19.

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—Pues... ¿Nos vamos? —dijo el hijo de la tía con algo de timidez. Mirando de forma fugaz mis ojos.

—¡Ehh! Okey — dije mirando a Jimin y Tae. Quienes no dijeron nada. Se quedaron parados ahí. Sin hacer tampoco ningún movimiento.

Miradas iban y venían. Hubo un silencio incómodo y asentí. El hijo de la tía salió por el pasillo rumbo a los ascensores que estaban doblando por el pasillo a la izquierda.

Jimin puso esa cara de molestarme y picardía a la vez que odiaba. La última vez que la puso fue cuando tenía 10 años y vió como 2 pequeños me entregaban cartas de amor. En ese año yo no quería saber nada de los hombres.
Lo miré con ira.
—¡Voy al baño! — dijo mi hermano sin despegar sus ojos de mí, metiéndose en la esquina del pasillo. Pues la habitación de la tía estaba cerca de éstos.

En cuestión de segundos, Taehyung en un quejido que se logró escuchar, me tomó por la muñeca y me arrastró hacia la pared donde estaba él hace unos segundos atrás con mi hermano.
Me acorraló contra la pared. Sentí su perfume. Ese que hace unas horas atrás inundaba todo su auto.

—¿Qué te pasa? — dije intentando safarme con hastío de esta situación incómoda. A la vez susurrando de una forma fuerte, no quería despertar sospechas , que nos escucharan o vieran.

—¿Te llevo de vuelta? — susurró  de una forma que me daba una complicidad entre ambos, una que no había antes, algo como confianza en su forma de hablar —¡Pídemelo! y no me importa el taller, ni mi auto, ni el repuesto — pausó  —¿Quieres que te lleve yo?

Le respondí negando con la cabeza.
—¡Te quiero llevar! ¡Te voy a llevar! Ese chico  no me da confianza — se alejó unos centímetros de mí para poner sus manos en jarra.

—¡Déjame ir con ese chico! Antes que salga Jimin y...

—¡Qué salga yo ¿y qué? — Llegaba Jimin.

—Nada — sonreí a mi hermano — Es solo que Tae está preocupado por que me vaya sola con este chico. Que de hecho, me está esperando.

—¡Aaaah! Déjala Tae. Ya está grande. Además es un chico de su edad, conocemos a la Tía desde hace años, y llueve a la antigua afuera — apuntó el ventanal.

—¡Hola! — miramos los tres al pasillo — ¿Vienes?

Era Jungkook.
Asentí sonriendo por cortesía a Jimin. Éste me dió una sonrisa de aprobación cerrando sus ojos y estirando su boca. Un gesto que era propio de él.
De pasada miré a Tae, quien mordiéndose el labio inferior miraba a Jungkook para luego mirarme a mí.
Movía su pierna al ritmo de la ansiedad.

—¡Ya voy! Gracias — dije cortésmente.

(...)

Ambos bajamos por el ascensor en silencio. Él cerca de los números marcó el -1. Yo me afirmé en la parte posterior del elevandor.
Era muy atractivo ¿Cómo era que no me acordaba de él? ¿Cómo podría olvidar a alguien como él?

Bajamos y apretó su llave del auto. Inmediatamente se encendieron las luces de una Jeep Commander.
Lo sabía. Sabía de autos. Tenía un hermano. Y sus amigos hombres eran como mis hermanos.

—¡Wow! — dije asombrada.

—¿Te gusta? — dijo y me sacó del trance.

—¿Hmm? — pregunté.

—Que si te gusta...

—Es hermoso.

—¡Gracias! — sonrió mirando el suelo — ¡Sube! — me indicó y eso hice.

EL AMIGO DE MI HERMANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora