Las Madres De Eunchae.

XVIII. Playa

Eunchae despertó con una misión en su mente. Abrió los ojos primero que Chaewon, se bajó de la cama con un poco de dificultad. Miró a su madre mientras abría el cajón con su ropa. Eligió unos jeans claros y una camiseta negra con un estampado de su serie animada favorita. Volvió a mirar a su madre y se puso de puntillas para abrir la puerta para salir de la habitación.

Miró a todos lados, tenía el corazón completamente acelerado. Caray, la pequeña Eunchae nunca había sentido tanto miedo y tanta emoción en su corta vida. Dio un paso y se tapó la boca al ver salir a Sakura. Se miraron por un tiempo y luego, en un extremo silencio, ambas entraron al baño del pasillo.

Fue el baño más silencioso que había tenido Manchae y también el más rápido, ya que no se puso a jugar. Se trató secar sola mientras Sakura se vestía y al terminar, vistió a Eunchae. Sakura ya llevaba ropa interior y chaleco que sacó el día anterior, sabia que se le iba a olvidar.

Eunchae se subió a su banquito, Sakura la afirmó de la cintura y exactamente a la misma velocidad y con los mismos movimientos, se lavaron los dientes.

Al salir del baño, ambas llevaban su ropa sucia y entraron a la habitación de Sakura. Dejaron las cosas en una esquina, luego las llevaría a lavar. Sakura agarró su mochila llena de "porsiacasos" de Eunchae, un bolso con más ropa y Manchae agarró su pequeña cartera llena de cosas importantes: una cámara barata, una muñeca, tres crayones y 12 dulces.

Se agarraron de la mano, abrieron la puerta de la habitación y caminaron de puntitos hacia la salida. Ambas se tapaban la boca para no soltar una risa. Sakura abrió la puerta, ambas salieron y cuando cerró la puerta, Eunchae comenzó a saltar para sacar toda la emoción contenida.

-Y ahora el detalle más importante-susurró Sakura y sacó su celular-avisar que hemos salido y decir donde vamos.

-¿Por qué?

-Para que no piensen que te raptaron.

Sakura ya llevaba cinco meses trabajando y un día, cuando volvió de su agotador trabajo, se fue directo a dormir y le pasó lo que nunca se imaginó. Eunchae, ya en pijama y con el señor rana entre sus manos, entró a su habitación, se colocó entre sus sabanas y se durmió a su lado. Ese día Sakura tardó diez minutos en dormirse. Se había dado cuenta de que estaba pasando muy poco tiempo con su hija. Seguia pensando que era el lado materno de las cuatro, era la que le enseñaba palabras, animales y... No estaba actuando como madre como ella quería. Parecía ser más una madre ausente.

No le dijo a nadie su plan. Pensaba que se iban a querer unir y solo por ese día, no quería. Quería que Eunchae solo pasara tiempo con ella ese sábado, por lo que le preguntó a Eunchae que era lo que más deseaba hacer. No sirvió mucho sus propuestas que eran: Conocer a sus ídolos (los perros de "patrulla canina") ir a conocer el planeta del principito (había visto la película con Yunjin) y conocer los pokemones (lo solían ver el anime juntas los fines de semana). Ninguna idea le fue útil. El último lo anotó para cuando fueran a Japón a conocer los abuelos por parte de Kazuha.

Luego de una larga charla con Chaeyeon, planeó todo para ir a la playa. Manchae no conocía el mar, ni siquiera se podría imaginar que podría existir un lugar así. Sakura le dijo que la llevaría de viaje a un lugar que podría crear castillos de arena. Manchae no tenia la menor idea que es la arena. No le importaba mucho entender las explicaciones de Sakura, ella desde el primer momento estaba lista para ir y descubrirlo por sí misma.

El viaje duró aproximadamente cuatro horas, desde la casa al tren y de ahí hasta la playa. Eunchae se durmió todo el viaje y Sakura tuvo que soportar los mensajes de las tres chicas enojadas porque no iban a poder ver la reacción de Eunchae de conocer un nuevo lugar. La más enojada era Chaewon y Yunjin.