Las Madres De Eunchae.

XI. Opera

Agarrada de la mano de Sakura y Chaewon, Eunchae miraba con asombro a todo su alrededor. Nunca había visto tanta gente y menos con ropa tan aburrida. Vestidos lisos de un solo color, hombres con trajes negros. Lo único interesante eran sus peinados, muy distinto a lo que miraba a las personas en la calle.

Todos reían como Yunjin y hablaban de cosas que no podía entender. No tiene la menor idea en donde la estaban metiendo, pero no se quejaba, ella se veía de maravilla. Yunjin le regaló un vestido azul marino, Sakura la peino de tal forma que ocultó todos los mechones mal cortados, haciéndole rizos. Y luego de rogarle a todas sus madres, le maquillaron los ojos y labios.

Se sentía como una princesa.

-acá es-susurró Sakura cuando llegaron a unos asientos.

Se encontraban en un teatro, en el más grande que Kazuha y el resto ha visto. No sabían que Yunjin cantaba para gente tan millonaria, sentían que no encajaban con el resto de la gente que eran más de 20 años mayor que ellas.

Se sentaron en el lugar que le reservaron, era en el lado costoso, arriba de todo, al lado de la familia de Yunjin. Chaewon se incomodó al encontrarse con su profesor y este se emocionó al ver a Eunchae.

-Ha crecido un montón-habló con emoción-¿Te acuerdas de mí? Soy el padre de Yunjin-Eunchae sonrió, solo para que la mimara con, talvez, un dulce-estás enorme-

-Mamá kura me ha hecho comer cosas verdes-

-¿Kura?-

-¡Tengo cuatro mamás!-Chaewon le agarró la mano con un poco de fuerza al escucharla. Miró a otro lado para evitar la mirada de su profesor-Wonnie, Kura, Zuha y Yuyi-

-¿Yunjin? ¿Mi hija es tu madre?-

-Se lo puedo explicar-se unió Chaewon, asustada-No estoy saliendo con su hija, es solo que-

-¿Soy abuelo?-el señor parecía que quería llorar-Cariño-le habló a su esposa-Somos abuelos, mira a nuestra nieta-

-¿Que es abuelo?-las chicas se miraron, tenía razón, sus padres no sabían la presencia de Eunchae. Chaewon se anotó en su mente llamarlos el día siguiente.

-Ya va a empezar-dijo Sakura.

Eunchae se asustó cuando todas las luces se apagaron y se asustó más cuando una se prendió en el escenario. Se acercó a Kazuha y esta la agarró para que se sentara en sus piernas y pudiera ver mejor. Eunchae se relajó porque la estaba abrazando.

Vio como salió un hombre bien vestido que comenzó a cantar de la mejor forma que ha escuchado en su corta vida. En unos largos minutos más apareció Yunjin.

-¡Es mamá!-gritó de la emoción.

El público soltó una risa ante el grito y Kazuha mando a que se callara, que estaba trabajando. Eunchae se iba a quejar, pero la voz de su madre la calló.

Era hermosa, mucho más que el del hombre, y desde el primer momento no pudo apartar la vista de ella. Se quedó tan hipnotizada que no se dio cuenta el momento que Sakura le sacó unas mil fotos.

No solo la voz la tenía así, también la escenografía y las luces. No tiene ni la menor idea de que se trata, pero le fascinaba. Lo único que pudo sacarla de su estado fueron los aplausos del público al terminar.

-Mis bailes son mejores-dijo Kazuha al salir

-diremos que sí solo porque nos mantienes económicamente-dijo Chaewon.

-¿Cuánto ganará Yunjin?-preguntó Sakura.

-Supongo que lo suficiente para dedicarse a esto-dijo Chaewon.

Kazuha hizo un puchero, se sentía mal que no la miraran así. Aunque tampoco podía quejar en voz alta, nunca ha invitado a sus amigas a sus competiciones, lo encontraba innecesario. Ahora no lo encontraba innecesario.

Miró a Eunchae que sin soltarle la mano buscaba con la mirada a Yunjin. Chaewon le había pasado el ramo de flores que compraron en el camino y como le dijo Sakura, tenía que correr y pasárselo de la forma más feliz posible.

-Cuando te lleve a mis espectáculos de ballet, tienes que llorar de la emoción-le dijo al agacharse para estar a su altura-Todas las veces, ¿okay?-le arregló un mechón de pelo rebelde y la alzó para que viera mejor entre la gente. Los ojos de la menor brillaron al encontrar la figura de Yunjin y pataleo para que la soltara.

-¡Mamá!-

Corrió entre la gente alta, había mucha y fue toda una misión poder pasar entre ellas y que las flores no se estropearan. Gritaba con todo lo que podía, un "permiso" que hace sonreír a la gente con su ternura. A Eunchae le encantaba que le sonrieran así, pero en ese momento solo tenía una meta en su mente: Llegar a su madre.

-¡Manchae!- Yunjin gritó de la emoción al encontrarla frente a ella, con la respiración agitada por correr y con las mejillas sonrojadas ante la emoción-¿Es para mí?-

-Sí-estiró sus brazos para entregarle las flores que ya estaban dañadas-Fue bonito-

-¿En serio?-Miró a sus otras madres, preguntándoles con la mirada si le mandaron a decir eso- No sabía que te podría gustar-la cargo para darle un beso en la mejilla-Las flores están hermosas ¿Fue idea de Kura?- Eunchae negó con la cabeza.

-De Zuha- Yunjin agrandó los ojos y miró a Kazuha que reía del nerviosismo-Yo elegí el color-

-No era necesario comprarlas-susurró.

Siempre envidio a sus compañeros que recibían flores de sus parejas. Ella solo recibía de sus padres y aunque las chicas no eran su pareja, sentía que era mucho más cariñoso que lo de las parejas de sus compañeros.

-¡No llores!-chilló Chaewon que fue a abrazarla-¡Solo son flores!-

-¿¡No te gustaron!?-chilló Eunchae-Pero Wonnie las eligió y está bonito-le dio un largo beso.

-No lloro por eso-hizo que Chaewon cargara a Eunchae para poder limpiarse las lágrimas-Es solo que fue muy lindo que me llamaras Mamá-

-¡Oh! Cierto-dijo Sakura-no lo hemos hablado como corresponde-

-No es necesario. Acepto ser parte del club de madres de Eunchae-

-A este punto todo el mundo será su madre-dijo Kazuha-Propongo no agregar más gente-

-Trato- dijeron todas.