Abril 8/2015
Había llegado el día tan ansiado en el embarazo de ocho semanas y el día más importante en todo el embarazo. Opté por ir sola a pesar de las insistencias de Jules y Georgia, pero para mí era un momento muy personal y el cual prefería mantenerlo como un tesoro.
Al llegar al centro médico me encuentro con diversas parejas y mujeres embarazadas variando la edad y la raza; unas con una panza extremadamente hinchada como si aquel bebé fuera a salirse en el momento y otras con una de una apariencia de seis meses como máximo.
Me registro con la recepcionista quien toma mis datos dubitativa. ¿Que acaso no está acostumbrada a encontrarse con casos de embarazos adolescentes?.
Agradezco por la atención y me siento en la sala de espera, pasan varios minutos hasta que un enfermero me solicita en la entrada del pasillo, varias miradas se dirigen a mí... Sí, las miradas acusadoras y las que me miran con asco y algunas con simple lástima. Sigo al consultorio donde me encuentro con una mujer de unos cuarenta años o hasta más, agradece al enfermero el cual asiente y nos deja solos.
—Danielle Liberato, ¿cierto?
—Correcto.
—Número de documento y de teléfono.
Le doy los datos necesarios.
—Por favor recuéstate en la camilla y retira la ropa de la cintura hacia arriba —asiento y ella me da el tiempo para hacerlo.
—Listo.
—¿Primera eco grafía? ¿Cuánto tienes de embarazo?
—Sí. Ocho semanas.
—¿Qué síntomas te dieron en un principio? —habló mientras echaba la fría gel en mi estómago.
—Comencé con lo básico: mareos y constantes nauseas, luego comencé a buscar en Internet y dejar que pasaran un poco los días para no apresurarme as'que tras cuatro semanas completadas reconocí la gran mayoría de síntomas que había encontrado como dolor en mis pechos y constantes cansancio.
—Bien. ¿Te has hecho exámenes de cáncer de mamá?
—Sí. El año pasado.
—Bueno. Para asegurarnos vamos a enviar unos exámenes —asentí mientras la observaba mover el aparato con facilidad sobre mi estómago, la pantalla estaba en blanco y negro. No se veía nada... o yo no lo veía por lo menos.
—Ahí se ve el embrión...
—No se habla aún de feto, lo sé —me le adelanto de manera amable.
—Exactamente. Ya posee corazón desde las cuatro semanas, por lo cual te recomiendo dar vuelta atrás. Es un ser vivo oficialmente.
—Lo sé —suelto un suspiro seguido de silencio, la doctora Carolina sigue examinando y tras pocos minutos me pide limpiarme y vestirme.
Ya lista me siento donde ella me indica.
—Bueno. Debes tener muy buenos hábitos alimenticios, evitar el cigarro, alcohol o cualquiera de estas sustancias, hacer ejercicio es muy esencial en el embarazo.
—Sí. ¿Cómo cuáles?
—Te daré esta tabla que indica los mejores y más correctos —dijo buscando en su cajón y sacando un papel colorido—. Mira.
—Gracias.
—Y la orden del examen —sonrió de manera dulce—. Cita el próximo mes. Nos veremos.
—Hasta luego —salí de su consultorio estudiando el papel.
Al llegar a la casa me encuentro con Jules de pie mirando a alguien en el sofá... no de una manera linda.
—Hola —saludo para seguir a la cocina.
—Danielle —escucho una voz diferente. Mathew. ¿Qué hace aquí?
—¿Cómo saliste? ¿Qué mierda?
—Pagaron una buena suma de dinero por la fianza y demás...
—Tienes orden de alejamiento, te ordeno que te largues de aquí. Estoy casada del drama. —vi como a lo lejos Jules bufó y nos miraba.
—Yo voy a cambiar por nuestra familia.
—¿Ahora sí somos familia? —solté una risotada y le di empujoncito dirigiéndolo a la puerta—.
«Eso no me dijiste hace un mes, Mathew. O te vas o llamo a la policía»
—¿Es por este marica?
—Claro que no. Quiero que usted se largue de mi vida, no sé cómo dejárselo claro. Adiós —le cerré la puerta en la cara.
NOTA: En la multimedia les dejo los ejercicios que le dieron a Danielle y los síntomas que sufren madre e hijo en el primer mes de embarazo.
Nos leemos.
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EMBARAZO ADOLESCENTE.
Teen FictionDieciséis años de edad, embarazada y sin apoyo familiar. Así es la vida de la pequeña Danielle, la consentida de sus padres y la niña de casa. En un intento de hacer especial su noche sucedió lo inimaginable. Danielle relata parte de su vida y envía...