-¿Me estás pidiendo una cita Martin? - preguntó Juanjo con una sonrisa ladeada tratando de picar al chico del bigote.
Esta vez los papeles se habían invertido y el vasco estaba rojo como un tomate. Simplemente miraba a Juanjo con ojitos de cachorro aleteando con sus largas pestañas, como si quisiera conseguir con esa mirada que le dijera que sí. Lo que él no sabía era que daba igual lo que hiciera, el maño no podía resistirse a hacer todo lo que Martin le pidiera. Como el vasco no decía nada Juanjo volvió a hablar.
-¿No es un poco pronto para conocer a tus padres? Vas muy rápido tú eh.. - dijo entre risas.
Juanjo se ganó un empujón del vasco. Martin frunció el ceño y cruzó los brazos en señal de desaprobación como si fuera un niño pequeño al que le habían quitado un juguete. Su mueca de fastidio y el largo suspiro que soltó enterneció al maño que no pudo evitar cogerle de las mejillas como hacen las abuelas y tirar de ellas con fuerza para molestarle.
-¡Ay tontito! Claro que me gustaría ir a comer con vosotros- Martin relajó la postura mostrando una sonrisa radiante.
-¿De verdad? - preguntó dubitativo.
Al fin y al cabo, no sabía qué le pasaba al maño ni por qué había dejado de hablarle el día anterior. Necesitaba encontrar en su mirada la respuesta a sus dudas. Se sentía muy expuesto respecto a sus sentimientos y el maño cerrado totalmente.
Juanjo se debió de dar cuenta de lo pensativo que se había quedado y volvió a hablar.
-Sí y luego ya hablaremos, que tenemos que darnos muchas explicaciones ¿no crees? - apretó suavemente su brazo.
-Si si si ... ¡Gracias! Lucía te va a encantar, te va a caer genial - dijo tirándose de nuevo a los brazos del maño, que al principio se desestabilizó por la sorpresa para después agarrarle fuerte de nuevo contra sí mismo.
-Voy a preguntarle a Dani si hay algo más pendiente y ya me cambio ¿vale? - explicó Juanjo- mándame la ubicación del restaurante y ahora me uno.
Se despidieron tras el intercambio breve, dejando el ambiente cargado de un sentimiento nuevo que ninguno de los dos sabía ponerle nombre. Juanjo vio como Martin regresaba al salón de actos para reunirse con su familia.
El maño no sabía por qué había aceptado ir a comer con ellos. Realmente iba a ser un poco incómodo, ¿cómo lo iba a presentar frente a sus padres?
-Pues como un compañero de trabajo, que es lo que soy - pensó - ¿o qué te pensabas?
El maño se dio un par de golpes en la cabeza. Martin y él no eran más que dos compañeros de trabajo que se llevaban bien. Puede que hubiera una cierta tensión no resuelta pero no era el momento de resolverla ahora, con una niña pequeña y sus padres presentes.
-Oh dios mío, sus padres...¿ y yo qué les digo ahora? - pensó.
Recibió un mensaje de Martin que le hizo despertar del nubarrón de pensamientos que tenía alrededor de su mente.
"Martin 🙄: Juanjo vamos a comer en media hora en el restaurante que hay enfrente del hospital. Nos vemos 😊"
"Juanjo: 👍🏻😗"
No tardó en cambiarse de ropa y despedirse del resto de adjuntos hasta el día siguiente. Trató de ir deprisa para no cruzarse con nadie que le hiciera preguntas comprometidas acerca de a donde iba.
Salió apresurado del hospital. No sin antes intentar peinarse un poco el pelo. ¿En qué momento había pasado llorando la noche por Martin y ahora iba a comer con él? Y si no era poco, con su familia.
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EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROS
FanfictionJuanjo llega a la arrolladora vida de la capital en su primer año de residencia como pediatra. Dejar su vida tranquila en el pueblo y zambullirse en el mundo hospitalario va a ser todo un reto para él pero... ¿será por el ámbito sanitario o por la c...