EMBARAZO ADOLESCENTE.

01-09

El continuo estrés que sentía en mi ambiente alteraba a la vez mi salud, sentía las defensas bajas y como cosa común en el embarazo los cansancios eran en exceso.  Me preocupaba el bebé, cierto era eso y aunque comía lo más saludable posible e incluso iba a las terapias recomendadas por mi doctora nada sacaba de mi cabeza el peligro que corríamos mi bebé y yo.

—¿Estás bien? Estás pálida  —llamó Camil.

  —Ya sabes... — no fui capaz de continuar, siempre se me hacía un nudo en la garganta de solo imaginarlo.

—Yo en lo personal creo que lo mejor es recurrir a tus papás, Danielle —entro Diane, la madre de Camil a la conversación.

—Totalmente de acuerdo aunque sé los riesgos de eso —apoyó Camil. 

 —Sí, yo sé. Pero cómo decirle que aparte de embarazada, amenazada  —respondí indignada.

Tras un largo silencio Diane habló:

—Créeme que estamos intentando entender esta situación, pero primero estás arriesgando a tu bebé y luego a todos.  

   —Sabes que no es lo que quiero — el ambiente cambiaba para mal.  

   — Pues, eso parece.

—Supongo que es lo mejor, Dani. No podemos arriesgarnos a que pase algo, ¿sí? Comprende nuestra preocupación —dijo Camil.

—Lo haré.

Dicho esto cojo mi celular y llamó en seguida a mi padre, los latidos de mi corazón van tres mil veces más rápido que el sonido de llamada.

—Halo, buenas tardes —contestó.

 —H -hola, pá.

 —¿Danielle? —respondió sonando confundido.  

   —¿Es Danielle? —escuché la voz de su secretaria al fondo y luego un breve silencio imaginando que mi padre solo asentía en su dirección.

—Hey, ¿qué pasa? ¿Está todo bien? Me enteré de lo sucedido hace un tiempito...

—¿Cómo?

—La iglesia. Algunos quieren que vuelvas y pues...

—Ah.

—Sí...

—Pá, ha pasado algo con Mathew, me ha enviado una carta algo amenazante... —me vi interrumpida por una voz femenina al fondo.  

   —Señora, no puede seguir, el señor Liberato está ocupado —era la secretaria, sabía de quién se trataba... mi madre.