Verdades ocultas

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Alexander'

La sala del consejo estaba llena de murmullos cuando entré, con los líderes de las manadas vecinas reunidos alrededor de la mesa. Sus rostros mostraban una mezcla de preocupación y tensión; algunos eran viejos aliados, mientras que otros apenas mantenían la paz por conveniencia. Pero en ese momento, todos tenían algo en común: el miedo a lo desconocido. Sabían que algo había pasado en nuestra frontera, algo que nadie entendía completamente.

Me planté en la cabecera de la mesa, y todos se callaron de inmediato. Mi presencia siempre había tenido ese efecto, pero esta vez, no era solo respeto lo que veía en sus ojos; era incertidumbre. Mis betas se sentaron a mi lado, esperando mis órdenes, y yo me tomé un momento para evaluar la situación antes de hablar.

—¿Qué han escuchado? —pregunté, mi voz firme, dejando que mis palabras resonaran en la sala.

Uno de los líderes más jóvenes, Kael, de la manada del Norte, fue el primero en hablar. Se pasó una mano por el cabello oscuro y desordenado, claramente nervioso.

—Algunos de los nuestros dicen que vieron una luz brillante en la frontera. Pensamos que era magia de brujas, pero nuestros exploradores no encontraron rastros de hechizos. Solo encontraron a una humana... desmayada. —Hizo una pausa, mirándome con una mezcla de respeto y duda—. Esa humana... ¿es tu Luna?

El silencio en la sala se volvió palpable. Todos los ojos estaban sobre mí, esperando mi respuesta. Había rumores sobre mi Luna desde hace tiempo, pero nunca lo había confirmado oficialmente. Ahora, con Aurora en peligro, no tenía tiempo para juegos diplomáticos.

—Sí, ella es mi Luna. Y lo que sea que sucedió en esa cabaña, no quedará sin respuesta. —Mi voz se endureció, dejando claro que no toleraría ninguna falta de respeto hacia Aurora—. Quiero a todos sus exploradores en las fronteras, revisen cada centímetro de esa cabaña y de sus alrededores. Si algo o alguien ha cruzado nuestras tierras, quiero saberlo.

Los líderes asintieron, algunos con más convicción que otros. Era una orden, no una sugerencia. No podía permitirme mostrar debilidad, no ahora.

Uno de mis betas, Liam, se inclinó hacia adelante, su voz baja pero llena de urgencia.

—Alpha, si la luz no fue causada por magia de brujas, entonces... ¿qué podría haber sido?

Hades gruñó en mi mente, impaciente, y por un momento consideré la posibilidad de que todo esto fuera obra de alguna fuerza oscura. Mi mirada se dirigió hacia la ventana, donde la noche comenzaba a caer, llenando el cielo de sombras. La presencia de Aurora en la cabaña y las sombras que la habían atacado solo hacían que mis sospechas se intensificaran.

—No lo sé aún, pero lo descubriré. Y cuando lo haga, aquellos responsables lo pagarán. —Mi voz fue un susurro de promesa, lleno de una furia contenida.

La reunión continuó con más discusiones y planes, pero mi mente seguía regresando a Aurora. Necesitaba respuestas, y pronto. Cada segundo que ella pasaba inconsciente era un segundo que me hacía sentir más impotente, algo que no podía tolerar. Como Alpha, mi deber era proteger a mi manada, pero como compañero, mi responsabilidad era hacia Aurora, y en ese momento, esas dos cosas se habían convertido en una sola.

Después de lo que pareció una eternidad, la reunión terminó y los líderes comenzaron a dispersarse. Me quedé un momento más, con la vista fija en el mapa de nuestras fronteras extendido sobre la mesa. Las luces de la sala proyectaban sombras sobre el papel, creando formas oscuras que parecían moverse con vida propia. Mi mandíbula se tensó al recordar las palabras del doctor: "No lo creo." Había algo en Aurora, algo que ni ella ni yo entendíamos completamente.

Luna de AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora