42.

45 5 13
                                    

—Entonces déjame dejarte una marca porque esa boca es solo mía. —susurró y mi puerta se abrió de golpe.

—¡AY PERDÓN! — dijo la chica esa. Que me salía hasta en la sopa.

Rodé los ojos y me bajé de las piernas de Tae. Me   lamí los labios que aún tenían restos del beso que Tae me había dejado hace un segundo.

—¿No te enseñaron a tocar? — solté en un suspiro donde contuve mi enfado.
Tae se tapó la boca con disimulo mientras escondiéndo una sonrisa.

—¡Lo siento! Jimin me dijo que el baño...

—¡Abajo también hay baño! — dije.

—¡Está ocupado! — soltó ella sonriendo tensamente. —¡Lo siento! De verdad, yo no quería ver nada, yo... — miró a Tae — Lo siento, tú y tu chica... Yo...

Tae se paró y fue donde ella y le acarició la cabeza. La boca de la chica tiritaba aguantando un puchero, y mi ira crecía.

—¡No te estreses! Tranquila, solo ve por el pasillo al lado de la planta grande. La puerta de la derecha. — apuntó el baño.
Siendo tierno y delicado, le indicó precisamente el baño de mi segundo piso.

Ella asintió casi llorando, me hizo una reverencia y se fue. Taehyung cerró la puerta tras de sí para mirarme fijamente a los ojos.

Yo me crucé de brazos y afirmé mi peso en una cadera.

—¿En qué estabamos? — dijo Tae acercándose a mí de forma peligrosa.

—¡En qué estabamos nada! Quiero que te vayas de mi cuarto y de mi vida Kim Taehyung. — solté indignada.
¿Qué tipo de escena habían visto mis ojos? Y ¿En mi cuarto? ¿En mi casa? ¿Qué se creía? Lo amaba, pero no iba a permitir cosas que simplemente...

—¡Hey! Estabamos bien hace unos segundos ¿Qué pasó? — interrumpió mis pensamientos con esa voz de hermano mayor que odiaba. Ya no era una niña y detestaba que me hablara así.

—¿Quién te crees que eres Kim Taehyung?

—¿Eh? — dijo con esa cara de no entender.

—¿Cómo puedes ser así con esa estúpida delante de mis ojos? Justo después de besarnos el alma y en mi casa más encima... Sabes que...

Se acercó bruscamente, tomó mi cintura y me apretó a él.
Sentí todo su cuerpo pegado al mío y su mirada intensa se posó en mis labios.

—Hay algo que no está claro aquí y debemos conversarlo. — susurró en mis labios. — Y perdón por tomarte así, pero es que es mi única forma de controlarte.

Lo empujé separándome un poco de él.
—¿CREES QUE SOY UNA NIÑA VERDAD? ¿CREES QUE... —volvió a callarme, esta vez con un beso corto que resonó en mi habitación.

—Lo siento. — dijo sobre mis labios — Amo cuando te enojas y me arrugas en entrecejo. Te ves jodidamente atractiva.

—¡Idiota! — lo empujé y calló exagerando la caída sobre los pies de mi cama. Sentandose en ella.

—¡Hablemos! — dijo afirmando sus manos tras su espalda en mi colchón.

Si bien tenía rabia, también quería empujarlo y tirarme encima de él.
Esa posición en la que estaba, era llegar y llevar.
¡Idiota coqueto!

—Pregunta lo que quieras Sol-ah y te lo contestaré con la más sincera verdad absoluta. — sonrió para ponerse serio. —Pero debemos hablar.

—¿Hace cuánto la conoces? — comencé afirmandome sobre mi tocador, cruzando los brazos y las piernas.

EL AMIGO DE MI HERMANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora