El amanecer trajo consigo una nueva oportunidad, un lienzo en blanco para que Aurora llenara con sus experiencias. La luz dorada se filtraba a través de las ventanas de su acogedora casa de madera, despertándola con un suave abrazo. Se levantó de la cama, aún sintiendo la satisfacción del día anterior, pero también la presión que pesaba sobre sus hombros. Había llegado el momento de intensificar su entrenamiento y encontrar su lugar en la manada del sur.
Tras una rápida ducha, Aurora se preparó. Se vistió con una blusa sencilla y unos pantalones de lona que le permitían moverse con libertad. Antes de salir, se miró al espejo, evaluando su reflejo. Era una joven normal, con un toque de magia en su interior, pero eso no siempre parecía suficiente. Se recordó a sí misma que debía confiar en su fuerza y determinación.
Salió al exterior y respiró hondo, sintiendo el aire fresco de la mañana. La manada estaba comenzando su rutina, algunos se ejercitaban, otros se preparaban para salir a cazar, y algunos simplemente disfrutaban de la compañía de los demás. Aurora se unió a un grupo de mujeres que estaban realizando ejercicios de resistencia. Sabía que fortalecer su cuerpo sería vital, no solo para manejar sus poderes, sino también para integrarse mejor con la manada.
La sesión de entrenamiento fue intensa. A medida que el sol ascendía en el cielo, el sudor comenzaba a acumularse en su frente. Las risas y los gritos de aliento de sus compañeras la empujaban a seguir adelante, y poco a poco, empezó a sentirse más segura de sí misma. Sin embargo, a medida que se esforzaba, la sombra de sus pensamientos sobre Alexander seguía acechando. Sabía que, por mucho que avanzara, no podía evitar el hecho de que él era un alfa y ella, en el fondo, una humana con habilidades especiales. Esa diferencia siempre existiría entre ellos.
Después de una larga mañana de ejercicio, se reunió con Cora en el claro donde habían entrenado el día anterior. La alfa la observó con interés mientras Aurora se acercaba, y le pidió que le mostrara lo que había aprendido sobre sus poderes hasta ahora.
Aurora se sintió nerviosa, pero sabía que tenía que demostrar su valía. Se centró, cerrando los ojos y visualizando el poder que sentía latir dentro de ella. Con un gesto de su mano, comenzó a invocar una pequeña chispa de luz, algo que había practicado en secreto. Las chispas danzaron en su palma, brillando con intensidad. Sin embargo, a medida que intentaba expandirlas, las luces comenzaron a fluctuar y, en un instante, se desvanecieron.
Cora la observó con atención. -No te desanimes. El control es la clave -dijo con un tono de aliento. -Intenta sentir la energía de la tierra y de tus alrededores. Conéctate con ellos.
Aurora asintió, respirando hondo. Esta vez, trató de sentir no solo su poder, sino también la vida que la rodeaba. Abrió los ojos y sintió el impulso del viento y el susurro de las hojas. Concentrándose nuevamente, dejó que su energía fluyera, intentando crear una conexión más profunda. Esta vez, las chispas brotaron con más fuerza, iluminando el claro con destellos resplandecientes. La energía se transformó en pequeñas luces que danzaban en su alrededor, formando figuras brillantes que giraban y se entrelazaban en el aire.
Cora sonrió, su expresión mezclando sorpresa y orgullo. -Eso es. Estás avanzando. Pero aún tienes mucho por aprender.
A medida que continuaron el entrenamiento, Aurora se sintió más conectada a su entorno. Pasaron las horas entre ejercicios de control y técnicas de visualización, y Aurora comenzó a comprender que el verdadero desafío no era solo aprender a manejar sus poderes, sino también lidiar con el miedo que había guardado durante tanto tiempo.
Al caer la tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse tras los árboles, Cora la llevó a un lugar apartado del campamento. Era un claro rodeado de altos árboles, donde la luz del sol se filtraba en rayos dorados. Allí, Cora se detuvo y la miró seriamente.
-Aurora, hay algo más que necesito que entiendas -dijo la alfa, su voz firme. -Tus poderes no solo son una bendición. También son una carga. Muchos de los que tienen habilidades como las tuyas han sufrido y han hecho sufrir a otros. Tienes que estar preparada para lo que eso significa.
Aurora sintió un escalofrío recorrer su espalda. -¿Qué quieres decir? -preguntó, la incertidumbre reflejada en su voz.
Cora se acercó un paso, su mirada penetrante. -El poder puede corromper. Te presentará tentaciones y desafíos. Si no te mantienes firme, puedes perderte a ti misma. Y no solo eso, puedes poner en peligro a quienes te rodean.
Las palabras de Cora resonaron en su mente. Aurora recordó los momentos de duda que había tenido, los momentos en que su miedo había nublado su juicio. -Prometo que no dejaré que eso me suceda. Haré todo lo posible para controlarlo.
Cora asintió lentamente, pero no pareció completamente convencida. -Es un camino largo, y habrá momentos en que desearás rendirte. Pero si lo haces, nunca serás capaz de regresar a tu vida anterior. Así que, piénsalo bien. Elige sabiamente.
Al caer la noche, Aurora se reunió con los demás en el campamento. La fogata crepitante iluminaba sus rostros cansados pero felices. Se unió a las risas y las historias que se compartían, sintiendo que poco a poco estaba encontrando su lugar en la manada.
Sin embargo, mientras se reía y disfrutaba de la compañía, no pudo evitar mirar hacia la oscuridad del bosque, buscando la figura familiar de Alexander. Su ausencia era un vacío en su corazón, y aunque sabía que había tomado la decisión correcta al venir aquí, no podía evitar preguntarse si alguna vez encontraría una forma de reconciliar su amor con su nuevo destino.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Aurora reflexionó sobre las palabras de Cora. La presión de su responsabilidad pesaba sobre ella, pero estaba decidida a no dejar que eso la aplastara. Se prometió a sí misma que seguiría luchando, que aprendería a controlar sus poderes y, algún día, regresaría a Alexander. Esa noche, su sueño estuvo poblado de imágenes de lobos, luces brillantes y un futuro incierto, pero lleno de esperanza.
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Luna de Almas
FantasíaEn un rincón del mundo, cegado por la luz de la luna donde los susurros del viento parecen secretos "olvidados" se encuentra un pequeño pueblo; lleno de historias y demasiados misterios que podrían todavía seguir preservados muy en lo profundo; pero...