DIECIOCHO

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CAPITULO 18

"UNA NOCHE INOLVIDABLE"


Sabia...

Lo sabía exactamente, pero mi corazón no quería aceptar la dura realidad de lo que pasaba en mi mente y en mi realidad. Lastimamos a las personas sin saber qué consecuencias traerá eso, sé que me cuesta decir te quiero, pero lo intento decir. Jamás pensé que unas simples palabras me lastimarían demasiado, pero tendré en cuenta el amor puro que puede existir ante otras personas.

Caminé y caminé sin rumbo alguno, llamé a casa para decirle a mi abuela que llegaría en la mañana. Obviamente me regaño demasiado, pero luego aceptó de todas formas, ahora estaba atrapada en mis pensamientos, algunas personas que caminaban a altas horas de la noche me observan, claro, aún tenía puesto el traje de Halloween. Observé a lo lejos que había una cafetería abierta, era el famoso local 24 horas abierto.

Entré al local El aroma a café fresco y pasteles recién horneados me envolvió, caminé entre las mensas y me senté en una esquina, tratando de desaparecer entre las sombras. Observa a la gente pasar y salir del local, escuchar la típica campanita me estaba hostigando demasiado, en eso fije mi vista en la puerta y entró un chico, llamando la atención mía.

Tenía el cabello rubio y unos ojos azules que parecían capturar la luz de la luna; eran casi igual a los de Derek. Se veía como alguien salido de un cuento de hadas, y, sin embargo, una tristeza parecía reflejarse en su mirada.

Lo miré con curiosidad, sintiéndome como un insecto atrapado en una tela de araña. Él se acercó a la barra, y en un acto involuntario, dejó caer su taza, que se estrelló en el suelo. El sonido resonó en el aire, y sentí una punzada de empatía por el momento incómodo.

—¡Oh, no! —exclamó el chico, agachándose para recoger los fragmentos.

Sentí demasiada pena por en una oleada de valentía, me levanté y me acerqué para ayudarlo.

—¿Necesitas ayuda? —ofrecí, con mi voz temblorosa.

—Gracias —dijo él, levantando la vista y sonriendo. Su sonrisa era cálida y contagiosa, como un rayo de sol en un día nublado.

—De nada —Le sonreí—. Debes tener cuidado la próxima vez. —Sugerí.

—Lo trato de hacer, pero soy muy torpe. Me llamo Lukas—Me sonrió y extendió su mano—. Lukas Cadaval.

—Melissa Brow, es un placer conocerte Lukas.

—No es la primera vez que algo así me sucede —confesó, con un toque de vergüenza—. La última vez, derramé chocolate caliente sobre mi profesor.

—¡Oh, no! —Exclamé y me reí, sintiéndome algo segura con Lukas, el peso que sentía en mi pecho comenzaba a desvanecerse poco a poco.

Sin embargo, justo cuando las cosas parecían tomar un giro positivo, Lukas preguntó:

—¿Tú también estabas en la fiesta de Halloween, verdad? La música se escuchaba desde aquí. Bueno ahora ya no.

Mencionó él.

—¿Qué? —Pregunto y mi corazón se hundió de nuevo.

—Lo digo por tu disfraz. The Boy es una buena elección. ¿Necesitas a una Greta para cuidarte? ¡Mierda! Perdón, sé que te acabo de conocer, pero eres muy linda.

—¿Lo dices en serio? —pregunté, sintiendo que la vergüenza me sonrojaba.

—Tienes una sonrisa muy linda, y lo digo en serio. Eres una chica muy tierna, deberías tener a varios pretendientes detrás de ti.

Cuando el corazón habla [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora