Martin estaba haciendo guardia en la planta de Pediatría esa tarde, como apoyo para los ingresos que ocurrieran mientras Álvaro estaba en el quirófano de urgencias. Realmente Martin lo agradeció, no creía estar lo suficientemente concentrado como para estar en un quirófano. Había pasado ya media tarde y el vasco estaba en una nube de colores y algodón. Las enfermeras de la planta, Claudia y Clara, le habían estado vacilando un buen rato. En realidad querían intentar sonsacarle porque tenía esa media sonrisa de gilipollas como si estuviera borracho. Borracho de amor. Pero el vasco no soltaba prenda. Después de un buen rato hablando con ellas sin contar nada interesante, se cansaron de él y le invitaron amablemente a que se fuera y las dejara trabajar.
La guardia estaba tranquila por lo que decidió cogerse un café de la máquina de urgencias y salir a la zona de ambulancias para hablar con Omar. Hacía tiempo que no iba a la sala de urgencias para estar con el resto de residentes, entre la Conferencia y que los pocos ratos que tenía le apetecía ver y conocer a Juanjo. No iba a mentir, no le apetecía escuchar sus cotilleos. Estaba un poco cansado y le apetecía estar solo.
Con el café humeante en las manos, se sentó en el bordillo esperando a que la ambulancia de Omar hiciera aparición. Se cercioró de que tenía suficiente cobertura por si le llamaban al busca. Removía tranquilamente con la cucharilla, haciendo círculos. Demasiado concentrado. Tenía mucho en que pensar.
La ambulancia no tardó en hacerse presente en la zona donde suelen aparcar, dejando ver a un uniformado Omar caminar tranquilamente hacia el vasco con una sonrisa.
-¡Tío, tengo una buenísima noticia! - dijo sonriente Omar.
-Yo también tenía que decirte algo - respondió con otra sonrisa igual.
-Vale, pero yo primero - Martin asintió - Ruslana me ha invitado a su casa esta noche, necesito que te quedes con Lucía.
-¿Me estás jodiendo, verdad? - dijo Martin posando su café a un lado del bordillo tratando de mantener la calma.
Omar borró la sonrisa de su cara y vio como Martin se ponía a escasos centímetros de su cara enfadado.
-No ¿por qué?
-Joder, iba a cenar con Juanjo en su casa y me hacía bastante ilusión - confesó con enfado.
-Lo siento tío pero te toca a ti quedarte con Lucía...
-Siempre me toca quedarme a mí con Lucía, Omar- apretó los puños en señal de rabia Martin - estoy harto tío, es tu hermana... no la mía - realmente Martin no pensaba eso, habló deprisa sin pensar en las consecuencias de sus palabras.
-Estás siendo muy egoísta bro. Siempre has dicho que somos un equipo y que los dos cuidábamos de Lucía. Te toca a ti, es lo que hay - expresó con calma Omar - Además, voy a pedirle salir a Rus hoy.
-Que sí tío, para ti la perra gorda, lo que tú digas , paso de discutir contigo ... - dijo girándose - vete a la mierda Omar, y que Ruslana te de bien por el culo - desapareció dando un portazo y enseñándole el dedo corazón.
Martin caminó por los pasillos sin fijarse con quién se cruzaba. Realmente estaba muy enfadado. Tenía tantas ganas de cenar con Juanjo, de conocer su ambiente, su casa, ver como tenía todo colocado y que le cocinase. La sonrisa triste en su cara se hizo notar en cualquiera que se fijase en su caminar. Aunque iba tan deprisa que sería difícil que alguien pudiera reparar en su gesto con el ceño fruncido.
-Marts - chilló Chiara moviendo las manos efusivamente mientras se acercaba al vasco.
-Lo que me faltaba ahora mismo - pensó Martin.
-Hola, ¿qué quieres Kiki? No estoy de buen humor ahora mismo - respondió entre dientes.
-Joder, menudos humos chico - expresó Chiara - los demás no tenemos la culpa de tus problemas. Y espero que los niños tampoco...
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EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROS
FanfictionJuanjo llega a la arrolladora vida de la capital en su primer año de residencia como pediatra. Dejar su vida tranquila en el pueblo y zambullirse en el mundo hospitalario va a ser todo un reto para él pero... ¿será por el ámbito sanitario o por la c...