capítulo 9. el cumpleaños de Álvaro

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Martin caminaba acelerado por los pasillos del hospital. Llegaba tarde, como siempre. Se tropezó al doblar una esquina con un celador que transportaba a un paciente en camilla. El celador maldijo entre dientes y le dijo que tuviera más cuidado. El vasco se limitó a disculparse y aflojó un poco el ritmo.

Cuando entró a la sala de estar de urgencias, todos los pares de ojos se posaron sobre él. Enrojeció levemente y se acomodó en el sofá al lado de Juanjo. Se dedicaron una sonrisa cómplice en silencio. Martin volvió a mirar al frente, tratando de recuperar la respiración habitual. Se quitó la bata, fruto del calor de haber caminado deprisa.

-Bueno ahora que estamos todos... - habló Álvaro con una sonrisa mientras se ponía de pie, tratando de llamar la atención de los presentes.

-Dilo ya pesado - expresó Ruslana - que te gusta llamar la atención - le tiró una aceituna siendo parada por este, que le dedicó una mirada llena de odio.

-Rosana no seas aguafiestas que si empiezo a hablar no se quien acabaría perdiendo ... - rebatió el sevillano.

-Bueno wachos, no discutan, ¿nos quieres contar por qué nos has reunido a todos aquí? - intervino Lucas.

Martin echó un vistazo rápido por la sala. Ruslana, Álvaro y Lucas discutían como el perro y el gato. Álex y Denna estaban en su mundo, según Juanjo le había contado, después de su primera cita habían venido otras muchas más y estaban comenzando algo serio. Se veía en sus ojos el brillo de las primeras veces, Martin sonrió con ternura. Chiara y Violeta estaban sentadas cada una en una esquina de la sala, en silencio y sin dirigirse la mirada. Violeta ni siquiera se dio cuenta de que el vasco estaba en la sala, absorta en sus pensamientos mirando fijamente el teléfono. Chiara y Juanjo por el contrario estaban manteniendo una conversación que tenía al maño claramente sorprendido, a juzgar por su ceño fruncido.

-Como ya sabéis, este fin de semana es mi cumpleaños - dijo con una media sonrisa el sevillano.

-Si, lo sabemos. Lo repites una media de 50 veces en el día - aclaró Chiara, haciendo que todos se rieran.

-¡Joder! Si me odiáis solo tenéis que decírmelo - dijo formando un puchero.

-Venga Alvarito - expresó Martin levantándose para ponerse a su altura - dinos que yo si tengo ganas de saber que pasa con tu cumple.

Juanjo sonrió al ver el gesto del vasco. Era demasiado detallista con la gente de su entorno.

-Vale, cerrad todos los ojos - sugirió con efusividad Álvaro - abridlos.

Martin tuvo delante de sí mismo la entrada para una conocida discoteca de Madrid. Arrugó el ceño al ver la fecha. La fiesta era el sábado y la presentación del Congreso el lunes. Era demasiado arriesgado joder toda su lucha por una fiesta.

-¿Qué pasa? - preguntó Juanjo que se había fijado en su gesto de desánimo.

- Nada, que no se si podré ir... - suspiró.

-¿Y eso?

-Es dos días antes del Congreso, no quiero cagarla en el último momento.

Juanjo asintió. Entendía totalmente lo que el vasco quería decirle.

-Vasco no me digas que no vienes por el maldito Congreso, ni que te fuera la vida en ello. Es mi cumpleaños - expresó Álvaro. Martin le fulminó con la mirada. El sevillano relajó el gesto- quiero decir... Que la fiesta sin ti no es lo mismo, ¡quiero que vengas jo!

-Eso vasquito - dijo Lucas.

-Manito - apoyó Álex.

-Marts... - susurró Chiara a su lado.

EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora