EL AMIGO DE MI HERMANO

32.

Pasaron 3 días y Taehyung no venía por estos lados. El pueblo era pequeño, pero tampoco lo había visto, ni a él ni a su madre.
Tampoco era como si yo fuera a preguntar.
Podía morirme de curiosidad, pero preguntar por él, jamás.
Además me hacía daño.

El que sí me había enviado un mensaje hace un par de días, de audio y fotos, era Beomgyu. Estaba bien y sano. Que era lo importante.
Estaba en un submarino haciendo lo que amaba. En la marina del país.

Hoy Domingo la cafetería estaba casi vacía. Así que limpiamos el local y otros pocos atendieron. Yo estaba haciendo el inventario. Y ya era de noche.

Jungkook llamando...

—Holaaaaa

      —Jungkook ¿Por qué llamas a esta hora? — sonreí. Faltaban para las 11 PM.

—Por que es tu cumpleaños ¿o no?

      —¿Qué? — solté.

—Hoy es 29 ¿o no? ¡Espera! ¿Estoy mal?

Miré el calendario.

       —Tienes razón. No me había acordado. Pero hoy es 28. — me reí.

—Lo siento, mis turnos, me tienen loco.

     —Gracias Jungkook. — sonreí.

—Bueno, Feliz cumpleaños adelantado. Te deseo lo mejor del mundo, sabes que lo mereces. Felicidad y salud. Muchos momentos buenos.
Gracias por nacer Park Sol. — se quedó callado un momento — FELIZ CUMPLEAÑOS.

       —¡AY! gracias, me hiciste llorar bobo.

—No era la idea. Pero tienes un año más. Permitete todo.

         — Gracias.

—Bueno ¿Entonces fui el primer saludo?

      —Eso ¿Creo? —sonreí.

—Eso es bueno. — nos quedamos en silencio — Bueno, estoy de turno. Nos vemos pronto. Descansa. Adios.

        —Adios y gracias Jungkook.

—Byeeee...

Corté. Y claro, quedaba 1 hora. Y cumplía años. Bendita sensibilidad, que me hacía llorar en momentos como éste.
Sequé una lágrima que cayó por mi ojo.

Seguí contando los últimos litros de leche que quedaban, anoté, registré y cuadré. Cuando me dieron las 00:23 AM.

Aún quedaban como 3 compañeros míos. Si bien atendíamos por turnos, solo trabajábamos hasta la media noche.

—¡Estoy lista con lo mío! Me largo — dije estirando mis brazos hasta el cielo.

—¡Wow! Saan la última vez terminó a las 2 AM. Eres una máquina — dijo Sunje.

—Tonto — reí.

—¡Idiota! —masculló Saan.

Y los tres reímos.

—Me iré a cambiar. Descansen.

Ambos se despidieron de mí. No les dije de mi cumpleaños. Mientras menos supieran, mejor.
Eso pensaba hoy.

Me subí la cortavientos hasta el cuello para abrigarme . El viento por estos lados siempre era malvado por las noches.
Estaba oscuro. Pediría un taxi como siempre.

—¡Que cansanciooo! — susurré.

—¿POR QUÉ HABLAS SOLA? — rió una voz detrás de mí.

Taehyung.

Me giré con los ojos abiertos como plato. Mi corazón latía de forma descomunal.
—¡Tae! — dije mirándolo como sonreía con un globo de helio y un peluche de oso pardo en sus manos.

—¡Happy birthday Sol-ah! — exclamó sonriendo con melancolía.

—¿Qué haces Taehyung? — susurré sin moverme de mi lugar.

—Desearte un feliz cumpleaños, por supuesto. — se acercó. —¡Ten! — me pasó el globo y el peluche.
Lo recibí y unas ganas de llorar me consumieron. Su rostro se ablandó tanto que sentí que también quería llorar.

—Y supongo que soy tu ¿primer saludo?
—miró hacia un costado esquivando mi mirada.

—Jungkook me saludó, pero aún no era mi cumpleaños. Así que sí, eres el primero. — me crucé de brazos afirmando mi peso en una cadera.

—Y quiero ser el último.

—Tae gracias, pero no hagas ésto difícil. Por favor. — mis lágrimas cayeron sin poder controlarlas, apreté mis labios y sentí la sal de una de ellas en mi boca — Estaba bien sin ti, te estaba tratando de olvidar y ahora apareces así...

—Te amo. — soltó y sentí que el mundo se me vino abajo. Miré su rostro después de la caída de una que otra lágrima más y Tae lloraba también.
—Y si para ti es mejor y te hace feliz estar sin mí. Lo respetaré Sol-ah, pero no sin antes intenarlo. No quiero arrepentimientos en mí después.

—Osea lo haces ¿por ti? — susurré audible para él.

—Tal ves sí. Porque no puedo vivir sin ti. Pero te amo. Y el amor no es egoísta ¿Sabes? Y si tú estás mejor sin mí o con otro. Tendré que dar un paso a un lado. Pero no sin antes haberlo dado todo para que vuelva a funcionar.

—¿¿¡¡Por queeeee Taehyung!!?? — solté mirando hacia el cielo.

—¡Feliz cumpleaños! — se acercó a mí y besó mi frente poniendo con delicadeza su mano en mi nuca para lograr acercarme a él — mereces toda la felicidad del mundo. ¡Nos vemos!

Se giró y se fue.
Se veía hermoso, olía exquisito, me daba el mundo vueltas, pero había algo que me decía que mi paz no estaba con él. Y eso me intranquilizaba.

Lloré, no tomé el taxi. Caminé. Era peligroso, pero me sentía tan mal, que no analicé nada de la realidad.

(...)

Al despertar mi familia tenía una fiesta sorpresa para mí. Solo ellos y yo. Desayuno en la cama, torta, y globos. Regalos y cariños.
Sabía que era afortunada de tenerlos. Pero también sabía que tenía cosas que resolver en mi vida.

Tenía su cara en mi mente. En mi retina. Cerraba los ojos y ahí estaban sus ojos vidriosos apareciendo como si fuera una imagen real.
Me levanté para ducharme.
Hoy tenía el día libre. Y lo disfrutaría al máximo.

—¡SOL-AHHHH! ¡BAJAAAA, VINIERON A VERTE!
—Gritó Jimin desde abajo.

—¿QUEEEEE? — grité.

—¡¡LOS PAPÁS NO ESTÁN, FUERON AL SUPERMERCADO, RECIBE A TU VISITA, YO VOY AL TRABAJO POR ALGO Y VUELVO!!

Hoy ibamos a almorzar los 4 en casa. Haríamos una barbacoa por mi cumpleaños, ensaladas y postre. Por eso mis papás andan en el supermercado.
¿Quién podría ser? ¿Y si Taehyung se le había ocurrido venir? No sería posible. Bueno si, pero Jimin no lo trataría con esa calma ¿o sí?

Me puse lo primero que encontré en mi closet. Algo cómodo. Un pantalón deportivo buzo negro puma, y una polera blaca over size FILA.
Mis sandalias Puma que eran igual a las de Jimin y bajé con el pelo mojado. Solo lo había peinado con el cepillo.
Me miré antes de bajar en mi espejo. Y lo encontré. En la entrada de mi casa. Mirando alrededor.
Bajé las escaleras con calma suspirando y manteniendo la calma.
-¡Inspira, expira.
Inspira, expira Sol-ah! - me repetí.

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QUÉ DECIMOS?? LE DAMOS LA OPORTUNIDAD A JUNGKOOK, O SERÁ QUE TAEHYUNG SE LA ESTÁ JUGANDO CON TODO??

AAAAAAAAAAAAH.