EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROS

capítulo 16. el sofá que conoce sus secretos

Al día siguiente ...

Martin había llegado al trabajo más feliz que la última semana. Había podido dormir más de 5 horas seguidas, la Conferencia había sido un éxito, tenía en su teléfono el contacto de varios hematólogos importantes abrasándole a mensajes para trabajar con él y la pequeña Lucía... 

Todo estaba en orden, la vida le sonreía. Aún le quemaban los labios de la sensación de haber probado el sabor del maño. Y para qué mentir, se había hecho adicto a ello. Solo le había hecho falta un par de besos tontos para saberlo. Bueno, en realidad ya lo sabía antes de haberlos probado. El maño pasaba en su mente más tiempo del que quisiera admitir si tuviera que decirlo en voz alta. Había pasado innumerables horas pensando en su sonrisa perfecta, sus mejillas coloradas cuando se ponía tímido, su nariz, sus largas pestañas cada vez que lo miraba con esos profundos ojos color miel... Era un recuerdo que quería que se quedara grabado en su mente para siempre. 

Tampoco quiso olvidar como Juanjo le escribió nada más llegar a su piso y el grito ahogado que pegó cual adolescente cuando lo recibió, tapándose la cara con una de las almohadas de su cama. En un arrebato de cursilería, decidió cambiarle el nombre de contacto.

"Juanji 💘: a veces se me dan mal las palabras, espero que me tengas paciencia 🥹 "

"Juanji 💘: estoy muy orgulloso de lo que has conseguido hoy"

"Juanji 💘: nos vemos mañana, descansa bigotes 💙"

El buen humor no le duró tanto Martin, sobre todo cuando vio que tenía que pasar toda la mañana en una de las reuniones con adjuntos y jefes del hospital. Hablaban de datos y presupuestos para material y nuevas actividades para prevenir y promover la salud entre los más pequeños. El vasco luchaba consigo mismo para no dormirse. Se le cerraban los ojos de vez en cuando, sintiéndose avergonzado. Realmente el tema de debate en ese instante era aburridísimo. No pudo prestar mucha atención pues un chico de metro ochenta ocupaba todos sus pensamientos. Estaba apoyando su cara sobre su mano, dando imagen de pereza y poco interés que no pasó desapercibido para su jefe, el cual le dio un codazo haciendo un gesto de "compórtate, por favor". Poco le importaba en ese momento cuando sabía que Juanjo estaba en el hospital a escasos metros, en otra estancia y no estaba junto a él. 

Asintió a todo lo que dijeron sin intervenir en exceso. La realidad es que solo quería que diera por finalizada la reunión cuanto antes para buscar a Juanjo. Le daba igual que estuviera ocupado. Tenía la necesidad de verle. 

Salió corriendo de la sala de reunión al mediodía, tenía un par de horas libres hasta que diera comienzo la guardia, así que decidió dirigirse a la sala de médicos mientras tecleaba en su teléfono un mensaje para el maño.

"Martin: Juanjo ¿pues venir a la sala de médicos ahora? Es importante porfa ☹️"

"Juanji 💘: en 5 estoy ☺️"

Martin se dejó caer en el sofá, jugando con los dedos haciendo ruidos delicados sobre el mismo. Suspiró. Realmente estaba un poco nervioso. ¿Cómo debía actuar ahora? ¿Cuando viniera le podía comer la boca sin más?

-No, no, Juanjo no es así y no quiero agobiarle - pensó - bueno, que haga él lo que quiera, yo me dejo hacer.

Tenía un debate interno entre ser un sin vergüenza o dejar salir todos sus sentimientos. Le daba miedo volver a salir dañado de esto. Haberlo dado todo por una persona y sentir todavía el miedo al abandono le tenía preocupado. Sabía que su relación fugaz con la rubia no tenía nada que ver con lo que podía tener con Juanjo, básicamente porque eran polos puestos. Ella era un alma libre y Juanjo no podía ser más que hogar. Lo poco que llevaba observándole pudo comprobar que era meticuloso y ordenado, un amante de la rutina y tener todo bajo control. Eso le daba un poco de tranquilidad a la hora de dejarse llevar con sus sentimientos, aunque seguía con la mosca bajo la oreja. La vibración en su bolsillo le hizo dejar en pausa sus pensamientos por un momento.