Cuando el corazón habla [✔]

CUATRO

CAPITULO 4

"EL CHICO DE OJOS AZULES"

Me sorprendí demasiado cuando levanté mi vista y observé a la persona con la que había chocado. Mis ojos se quedaron fijos en esa figura inesperada. Era Derek, el chico popular y guapo de la escuela con el que me había topado en el recorrido con Adriana, y con el que habíamos chocado miradas. Mi mente estaba en un caos total, y mi corazón palpitaba con una intensidad que jamás había experimentado. Sentía que la adrenalina me invadía, y el nerviosismo era tan palpable que casi podía tocarlo. Mis piernas temblaban ligeramente, como si fueran de gelatina. ¿Qué es esto lo que siento? ¿Por qué mi corazón palpita de esta manera?

«Jamás había pasado por una situación tan vergonzosa en toda mi vida»

Pensé mientras trataba de articular palabra alguna para no quedar de mala pinta frente a Derek.

—Oh, no... —murmuré, sintiendo cómo el calor me subía a las mejillas y mi cara se sonrojaba. Mi mente estaba llena de pensamientos y sensaciones que me resultaban difíciles de manejar.

«¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?» —Pensé, tratando de encontrar una explicación racional para la incomodidad que estaba sintiendo.

«Cómo voy a disculparme sin parecer aún más torpe de lo que soy?»—Mi mente corría a mil por hora, buscando la forma de salir de esta situación con dignidad.

«¿Qué dirá él » —El miedo a su reacción me invadió.

«No puedo seguir así, necesito decir algo. » —Trataba de articular una disculpa, pero mis palabras parecían quedarse atascadas en mi garganta.

«¿Y si él piensa que soy una estúpida?»—La inseguridad me llenó, y me preguntaba cómo él percibió mi torpeza y mi nerviosismo.

«Tal vez debería alejarme y dejarlo pasar. »—El deseo de huir de la situación era fuerte, pero sabía que no podía simplemente dar la vuelta y marcharme.

«¿Cómo me recupero de esto?»—Buscaba desesperadamente una manera de recomponerme y salir de la situación sin que mi autoestima sufriera aún más.

«Espero que no me pida que me retire de la escuela por el simple hecho de ser adinerado. »—El pensamiento irracional de que podría ser castigada por esta pequeña colisión me hizo reír nerviosamente por dentro.

«¿Y si me olvido de todo y sólo sigo adelante? »—La idea de simplemente ignorar la situación era tentadora, pero sabía que tenía que enfrentarla de alguna manera.

Antes de que pudiera reunir el valor para decir algo, escuché una voz grave y rasposa que rompió el silencio:

—¿Estás bien? — El tono de su voz era sorprendentemente suave a pesar de su gravedad.

Mi corazón dio un vuelco, y me sentí aún más nerviosa al escuchar su preocupación. La forma en que me miraba, con esa intensidad en sus ojos azules que hacía que mi estómago se revolviera aún más.

Me esforcé por encontrar las palabras adecuadas para disculparme, pero no pude evitar que mi voz temblara.

—Lo siento mucho, no quería... —empecé, pero las palabras parecían enredarse en mi garganta, como si se negaran a salir.

Derek me observó con una mezcla de curiosidad y narcisismo, lo que solo hizo que me sintiera más nerviosa. Sentí que el tiempo se ralentizaba, y el silencio entre nosotros se hacía cada vez más denso. Mi corazón seguía latiendo desbocado, y mi mente no dejaba de pensar en la situación embarazosa en la que me encontraba.