II. Pañales

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Las tres chicas se encontraban mirando a Eunchae llorar en la cama. Las tres lo hacían con asco y ninguna se animaba a moverse. Sakura tenía un pañal en su mano y Kazuha y Chaewon no dejaban de leer como cambiarlos. Eunchae movía los pies y manos, rogando a gritos a que le saquen el pañal sucio.

-¿Quién lo intentará primero?-murmulló Chaewon.

-Ya rugiste, cámbiale los pañales a Kim Eunchae-Sakura le pasó el pañal y dio un paso hacia atrás.

-Esto en injusto-susurró.

Se acercó, sacó el pañal anterior con mucha delicadeza y lo depositó en la bolsa de basura que tenía Kazuha. Al ver lo sucio que estaba, hizo una arcada y se preguntó cómo una cosa tan pequeña podía producir tantos desechos. Pero no tenía tiempo para reflexionar sobre eso, ya que Eunchae no dejaba de llorar y patear con fuerza en todas direcciones, haciendo que la tarea de limpiarla fuera aún más complicada.

Con una toallita húmeda en mano, Chaewon intentó limpiar los desechos mientras sostenía a Eunchae con una mano. La bebé se movía inquieta, como si supiera que estaba jugando con ella una especie de partida en la que debía mantenerse lo más sucia posible.

-Lo estás haciendo bien -la animó Sakura, quien observaba la escena.

Sin embargo, mientras Chaewon se esforzaba por mantener la calma y continuar con la limpieza, sintió algo líquido salpicando su cara. Al mirar, descubrió que Eunchae había aprovechado el momento para realizar un pequeño "ataque sorpresa".

Kazuha no pudo contener la risa ante la situación.

-¡Oh no! ¡Esto es un desastre! -exclamó Chaewon, riendo nerviosamente mientras intentaba limpiarse la cara y contener a la traviesa bebé- Me vengaré cuando tengas pareja, maldito pequeño demonio- gruñó.

-No te preocupes, es parte de la diversión de ser madre -dijo Kazuha, riendo aún más.

Con esfuerzo y risas, Chaewon continuó limpiando a Eunchae, y para su alivio, la pequeña comenzó a calmarse y a reír junto a Kazuha, que se había convertido en su cómplice de travesuras. Con paciencia y una dosis extra de toallitas, Chaewon logró limpiar todo y dejar a Eunchae lista para un pañal limpio.

Con un poco de inseguridad, colocó el pañal limpio bajo el trasero de Eunchae. Con manos temblorosas por los nervios y el líquido inesperado en su cara, logró abrocharlo correctamente a ambos lados. Se alejó con una sonrisa de satisfacción y miró su trabajo con orgullo. ¿Quién dijo que cambiar pañales era difícil?

-Está al revés -se dijo a sí misma al ver que el estampado del pañal estaba al revés. -¿Eso afectará mucho en su vida? -preguntó mirando a las chicas.

-No creo que ni lo recuerde -respondió Kazuha, mientras jugaba con sus manos con Eunchae.

-De todas formas me vengaré, Kim Eunchae -dijo Chaewon.

-Al menor ya no está llorando-comentó Sakura.

Las tres amigas se miraron entre sí y estallaron en risas, sabiendo que este sería solo uno de los muchos momentos inolvidables que compartirían mientras cuidaban y criaban a Eunchae juntas. La bebé también reía por el momento.

Kazuha agarró a Eunchae, Sakura le corrigió el agarre, Chaewon fue al baño a bañarse y Sakura sacó las mantas para lavarlas. Cada una tenía una preocupación creciendo en su pecho. Debian de buscar a la madre de Eunchae, las tres no podían con un bebé, no tenían los instintos, el dinero, el tiempo ni la preparación para hacerlo.

Chaewon, mientras se bañaba, se puso a pensar en unirse un grupo de madres novatas. Esos que van embarazadas primerizas a aprender a ser madre. Buscaría algunos de eso en redes sociales, sabía que por ahí había muchos de esos.

Sakura, mientras le colocaba el detergente a la lavadora, se puso a pensar que no podía ayudar a Chaewon con como quería, no tenía el dinero ni el tiempo. Sigue viviendo con su madre, tiene un hermano insoportable y una carrera universitaria difícil. Su madre le gritaría por meterse en un lío así. Pero quería ayudar a Chaewon a cuidar a Eunchae, encontraba que era una bebé hermosa que merecía todo el amor del mundo.

Kazuha, que felicitaba a Eunche por el ataque a su amiga mientras caminaba por el departamento. Comenzó a sentir, por primera vez, el sentimiento de querer proteger con toda su vida a un ser viviente. Haría cualquier cosa para que Eunchae crezca para convertirse en una adulta feliz y llena de amor.

¿Quién iba a pensar que esas tres chicas tenían, en el fondo, un instinto maternal?


Las Madres De Eunchae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora