos tipos de Yogurt, leches, dulces y bebidas—. Te hace mal. 

—Esta bien—sacó del bolsillo de su pijama la tarjeta y se lo pasó a Sakura—. La nueva clave es

—¡No lo digas!—gritó Yunjin—. No confió en Kura con dinero. 

—Esperen—Chaewon alzó la mano—. Antes de todo, ¿Podemos comprar un auto? 

—¿Quién vota a favor?—preguntó Sakura y las cuatro levantaron la mano.  





Hello, vengo a promocionar una historia Summerz que se llama Good Part. Todo muy soft y tiernoco. 






Las Madres De Eunchae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora