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Tres días libres de las muletas.

Se sentía liberador caminar bien, después de una semana. Hoy empezaba la segunda semana de la apuesta, y hasta ahora él había fracasado con sus intentos de conquistarme, porque no lo había logrado. Yo había estado de acuerdo en todo, le dije que pondría de mi parte, pero eso no significaba que se la pondría fácil.

—¿Estás lista? —me preguntó por teléfono.

—Si.

—Llego en cinco, —y colgó.

Había aceptado que viniera conmigo y mi amiga Emma, a ver el estreno de la película Cincuentas sombras de Grey, solo porque él dijo que también iba a ir y que mejor era ir en parejas. Así que invitó a su amigo Mael, para que fuera con Emma. A ella le pareció más que bien, estaba emocionada.

Los cinco minutos pasaron y bajé a abrir la puerta para salir. Estaba recargado en la puerta de la camioneta mirándome con el ceño fruncido.

—No es cierto, ¿verdad? —mira mi playera como si no llevara nada.

—Si. —Estoy parada enfrente de él mirándolo divertido.

—Me vas a humillar llevando eso. —Sonreí.

—No me importa. Tú te ofreciste en que fuéramos en pareja, y si cambiaste de opinión mejor. —me da una mirada lasciva y niega con la cabeza.

—Mejor sube y vámonos, aunque presiento que será una noche muy intensa. —Me abre la puerta y subo. Hasta ahorita me estoy dando cuenta que me gusta que me abra la puerta de la camioneta. Creo que he estado tratado todo este tiempo con puros idiotas. Sonrío y la voz de Mael hace que la borre de mi cara.

—Hola, Becky. Un gusto volver a verte de nuevo. —Me doy vuelta para verlo en la parte trasera de la camioneta, se me había olvidado por un segundo que iría con nosotros.

—Hola, Mael. —Le sonrío, —el gusto es mío.

Pasamos a la casa de mi amiga a recogerla y cuando está en el asiento de atrás, una sonrisa se planta en su cara.

—¡Hola, Mael! —dice. —Hola, Becky y Randy.

—Hola, Emma. —Miro su playera y veo que no es la misma que yo traigo. —¿Por qué no traes la playera? —veo que se sonroja.

—Lo siento, Becky. Pero creí que era algo para adolescentes de quince. —Se encoge de hombros restándole importancia.

—¡Pero nosotras lo habíamos planeado desde que leímos los libros! ¿Cómo es posible que esperamos dos años para usarlas desde que anunciaron que se iba a filmar la película de los libros y tú no la traigas puesta? —estoy realmente indignada con mi amiga. Tanto tiempo planeando esto y ella lo echa por la borda.

—Becky vamos a la universidad, entiéndelo. —Me vuelvo en mi asiento cruzándome de brazos enojada.

—Creo que serás la única que lleve esa playera ridícula, —dice burlonamente Randy a mi lado.

—¡No es una playera ridícula! —le lanzo una mirada asesina, porque si fuera un cuchillo, ya lo habría matado. Sigue riéndose y eso me enoja más.

No hablo durante el trayecto, hasta llegar al cine. Pero Mael y Emma estuvieron muy platicadores, y por la voz y risa que Emma usaba, supe que le gustaba.

—Voy al baño. —Digo alejándome de ellos.

Al entrar, encuentro a varias chicas en el lavabo retocándose el maquillaje, yo ni siquiera traje un bolso. Solo mi celular y dinero en los bolsillos de mi pantalón.

Randy (Trilogía La Apuesta I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora