Por fin tenía un día libre y se había despertado sin alarma. Uno de esos pequeños placeres que te da la vida de vez en cuando. Hacía días que no podía dormir 9 horas seguidas y coger el teléfono de la mesita y ver que eran las 11:00 le hizo afrontar la mañana de manera diferente. Dio un par de vueltas más en la cama y se levantó a desayunar. Casi no era consciente que llevaba ya un mes como residente de primer año de Pediatría. El tiempo pasaba demasiado deprisa, casi no era consciente de la rapidez con la que los días habían pasado.
Aprovechó para hacer una videollamada con su madre, la cual no dejó de repetirle lo delgado que estaba, si estaba comiendo bien y si estaba a gusto, que no pasaba nada si se arrepentía que ella siempre le recibiría con los brazos abiertos. Cosas de madre. Juanjo la sonrió apenado, realmente se notaba que le echaba de menos. Sabía que Salma seguía estando pendiente de ella, pero Juanjo, aunque nunca quisiera haberlo admitido, era su ojito derecho.
-Y cielo ¿has hecho algún amigo o amiga? ¿El resto de pediatras son majos, te tratan bien? - preguntó su madre con curiosidad mientras revolvía el puchero que estaba haciendo.
- Sí, me llevo súper bien con otra residente de primer año, se llama Almudena, fue la primera amiga que hice - explicó mientras revolvía su taza de café - y con los residentes de Pediatría también me llevo genial, Álvaro es majísimo y Martin que es el coordinador de residentes también es muy ... - hizo una pausa mientras recordaba sus encuentros - ¿atento?
-No suenas muy convencido con ese tal Martin - dijo su madre acercándose a la cámara.
-No es eso - trató de excusarse Juanjo mientras se sonrojaba levemente - es que es curioso - se rascó la cabeza incómodo - bueno ¿y qué tal papá? ¿Qué tal las cosas por el pueblo?
No pasó desapercibido para su madre el cambio de tema de su hijo. Lo conocía mejor que nadie y sabía que siempre que ocultaba algo se le notaba mucho por como miraba a todas partes evitando el contacto visual y movía las manos compulsivamente, justo como en ese instante hablando por videollamada.
Poco tiempo después de que se unieran también su hermana y su padre y conversaran brevemente, se despidieron para dejar a Juanjo descansar.
Dedicó parte de la mañana a limpiar y reorganizar la casa. Había acumulado un poco de polvo después de la larga semana de trabajo y falta de tiempo. Cuando dio por finalizada la tarea, con la casa impoluta y perfumada, se tumbó en el sofá. Agotado.
Su teléfono empezó a sonar en ese momento, iluminándose en la pantalla el nombre de Almu 😜. Deslizó el dedo por la pantalla para descolgar la llamada, mientras se arreglaba el pelo y limpiaba las gotas de sudor de su frente.
-Hola, hola...
-No hay holas que valgan Juanjo - dijo en un aparente estado de nervios - necesito tu ayuda.
-¿Qué ha pasado? - preguntó Juanjo preocupado mientras se incorporaba del sofá.
-Álex me ha pedido una cita - soltó de golpe.
Juanjo puso un gesto contrariado y se llevó la mano al pecho.
-Joder Almu, ¡me has asustado! Pensaba que había pasado algo grave...
-¿No te parece lo suficientemente grave? - interrumpió la rubia mientras se movía de un lado a otro de la habitación. Juanjo soltó una pequeña risita.
-¿No? Me parece algo bonito no sé - se acomodó cogiendo un cojín- ¿a dónde te va a llevar el cordobés?
Estuvieron un rato hablando hasta que se hizo hora de comer y se despidieron, prometiéndole a Juanjo que le contaría con pelos y señales que tal la cita.
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EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROS
FanfictionJuanjo llega a la arrolladora vida de la capital en su primer año de residencia como pediatra. Dejar su vida tranquila en el pueblo y zambullirse en el mundo hospitalario va a ser todo un reto para él pero... ¿será por el ámbito sanitario o por la c...