Alegrías y recuerdos.

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Había pasado la semana rápido y por fin llegaba el día tan esperado: Sabría el sexo de mi bebé. Estaba emocionada, nerviosa y feliz.
Camil y su madre me acompañaron a la consulta ya que estaban tan emocionadas como yo, no habían tantas madres como esperaba que lo hubieran un viernes en la mañana.
La joven recepcionista —nada agradable— nos dirigió a la sala de espera, mi mente imaginaba que en vez de Camil y su madre, mi acompañante debía ser Mathew.

"Él ya no está" me dije a mí misma mentalmente tratando de sacar su imagen.
—Danielle —llamó la misma doctora que me ha venido atendiendo estos cinco meses—, sigue por favor —sonrió y la tres entramos a la sala aunque lo permitido era solo un acompañante.

—¿Cómo estas? —preguntó ella acomodándose en su asiento.
 —Pues, últimamente me cuesta respirar un poco.
—Oh, bueno, es normal en el embarazo, lo que pasa es que la presión intra-abdominal aumenta y eso hace que respires de otra manera; a algunas mujeres les da más fuerte y a otras no. ¿Es muy constante o bastante desesperante?
—A veces es desesperante y es en algunas ocasiones.

—Recuerda que debes evitar al estrés porque, como muchas veces ya te lo he dicho, esto afecta al bebé.

"Respira profundamente e intenta mantener la calma, ¿de acuerdo?"

Asiento obediente a sus órdenes, me pide recostarme en la camilla y quitarme las prendas de la cintura hacia arriba para revisar al bebé y confesarnos su sexo

—Bueno... —comienza a echar la habitual y fría gel en mi abdomen para acto seguido pasar el extraño aparato sobre él—. Todo está en orden ahí adentro al parecer —ella sigue mirando la pantalla y tecleando algunas cosas.

"Es... —examina con cuidado la pantalla y sonríe como orgullo— ¡un niño! ¡Felicidades!"

Las felicitaciones y los abrazos en el consultorio se dan, hasta las lágrimas. 

Salimos de la consulta y volvimos a casa, estábamos muy felices y solo podíamos hablar de la ropa del bebé.

Número desconocido:
Felicidades, como se llamara? :)
Quedé en shock y ¿si era Mathew? ¿Respondo?
-—¿Qué? —preguntó Camil mirando mi celular.
—Mirale —mostré el mensaje.
—Es Mathew —frunció el ceño—,ni loca le respondas, Danielle. Te lo advierto —dijo amenazante pero la entendía, pues nos habíamos cogido un gran cariño mutuo que no quisiera que nadie la lastimará sabiendo que es una gran persona.
Guardé el celular y seguimos preparando el almuerzo y hablando del tema al azar.

Número desconocido (2).
No me ignores, princesita. Sabes que quieres hablar

Responde!

Lo ignoré una vez más pero el simple hecho de pensar en los tristes y horribles recuerdos con Mathew y los tres años perdidos de relación —a excepción del bebé— me ponían melancólica y nostálgica. No porque lo amará, ya no lo amo en lo absoluto pero mi bebé necesitará una figura paterna y no puedo buscar a cualquier hombre para que lo sea. Odiaba que mis pensamientos siempre se centrarán en Mathew y el pensar en "¿qué habría pasado si...?"

EMBARAZO ADOLESCENTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora