VEINTINUEVE

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CAPITULO 29

"EL REGALO DE LA VIDA"



Han pasado dos meses desde que me casé con Lukas, y la felicidad sigue brillando en cada rincón de nuestro hogar. Todo ha cambiado, pero una emoción intensa me embarga mientras estoy aquí, en el baño, esperando que la prueba de embarazo revele su secreto.

La luz del sol entra por la ventana, bañando la habitación en un cálido resplandor. Mis manos temblorosas sostienen el pequeño dispositivo mientras miro fijamente el reloj. Cada segundo parece un año.

«¿Y si es positivo? ¿Y si no lo es?», me pregunto en un torbellino de pensamientos.

Finalmente, decido mirar. Mis ojos se abren como platos al ver la dos pequeñas líneas rosas. La confirmación de lo que había estado esperando con tanto anhelo.

¡Estoy embarazada!

Con el corazón latiendo a mil por hora, salgo del baño, conteniendo una sonrisa que amenaza con desbordarse. Al abrir la puerta, me encuentro con Lukas, que está de pie en la sala. Su rostro refleja una mezcla de felicidad y nerviosismo, y a su lado están Adriana y Félix, ansiosos por conocer el resultado.

—¿Y? —pregunta Lukas, acercándose a mí con una intensidad en su mirada que me hace sentir como si todo el mundo se hubiera desvanecido.

Miro a mis amigos y luego a mi esposo. La emoción me inunda, y antes de darme cuenta, una risa de alegría escapa de mis labios.

—Estoy embarazada —anuncio, y las palabras suenan como un eco de felicidad en la habitación.

La reacción es inmediata. Lukas me levanta en un instante, sus brazos fuertes rodeándome mientras da vueltas, y me siento como si estuviera flotando en un sueño.

—¡Eres una diosa! —grita, su risa llenando el espacio mientras me sostiene con firmeza.

Adriana y Félix estallan en vítores, sus caras iluminadas con sonrisas desbordantes de felicidad.

—¡No puedo creerlo! ¡Vamos a ser padres! —exclama Lukas, mirándome a los ojos con una mezcla de amor y asombro.

—Lo he sabido desde hace días, pero quería asegurarlo —le confieso entre risas, sintiendo cómo el amor me envuelve en un abrazo cálido.

Adriana se acerca, emocionada, y nos rodea con los brazos.

—¡Esto es increíble! ¡Una nueva vida está en camino! Dios aún recuerdo cuando eras una niña—grita, y su entusiasmo es contagioso.

Me reí ante su comentario.

Félix se une a nosotros, aplaudiendo y sonriendo como un niño pequeño.

—No puedo esperar a conocer al pequeño o a la pequeña. ¡Será el bebé más afortunado del mundo entero! —dice, su voz llena de alegría.

Mientras todos celebran, mis ojos se llenan de lágrimas de felicidad. Esta familia que hemos formado me llena de amor y esperanza.

Lukas me deja suavemente en el suelo, pero no se separa de mí. Su mano toma la mía, y sus ojos brillan con una luz especial.

—Te prometo que seré el mejor padre del mundo, y te prometo que siempre estaré aquí para ti y para nuestro bebé —dice con una sinceridad que me hace sentir segura y amada.

—Y yo te prometo que seré la mejor madre de este mundo —respondo, sintiendo una conexión profunda con él y con el futuro que nos espera.

—Hay que buscar nombres para el bebé, y sin son gemelos o trillizos. Hay que buscar más—sugirió Adriana saltando feliz.

—Además hay que comprar ropa. Como dije, yo seré el padrino. —dijo ahora Félix.

—¡Y yo la madrina!

—Solo será un bebé... O eso creó. —murmuré nerviosa por pensar en las palabras de Adriana.

«¿Y si son trillizos?»

«Dios mio, ayúdame»

Mientras las risas y la emoción aún vibran en el aire, Lukas toma una respiración profunda, y su rostro se ilumina con una sonrisa que podría iluminar cualquier habitación.

—Chicos, tengo algo más que anunciar —dice, su voz cargada de emoción.

Adriana y Félix se giran hacia él, sus rostros llenos de curiosidad.

—¿Qué es? —pregunta Adriana, con los ojos brillantes.

—¡He ganado el premio al mejor poeta! —exclama Lukas, y su voz resuena con una alegría indescriptible.

El silencio momentáneo se rompe con gritos de júbilo. Adriana y Félix lo rodean, abrazándolo con entusiasmo.

—¡No puedo creerlo! ¡Eres increíble! —grita Adriana, saltando de felicidad.

—Esto es un gran logro, hermano. Tu nombre ahora es reconocido en todo el mundo. Te lo mereces —añade Félix, dándole un fuerte abrazo.

Lukas se ve abrumado por la alegría, y sus ojos brillan con lágrimas de felicidad. La emoción de ser reconocido por su talento se entrelaza con la alegría de ser pronto papá.

—Gracias, chicos. Pero, de verdad, esto no sería posible sin el apoyo de todos ustedes, especialmente el tuyo, Melissa. Eres mi inspiración, mi musa —dice, volviéndose hacia mí, sus ojos llenos de amor.

Las palabras me llenan el corazón de una calidez indescriptible.

—Te lo mereces, amor —respondo, sintiéndome orgullosa de él.

Adriana y Félix, aún radiantes de felicidad, deciden que es el momento perfecto para dejarnos a solas.

—Vamos a celebrar con algo de comer —sugiere Adriana, guiando a Félix hacia la cocina—. Ustedes quédense aquí. ¡No quiero perderme el momento!

Una vez que se han ido, la atmósfera cambia. La felicidad se siente palpable, y es solo nosotros dos. Lukas me mira con una seriedad que me hace sentir que el tiempo se detiene.

—Quiero que sepas algo, Melissa —comienza, acercándose—. Te protegeré de todo. Durante este embarazo, haré que cada día sea especial. Voy a amarte en cada momento, no importa lo que pase.

—Lukas...

—Cumpliré cada uno de tus antojos, sin importar la hora que sea. Si te apetece un helado a las tres de la mañana, seré tu compañero de compras —dice, con una sonrisa traviesa.

—¿Incluso si es algo raro, como aceitunas con chocolate? —pregunto, riendo.

—¡Incluso eso! Lo haré con gusto. Todo lo que necesites —afirma con determinación, y mis ojos se llenan de lágrimas de emoción. Su amor me hace sentir segura y valorada.

—Gracias por ser tan increíble, Lukas. Me haces sentir como si todo fuera posible —susurro, y en ese momento, se acerca, sus labios encuentran los míos en un beso suave y lleno de promesas.

—Siempre estaré aquí para ti, para nuestro bebé. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar —dice, su voz un susurro cálido que me envuelve.

En ese momento, entiendo que el amor verdadero no solo se trata de compartir momentos felices, sino también de construir un camino juntos, lleno de sueños, risas y, sobre todo, esperanza.

Cuando el corazón habla [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora