capítulo 21. consejos

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Martin se despidió del maño con una sonrisa forzada y un "luego hablamos" que sonaba con más indecisión que certeza. Juanjo realmente estaba tan ilusionado con la llegada de su hermana que ni había notado el cambio de semblante del vasco.

 ¿Conocer a la hermana de Juanjo? Eso era ya una cosa muy seria. Era poner valor algo que estaba empezando a crecer entre ellos y a lo que Martin tenía miedo de nombrar todavía. No se quería comprometer a nada tan pronto. Pero no porque no quisiera a Juanjo sino porque el temor al abandono continuaba haciéndole daño en su corazón herido. Sería egoísta decir que estaba recuperado al 100% cuando no era cierto. La verdad es que Juanjo le estaba haciendo sentirse cómodo y sentirse atraído por alguien después de un año, pero aún tenía dudas.

Tuvo la repentina necesidad de despejar las dudas con alguien. Hablarlo con su madre sería un error garrafal pues comenzaría a hacerse ilusiones de que el maño y él tenían algo más. Y en vez de aconsejarle y ayudarle acerca de sus sentimientos, le atosigaría y le haría dar pasos demasiado deprisa. Encima no estaba al tanto de su antigua relación por lo que tendría que contar demasiadas cosas para las que no se veía con fuerzas.

Pensó también en Chiara, su mejor amiga desde que entró como residente en el Hospital de la Paz. De pronto se sintió algo nostálgico, echando de menos las guardias en las que se pasaban la tarde comiendo galletas y cotilleando sobre algún reality show. Las cosas habían cambiado mucho en el último mes. En realidad, él no había cambiado, había sido Chiara liándose con toda la plantilla, rompiendo amistades y poniendo en entre dicho el grupo que habían formado, sin pensar en los sentimientos que dañaba a su paso. La descartó casi sin miramientos, primero tenían que tener una conversación acerca de como se estaba comportando la morena.

Martin era una persona bastante hermética y reservada, no solía airear sus problemas con la gente. Es por esto que pasó gran parte de la comida en silencio, removiendo la cuchara en el plato de garbanzos hasta que se quedaron fríos. Solo se escuchaba el tic tac del reloj de la cocina, porque si fuéramos capaces de escuchar los pensamientos de Martin sonarían parecidos a unos elefantes en manada pisando cacharros. Su mente trabajaba a toda velocidad mientras su dedo se deslizaba entre la lista de contactos más frecuentes sin llegar a una conclusión. Suspiró antes de llevarse de nuevo una cucharada congelada de garbanzos. ¿Escribir a Claudia? Sí que tenía bastante en común con ella y le tenía bastante aprecio pero nunca le había contado nada de su vida y en realidad la enfermera a él tampoco. No sabía mucho más que había tenido un lío con Violeta y algún enfermero más suelto. No tenía ni idea de cosas transcendentales de su vida como qué le gustaba hacer en su tiempo libre o como era su familia... Lo mismo sucedía con Clara, que aunque tenían algo más de confianza y hobbies en común tenía el mismo sentimiento que con su compañera.

Decidió finalmente pinchar en el chat de Violeta. Era ella o nadie más. Al final la pelirroja había sido muy generosa abriéndose con él en sus sentimientos por Chiara, sin pedir nada a cambio. Además, del grupo era la menos chismosa y con la cual podría tener un poco de discreción si él se lo pedía.

Entró en el chat decidido a proponerla una llamada.

"Martin: hola Vio, ¿cómo estás? Me gustaría hablar contigo si es posible... no sé como andas ni si tienes guardia hoy 🥰" 15:43

No tardó en recibir un mensaje en respuesta de la pelirroja.

"Vio💋: Amore estoy de saliente!!! " 15:44

"Vio💋: ¿Ha pasado algo? ¿Quieres que quedemos?"15:44

"Martin: ay amor si estás muy cansada no quiero molestarte. Con una llamada me basta"15:45

"Vio💋: no me molestas, además me apetece ver a mi niño favorito 🥰"15:46

"Vio💋: quieres venirte a mi casa ahora?"15:47

"Martin: dame 15 minutos y estoy" 15:47

Al final Omar se había llevado a Lucía para pasar el fin de semana con sus tíos. Dijo que necesitaba tiempo para él solo y desconectar el fin de semana que tenía libre en el trabajo. La casa de ambos estaba en completa disposición para Martin. Solo él y sus pensamientos.

No tardó demasiado en vestirse con un chandal cómodo y recoger los cubiertos que había utilizado dejando la cocina impoluta. Se lavó los dientes y cogió una chaqueta por si refrescaba, ya estaban entrando en mediados de octubre y se notaba.

Caminó tranquilamente entre las calles mientras escuchaba el audio de 2 minutos de Juanjo. Sonreía como un bobo imaginándosele con sus movimientos exagerados de manos y sus pestañas revoloteando a 100 km/h. Cualquiera que le viera pensaría que era gilipollas. Y la verdad es que lo era, un gilipollas enamorado.

Le respondió con efusividad a su ilusión por lo que hacía, él realmente era igual en lo que se refería al trabajo. Martin fue algo más escueto en su respuesta, se limitó a contarle como había sido su día y que iba a ver un rato a Violeta, que más tarde estaría libre y concretarían lo que hacer. Seguía teniendo la mosca detrás de la oreja sobre lo que hacer o no. 

Llamó al timbre de la casa de Violeta, encontrándose a la pelirroja con un chandal y su sonrisa característica. La abrazó con fuerza y ella le correspondió. 

-Mi niño cuanto tiempo sin saber de ti - dijo con pena - ¿cómo estás?

-Digamos que he estado ocupado - respondió con una media sonrisa.

-Uy - dijo analizando la cara del vasco al separarse - ¿alguien ha robado el corazón de hierro a mi vasquito?

-Se podría decir que... sí -dijo tímidamente.

Violeta ahogó un grito de emoción y tiró de él para sentarse en el sofá del salón.

-Bueno ya puedes empezar a contar, cómo, qué, cuándo, dónde... quiero todos los detalles -habló deprisa- ¿quieres un café o algo?

Martin rió ante la efusividad de su amiga y se dio cuenta de que había escogido bien a la persona con la que hablar.

-¿No te imaginas quién puede ser? - dijo con cierto misterio en la voz.

-Mmmm ¿Es del hospital? - preguntó. Martin asintió - Fácil - dijo con una media sonrisa.

-¿Fácil? Ajá cuéntame - dijo poniéndose cómodo pues pensaba que Violeta jamás lo adivinaría.

-Juanjo.

-¿Pero qué? 

-¿Lo he adivinado, verdad?  - dijo con una sonrisa victoriosa- es que soy muy observadora.

-¿Lo sabe alguien más? -preguntó con miedo en la voz.

-Ey amore - expresó agarrándole las manos- tranquilo. No lo he hablado con nadie ni lo voy a hacer ¿vale?

-Gracias Vio. Tengo mucho miedo...

-¿A qué? 

-A que todo el mundo hable de ello.. -susurró casi para sí mismo - me gusta que sea algo privado, sin que nadie hable ¿Sabes?

-Pues en mí puedes confiar, no voy a contárselo a nadie amore. Es cosa de vosotros - añadió acariciándole la mano- ¿Quieres contarme que te preocupa?

Martin le contó todo. Como fueron sus primeros encuentros, como el maño conoció a sus padres y como fue el primer beso en el portal de su casa. A la pelirroja le brillaban los ojos de ilusión con todo lo que le decía. Era como ser espectador de una película romántica. También le contó sus miedos por su relación pasada y como Juanjo le había pedido que quería que conociera a su hermana hoy.

-Martin, déjate llevar. Juanjo es un buen chico, seguro que su hermana también lo es. Además él también ha conocido a tus padres. No es tan profundo. Su hermana seguro que es más enrollada que quedar con sus padres. Eso si que es formal. Anda venga. Escríbele ahora mismo y dile que a que hora quiere quedar - animó Violeta con una sonrisa en la boca.

Martin no dudó en seguir los consejos de su amiga, dándole un beso en la mejilla.

-Gracias Vio.

"Martin: amor ¿a qué hora quedamos para cenar con tu hermana?💘" 17:23

EL AMOR SE OLVIDÓ DE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora