____.
No estaba muy segura de que hacer, si quedarme o no esa noche con Ian. Sabía que las cosas iban muy rápido con él y como quiera alguno de los dos saldría lastimado si no hablábamos de lo que estaba ocurriendo entre nosotros. Desde que nos conocimos empezamos a hablar mucho, todos los días desde que nos levantamos hasta irnos a dormir, sonreía como boluda cada vez que veía un mensaje suyo, pero... ¿y si me terminaba enamorando de él y el no quería nada serio?
-Ian, creo que no es muy buena idea.- dije queriendo decirle que sí a toda costa.
-¿Por? No vamos a hacer nada que no quieras, solo quiero pasar más tiempo con vos. Eso es todo.- me miró y sonaba bastante sincero, pero podíamos pasar tiempo haciendo algo distinto, aunque por ahora no era lo que quería.
-No quiero que nos confundamos y alguno de los 2 termine lastimado después.- hice una mueca.
-Lo que menos quiero es hacerte daño.- dijo poniendo mi cabello detrás de mi oreja.
Quería quedarme, pero tenía miedo. Sabía que por lo menos yo no quería nada serio y de por sí Ian tampoco, o bueno es lo que yo creía. Pero ¿y si era diferente con él? Pero ¿y si no?. Mi cabeza estaba en un dilema entre ¿Si o no? y no sabía que hacer, no lograba decidirme. Ante la duda hubiera preferido huir, alejarme de Ian, de todo su entorno, pero algo me ataba y era el contrato que ya había firmado con Fede. Trataba de mantenerme enfocada, de no mezclar mis sentimientos con el trabajo, pero cuando tenía a Ian al frente lo único que lograba era desenfocarme por completo. Es como cuando queres capturar una imagen, y la cámara solo capta una cosa, el resto queda atrás, blureado, desenfocado. Así me sentía cuando tenía a Ian al frente mío, y esto cada vez me asustaba más. No quería meterme de corazón con alguien a penas lo conocía, no quería enfocarme en él y estar desenfocada del resto.
-Gordo...- musité.- No creo que esto este bien, trabajamos juntos y si todo se va a la mierda vamos a arruinar muchas cosas.- concluí. Ian me miró y cerró los ojos mientras asentía.
-Está bien. No te voy a presionar, ¿te acompaño a tu casa?- o sea, si todo bien, iba a sonar muy histérica pero quería que me insista, que me pida una vez más que me quede, pero esto me demostró que tenía una idea errada de Ian, al menos conmigo.
-No.- sonreí.- está bien, ya pido un uber y cuando llegue te aviso.- sonreí, el asintió.
Ian y yo nos quedamos en silencio mientras esperaba que venga el uber que había pedido, creo que los conductores de uber me odiaban porque no estaba muy lejos de casa, pero no quería caminar sola y mucho menos arriesgar a Ian a que salga conmigo a la madrugada y después vuelva solo.
-Nos vemos, que descanses.- dijo Ian dándome un beso en el cachete.
-Hasta mañana.- sonreí y me subí al auto.
Al cabo de un rato llegué a casa, subí por el ascensor a mi piso. A penas entré me saqué las botas que tenía, la campera y fui al baño a darme una ducha, necesitaba relajarme, dejar de pensar por un segundo, volver a mi zona de confort, a mi lugar seguro. Quería callar mis pensamientos un segundo o unas horas. Me duché, me puse algo cómodo y salí al balcón de mi edificio, me senté en una silla reclinable a fumar un cigarrillo. Mientras veía como el sol aparecía y pintaba el cielo de distintos colores, creí haberme quedado un rato corto, pero no fue así, me quedé dormida. Media hora después, cuando el sol empezó a pegar más fuerte me desperté, olvidé por completo que no le avisé a Ian y tenía como 10 llamadas perdidas. Me agarré la cabeza maldiciendo por ser tan colgada, y me levanté de la silla para ir a mi cuarto mientras llamaba a Ian.
-Casi me muero, ¿por qué no contestabas? Te juro que pensé que te pasó algo.- dijo, su tono medio adormecido y preocupado me volvía loca.
-Perdón, apenas llegue a casa fui a ducharme y después me senté en el balcón a ver el amanecer, pero mucho no vi porque me dormí.- dije medio riendo.
-Bueno, me hubiera gustado estar con vos viendo el amanecer, pero le tenes miedo al éxito.- dijo y pude notar como su voz se suavizaba y sonreía.
-Callate y anda a descansar. Mañana te veo si es que Fede graba algo.- dije
-Podemos grabar algo nosotros.- propuso.
-Podría ser.- sonreí.- me muero de sueño.- dije bostezando.
-Yo igual, pero te extraño.- dijo Ian.
-Deja de mentirme.- solté una carcajada, Ian parecía una caja de pandora, siempre salía con algo nuevo.
-No te miento.- dijo intentando ponerse serio.
Me tiré a mi cama, no sin antes bajar las persianas de mi cuarto para que no me diera el sol en la cara y seguí hablando con Ian. No sé cuanto tiempo pasó, no sé en que momento, pero me quedé dormida mientras hablaba con él por teléfono.
Parecíamos dos adolescentes cuando empiezan a conocerse y no quieren despegarse un segundo del otro, lamentablemente ni Ian ni yo éramos adolescentes para comportarnos de esta manera, no podíamos involucrarnos y desviar nuestro enfoque hacía otro lado. Somos compañeros de trabajo, y yo no me creo esos dichos típicos de que cuando se quiere se puede y toda la cosa. Porque a veces se quiere, pero hay tantas cosas de por medio, que simplemente no se puede.
Me desperté al otro día a las dos de la tarde, arrepintiéndome de todo el alcohol que había ingerido la noche anterior porque ahora, mi cabeza estaba a punto de explotar. Agarré mi celular y estaba apagado, me había dormido hablando con Ian y no lo puse a cargar. Maldije para mis adentros y me levanté para ver que había para cocinar, no tenía muchas ganas de pensar así que me prepare unas hamburguesas con papas fritas y me senté en la sala a comer mientras veía mi serie. Hoy no tenía ganas de vivir, y no sé si era por lo que pasó la noche anterior con Ian, por la resaca que tenía encima o simplemente, había llegado mi época de bajones otra vez.
Cuatro horas después decidí prender mi celular, no tenía ganas de hablar con nadie pero si Fede tenía ganas de grabar algo y yo no respondía me iba a matar. Cuando lo prendí tenía mensajes del grupo donde estábamos todos. Ninguno de él, de Ian. Quería pegarme porque estaba como estúpida esperando a que el me mandara algo cuando antes ni siquiera esperaba un mensaje de nadie y me daba igual el celular.
Me cambié y salí a comprar en un mini super que había cerca, cosas para sobrevivir esta próxima semana. Compré carne, verduras, ya saben cosas para sobrevivir como adulto responsable, papitas, cheetos, etc.
-Mira donde te vengo a encontrar gorda.- dijo alguien detrás de mí, me sobresalté ya que iba distraída y volteé a ver de quien se trataba. Sonreí y casi me tiro sobre la persona que me había saludado.

ESTÁS LEYENDO
Desenfocada. (Ian Lucas)
Fiksi PenggemarLa vida de ____ da un vuelco cuando se muda a México y conoce a Ian. Entre trabajo y sentimientos, su enfoque comienza a perderse. ¿Encontrará el equilibrio o se dejara llevar por el amor?