VEINTITRES

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CAPITULO 23

"EL ECO DE NUESTROS CORAZONES"


La casa de Lukas tenía una sensación de tranquilidad, acogedora y demasiado ordenada. Habían demasiados posters de bandas de rock regados por donde quiera, él se estaba cambiando en su habitación mientras me encontraba cómodamente en su sofá aun con su chaqueta negra puesta, era demasiado calientita que no quería soltarla.

Mi respiración se habia vuelto un poco calmada, pero la única diferencia era... Que mis ojos estaban completamente rojos de tanto llorar, en realidad lo que estaba sucediendo con Derek me dolía demasiado, pero no podía evitar olvidarlo, era el primer chico que veía tan guapo, aún recuerdo ese día en que lo conocí.

—. Bueno, prácticamente son los que tienen el dinero que siempre gastan de sus padres, ya sabes... Niños mimados.

Miré hacia donde Adriana me había señalado, para fijarme en un grupo de estudiantes reunidos cerca de un banco, en el centro de una zona del patio. Entre ellos, un chico en particular captó mi atención de inmediato. Era el chico más guapo que había visto en toda mi vida. Su presencia era imponente, con una mezcla de narcisismo y que parecía desbordar. Su cabello oscuro caía de manera despreocupada sobre su frente, y sus ojos, de un azul profundo, brillaban con una intensidad que me dejaba sin aliento.

Mi corazón comenzó a latir drásticamente, acelerado por una mezcla de nerviosismo y fascinación. Era como si cada latido de mi corazón resonaba en mis oídos, marcando un ritmo frenético. Sentí una oleada de calor en las mejillas y un cosquilleo inexplicable en el estómago.

—Ese es Derek —comentó Adriana, dándome una ligero codazo—. Es el chico más popular y, de hecho, el más guapo y codiciado de la escuela.

Me encontré observándolo con una mezcla de admiración y asombro. Cada gesto suyo, cada sonrisa, parecía irradiar una confianza inquebrantable que me dejó cautivada.

Derek, al notar nuestra presencia, desvió la mirada hacia nosotros. Nuestros ojos se encontraron brevemente, y sentí un impacto eléctrico que me recorrió. En ese instante, el mundo alrededor pareció detenerse, y todo lo que podía pensar era en la conexión fugaz pero intensa que había sentido.

Fue algo realmente nostálgico para mí, estar recordando cada cosa, sabía claramente que Derek se iba a casar con Cassandra en un mes. Y eso me dolía demasiado, jamás pensé que viendo la revista de las mejores parejas; saldría Derek con Cassandra muy felices, aunque podía notar que la sonrisa de él era forzada. En la manera en la que ella se comportaba con él, no era la indicada; era un completo infierno el que estaba viviendo él, pero el dinero lo puedo todo en esta vida.

Ya no hay amor verdadero, ahora solo quieren dinero, dinero y más dinero.

Escuché un inesperado trueno que me hizo que brincara, para mi mala suerte había comenzado a llover, ni siquiera le había avisado a mi abuela que saldría temprano, pero no creó que se enteré. Sé que esta mal ocultarle las cosas, pero no quería que me regañara.

La escasa lluvia se hacía cada vez más densa, tenía la impresión de que en cualquier momento se iría la luz, aunque en ese momento nada me preocupaba, estaba con Lukas, aunque el simple hecho de quedarme a oscuras, me daba un poco de miedo, el sol comenzó a esconderse poco, escondiéndose entre las nubes grises.

Esnifé para pasar el dorso de la manga de mi sudadera por mi nariz.

«Creo que me enfermaré»

La brecha de la ventana estaba abierta aportando un poco del aire fresco que había afuera hacia adentro de la casa de Lukas, quité mis zapatos y mis pies descalzos tocaron el frío suelo, debía preocuparme que podría enfermarme, sin embargo no lo hacía, mi mente seguía entre los vagos recuerdos que no querían alejarse, me seguían torturando.

Cuando el corazón habla [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora