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—¡Heeeey! — dijo Jin entrando a la habitación — ¿Si no es el gato Kim Taehyung? A quien ya le quedan 7 vidas?

Taehyung rió y Hobi golpeó en la boca del estómago a Jin para que no hiciera esa broma.
Todos rieron. Él también rió. Pero sus ojos se clavaron en mí.

—¡Hola Tae! — dije agitando mi mano. Todos estabamos con cubrebocas.

—¡Hola! — dijo poniéndose más serio. ¿Qué le pasaba?
Tragué firme y fingí que no me dolió su actitud. No estaba siendo grosero, solo era diferente conmigo. O indiferente.

Comenzaron a conversar entre ellos, a reírse, a recordar, y es que parecía que entre ellos nada había pasado y seguían siendo los de siempre. Y yo, parecía que nunca fui, que nunca fuimos.

—¡Lo siento mucho! — dijo alguien de la puerta y todos volteamos a mirar quién era. Era la chica de hace unos minutos — ¡Que torpe dejé mi celular! — dijo sonrojada riendo, y todos rieron con ella. — ¡Mira donde lo dejé! —le dijo a Tae sacándolo del buró de Tae. Quien la miraba con una sonrisa de ternura como me miraba a mi cuando era menor.

Me sonrojé de rabia. Apreté la mandíbula y mi corazón se estrujó. Sentía que se me saldría por la boca. Y estaba a punto de tener un vómito verbal también.

—¡Revisa si se te queda algo más! — le molestó Jin. Y también me dio rabia. Hoy era Park Celos.

¡Quédense con ella entonces! - pensé. Y rodé los ojos.

Hobi se dió cuenta y sonrió más mirándome con sus brazos cruzados.
Tenía ganas de irme y salir de la sala, pero ¿Por qué tendría que hacerlo yo?

—Una vez — soltó Tae riendo apuntando a la chica — cambiamos la chapa de la puerta porque la forzamos para que ella entrara, osea un cerrajero porque estaba sola... Y entró con un cerrajero y todo de forma segura a la casa. Y al cambiar la chapa de la puerta, al otro día volvió a pasar, porque se le quedó la llave otra vez adentro — todos rieron y ella enrojeció — Entonces vino el mismo cerrajero y le dió su número personal porque supuso que volvería a pasar — rió a carcajadas Tae.

Miré a Tae. Volvía a verlo reír. Y aunque estaba pálido, medio amarillo y con ojeras, seguía guapo para mí.

La chica salió pidiendo disculpas y apenada.

—¡Es todo un caso! — se rió Jin — Me recuerda mucho a Sol-ah de más pequeña.

—Si, pero ésta tiene 21 — dijo Tae sonriendo, ignorándome por completo.

—¡Tienen un aire! — dijo Hobi. Y lo miré, y supe al verlo que lo hacía adrede.

No dije ni una palabra más en los siguientes 10 minutos que estuvimos allí.
Solo le desee una buena recuperación. Y no volví más.
Me había ignorado como si fuera la hermana cortez de su mejor amigo a quien no conoce.

(...)

Seguí mi vida. Y después de una semana Taehyung estaría de alta.
Los chicos irían por él. Yo no. No eramos nada. No me gastaría por él. No pensaría en él.

—¡Demonios! — solté al ver como me caía agua caliente en el pie.

—¡SOL-AH! —dijo mi compañera. —¿Estás bien?
Tomó la manguera del lavado de platos y me la roció por los pies unos segundos. Eso aliviaba el dolor candente. Nada mejor que el agua fría.

—¡Dueleeee! — exclamé. Me dolía en el alma. Y por estar pensando en el idiota de Taehyung.

—¡Te llevaremos al Hospital! — dijo mi compañero. Era un viernes de locos. Y ahora un viernes malo.

EL AMIGO DE MI HERMANO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora